Crítica de Directo a la fama

Marc Pease lo había sido todo en el electrizante mundo de los musicales escolares. La gran estrella del anual «El mago de Oz» y actor favorito del profesor Gribble, había podido ser un tipo cotizado en el instituto de no ser por su derrumbe moral en el estreno que le llevó a abandonar la escena como alma que lleva el diablo. Ahora, casi una década después del bochornoso fracaso, Marc cree estar a punto de dar el salto definitivo al estrellato con su cuarteto de canto a capella, para lo cuál vuelve a necesitar la ayuda de Gribble. El problema es que este, no sólo desprecia a Pease, sino que para colmo se entiende con su novia.
Estos son los ribetes de esta nueva comedia post-institutil de vocación ácida, mirada paródica y alcance muy, muy discreto. Y es que los ingredientes (vamos, chicos, lo teníais todo a favor) podrían haber dado para mucho más. Especialmente su reparto, conformado por un trío cuanto menos interesante: el amigo Jason Schwartzman, tristísima cola de caballo en alto e ilusiones aún más elevadas construye un Marc Pease patético al que se le ha pasado el arroz. Un hombre que se ha quedado fuera ya de su lugar pese a creer que está a punto de encontrarlo: los grupos a capella han quedado fuera ya de todo tiempo, relegados a bolos por geriátricos y asilos diversos. Pero ello no mina las ilusiones de un voluntarioso Marc. En una palabra, lo que los ingleses llaman delusion y a lo que los cómicos actuales de Hollywood parecen tan apegados, destroyers ellos.

Al otro lado de la balanza, un Ben Stiller metido en la piel del profesor Gribble, despreciable ególatra con don de gentes de los que vienen con sonrisa por delante y puñal por detrás.
Y para equilibrarlo, una algo lolitesca Anna Kendrick como lo novia del cornudo Pease, estudiante del mismo instituto donde había estudiado él, deslumbrada por las virtudes y las canas (más las canas que las virtudes) del profesor de teatro.

En particular la pareja masculina cumple con creces. Conforman un cuadro de personajes eminentemente idiotas con delirios de grandeza; losers con pretensiones de aquellos que tanto gustan a Stiller: como «Zoolander» hacia el mundo de la moda, «Directo a la fama» se despacha a gusto con el mundillo musical mediante unos personajes cargados de esperanzas vitales de cortísimo alcance. Pero mientras que en la primera se usaban garrafas de ocho litros de vitriolo, aquí, al ser el objetivo más modesto, el sarcasmo queda significativamente rebajado: a nadie parece interesarle cargar contra el teatro musical amateur de colegio (tan irritante como… inocente), pero lo que podría haberse convertido en un retrato demoledor de los personajes acomodados (Stiller) y de los treintañeros desnortados (Pease) termina convertido en una simple mirada irónica al freak iluso.
Y es que en ningún momento Todd Louiso (guionista y director de esta y al cargo también de «Con amor, Liza») destapa el bote de salfumán, ni decide entrar al trapo, con lo que todo queda en una comedia amable con una cierta mala leche, pero también con una dolorosa falta de personalidad y arrojo. Louiso dirige en voz baja, con el piloto automático puesto, sin sobresaltos y sin aportar nada a su guión. Opta por dejar que los personajes se expliquen a través de sus mustios diálogos en lugar de tener más confianza en el poder de la imagen y no aporta ninguna clase de subtexto, de modo que cuando la motivación o la psicología del personaje no queda clara a través del propio libreto, este queda totalmente cojo, perdido.

Como comedia, «Directo a la fama» es bastante anémica, no levanta apenas ninguna carcajada, y su guión padece de una cierta dislexia estructural. Por eso casi desde el momento en que nació, ya tocada de muerte, se la ha visto como una hermana disminuida de las comedias del célebre frat pack y muy alejada de los referentes (Wes Anderson por un lado, Todd Phillips por otro) que admira y puede querer emular. Y aún así… tampoco hay que rasgarse las vestiduras.
Ya se ve por dónde van los tiros: como película pequeña y modesta que es, modestos son sus resultados, pero cuidado, porque también son agradables, especialmente para fans de Stiller y simpatizantes de Schwartzman.

La verdad es que la crítica USA se la comió con patatas, duró en pantalla cuatro días mal contados (se fue casi directamente para el pozo DVD) y se la tacha con facilidad de «comedia que no hace gracia». No seré yo quien lo niegue, pero tampoco quien la destruya sin compasión (no me parece un desastre de película), ni quien mire mal al que se adscriba a la película y la reivindique dentro de unos tiempos: si se hubiera estrenado hace diez años probablemente ahora sería de culto.
¿»La incomprendida ‘Directo a la fama'»? No me extrañaría nada.

4’5/10

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Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

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Comentarios

  1. Pues vaya chasco! pese a todo, yo le sigo teniendo ganas. Espero ser yo el que diga eso de "incomprendida", y que me convenza algo más su inocente mala leche…. bah, mierda, con lo fan que soy de Stiller y Swch, Schw… de Jason.

    Salud!

  2. Sí sí, si no te va a importar verla, ya verás… 4'5 porque no tiene nada excesivamente bueno, y por lo que podría haber sido y no es.

    Pero no molesta nada nada, y a mí hasta me cae simpática.

    Salud back!

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