Crítica de El doble del diablo

El doble del diablo (The Devil's Double)Sin que nadie lo necesitara, desde Hollywood se creyó buena idea adaptar la vida de Latif Yahia, quien afirma (no sin controversia) haber sido el doble del hijo de Saddam Hussein dando todo lujo de detalles en su obra literaria. Una de sus novelas es la que, en concreto, sirve de plataforma de lanzadera para el guion homónimo de Michael Thomas (Lady Halcón), que de alguna manera acabó en manos del temible Lee Tamahori para convertirse en lo que llegó, muy por lo bajini, a finales de 2012 a nuestras carteleras bajo el nombre de El doble del diablo. Ante las cámaras, un Domonic Cooper en plan Eddie Murphy, dando vida a Saddam Jr. y a su doble, alocado y peligroso vividor el primero, sensato y responsable hombre de bien el segundo. Él, pobre, es quien más en serio parece tomarse esta descabellada producción, sin que su entrega se vea recompensada salvo en puntuales momentos de brillantez interpretativa que compensan todo lo demás. Pero ojo, que la culpa no es suya ni mucho menos; ni Daniel Day-Lewis podría haber hecho mucho más. Y es que cuando la película no acompaña, no hay actuaciones que valgan.

Lo primero que extraña cuando se recapitula sobre la cinta es lo equivocado que va Tamahori en su planteamiento. No se antoja difícil de comprender que si el interés de una producción reside en las dos personalidades diametralmente opuestas a las que dará vida un mismo actor, sobre este último debe recaer todo el peso de la misma, y con él tanto halagos como críticas. Sin embargo, como si de una afrenta personal se tratara el cineasta se esfuerza por arrebatarle el trono a Cooper, recargando hasta el paroxismo cada minuto de metraje con infinidad de caprichos barrocos y manieristas: ralentíes, fotografías quemadas, colores alterados, planos imposibles, movimientos de cámara antinaturales, innecesarias imágenes de archivo… Y el resultado de semejante galimatías es una película cambiante, ora dramática, ora thriller de acción, ora cómica, sin acabar de casar ninguna pieza entre sí. De este modo, el espectador se ve obligado a reubicar su estado anímico continuamente, misión imposible a tenor del ritmo cambiante (eterna secuencia de apertura, anodino su primer tercio, alocados puntuales pasajes de su bloque central) y de conatos de violencia excesivos, gratuitos, impropios de una película que en ocasiones se parece a A todo gas y en otras, muy a su pesar, a El dictador.

Evidentemente, Cooper es el principal damnificado. Descolocado cuando no directamente perdido, alterna histrionismos con momentos de introspección y profundo drama interno, todo con una dentadura postiza que le infiere un acento descacharrante. Y como la película a veces acompaña en el humor y a veces abandona al actor en el ridículo, uno ya no sabe si elogiar su entrega o defenestrar su sobreactuación próxima a Sacha Baron Coen y Rowan Atkinson… Claro que tampoco es que el guion ayude precisamente. Tras su eterna presentación muda y a cámara lenta, sigue un alargado arranque del entramado que por lo visto no conoce la elipsis, y se cree inventor de los casos de dobles coaccionados en el cine. El espectador aguanta paciente a que entre en materia de una vez, y sin embargo se topa con una sucesión de clichés y lugares comunes que ni estimula ni sorprende; apenas si se salvan apartados fogonazos de humor y de tensión.

El doble del diablo podía haber sido un muy interesante estudio de la relación entre Uday Hussein y su doble. Podría haber sido un drama enorme sobre la desesperante situación de una persona forzada por uno de los mayores enemigos de la historia reciente de los USA (ejem). Podría haberse convertido en un thriller trepidante o bien haber indagado en el tema (apenas mentado) de los dobles del propio Saddam. Vamos, que podría haber hecho muchas cosas, pero ha optado, y con diferencia, por la peor de sus opciones.
4/10

 

Y en el Blu-Ray…

La Warner se encarga de distribuir El doble del diablo en formato doméstico. Y lo hace, entre otras, con una edición comodísima ‘a doble cara’, esto es, incluyendo tanto un disco en Blu-Ray como otro en DVD, y dedicando a cada uno de ellos una atractiva portada (lo mejor de la película, sin dudas).
Probando la alta definición, nos encontramos con una imagen que brilla en cuanto a nivel de detalle, si bien pega algún bajón en las escenas más oscuras, y no consigue evitar cierto ruido. ¿Culpa de la edición, o de los caprichos del director? Buena pregunta, pero no cabe duda de que pese a estos tachones, se ha mantenido de la mejor manera posible el estilo cambiante del Tamahori más extravagante. Al audio poco se le puede reprochar: español, catalán e inglés en un espectacular 5.1 para las tres versiones, por lo que puede disfrutarse sin problemas en cualquiera de los idiomas.
La edición se complementa con un Making of vulgarcillo de 18 minutos, y el tráiler de la cinta.

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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