Crítica de Dinero fácil
Ha sido el último éxito de taquilla de su país de origen, ya cuenta con dos continuaciones en marcha, y con un futuro remake estadounidense. Esas son las credenciales con las que «Dinero fácil» («Snabba Cash») se estrena en nuestros cines, tras haber pasado por numerosos festivales entre los que, por supuesto, destaca el de Sitges (y eso pese a que la película no tenga nada ni remotamente fantástico).
Daniel Espinosa dirige este thriller negrísimo ambientado en las gélidas calles de Estocolmo, que presenta a diversos personajes con vidas entrecruzadas extraídos de la novela homónima de Jens Lapidus, quien a su vez afirma haberse basado en testimonios reales. Sus historias se antojan tan dispares como sus nacionalidades (un latino presidiario, un sueco pseudo-pijo, un grupo de matones serbios…) pero se acaban viendo unidas rápidamente por medio de drogas, excesos y crimen organizado, en un enredo resultante que compone un nada halagüeño retrato de los bajos fondos suecos. Obviamente, puesto en escena con el habitual estilo nórdico, de grisácea frialdad, apática exquisitez y sobrio alarde formal.
Recursos, todos ellos, que suponen una peligrosa arma de doble filo en territorios allende sus fronteras originarias, al descubrirse por un lado como principal factor a agradecer, pero por otro como la montaña más empinada que escalar. Y es que de «Dinero fácil» sorprende la reducción a la mínima esencia de resoluciones efectistas, siempre ahogadas por la obsesión de hacer del suyo un guión capcioso, profundo y detallista, con unos personajes de definiciones puntillosas (y excelentes interpretaciones) y un progresivo desgranamiento de los acontecimientos encargados de tejer el apogeo final. Si se tuviera que buscar un referente actual más al alcance de lo mayoritario, quizá podría encontrarse en los capítulos más callejeros de «Los Soprano» (fautora del cambio definitivo en el género gángster), por un esmero similar a la hora de hilvanar las distintas relaciones que van generándose entre los personajes, y sus respectivas implicaciones en la trama. Entre medio, sobresale el dibujo del que acaba siendo protagonista verdadero, trapicheante de poca monta que sin saber muy bien cómo (ni dónde) acaba metido en una vorágine de fechorías muy por encima de sus aspiraciones; Espinosa busca, en definitiva, cierta humanidad en el hielo de su trabajo y del argumento en sí, con lo que consigue infundir un gran realismo y su correspondiente gravedad.
Pero aludíamos antes a la peligrosidad de todo ello porque, a su vez, aguantar el ritmo voluntariamente apático (porque es el que le corresponde por naturaleza) con el que se explica una historia sumamente sobria, enrevesada y episódica, puntualmente complicada en su seguimiento, puede pasar factura. Los momentos más explicativos de «Dinero fácil» prácticamente detienen su metraje, y se corre el riesgo de llegar con un ojo cerrado y el otro vizqueante a su clímax, que por contra supone una poderosa culminación que paga con creces el esfuerzo previo. Cuestión de entrar a la sala preparado, imagino. Desde luego, problemas rítmicos aparte, nadie puede negarle a Espinosa un par de cualidades de muy difícil alcance en el cine actual: por un lado, la sensación de gran cine que desprende su película pese a no contener ningún pasaje voluntariamente fastuoso; y por el otro, una fuerte capacidad de atracción y adicción, que la convierten en una cita obligada para los amantes de este género cinematográfico, así como para quien guste de buenas historias y/o películas distintas. Del espectador depende.
7/10
¿Un Guy Ritchie sin alardes, entonces?
PD: enhorabuena por la web, me tenéis cada vez más enganchado.
Sí, algo así. Es como si Ritchie se hubiera ido de erasmus a Suecia y se hubiera impregnado de ese estilo nórdico que se gastan. Vale la pena, créeme, aunque antes se requiere el consumo de mucha, mucha cafeína…
Gracias por el piropo, tú de entrada ya te has convertido en otro de nuestros lectores favoritos!
¿Para cuándo la crítica de La piel que habito????? O tengo que llamar a Anonimous??? eh eh.. no me provoqueis que estoy muy loco y hace mucha calor
Paciencia amig@ mí@, paciencia… Esta misma mañana la hemos visto, hay que dar cierto margen para que las ideas maduren y queden plasmadas en forma de crítica… amos, que si todo va bien, mañana a primera hora la tienes ;)