Crítica de Doomsday. El Día del Juicio

Tres años después del estreno de la magnífica «The Descent» (segunda película del director, tras la también sorprendente «Dog Soldiers»), Neil Marshall vuelve a cambiar completamente de registro con «Doomsday. El Día del Juicio», una oscura y apocalíptica aventura en la que se descubre como un forofo empedernido de John Carpenter y compañía, además de erigirse como uno de los directores más interesantes del panorama fantástico actual.

Gran Bretaña, 2007. Una plaga mortal, conocida como el virus «Reaper», ha aniquilado a cientos de miles. Desesperado, el gobierno británico evacua tantos supervivientes como puede del área infectada, para posteriormente levantar muros con el fin de prevenir el escape de los infectados. Treinta años después, el virus reaparece. El gobierno decide entonces enviar a un equipo de especialistas de élite, liderado por el Mayor Eden Sinclair, a la zona infectada para obtener una vacuna a cualquier precio. Apartados del resto del mundo, el equipo deberá luchar a través de un paisaje convertido en la peor pesadilla.Para poder disfrutar realmente de esta película es necesaria una base cinéfaga de fondo cuya carencia puede condicionar, y mucho, hasta el propio entendimiento de la misma. Por más que sus comienzos recuerden a películas más recientes (teniendo en «28 Días Después» su máximo exponente), «Doomsday» no sino un homenaje a la serie B de antaño (y no solo), con «RoboCop» o «1997: Rescate en Nueva York» (entre tantas otras) a la cabeza. Todo en ella, desde el diseño de producción y la banda sonora hasta prácticamente cada plano, traslada al espectador a un tiempo pasado, en que películas como las antes mencionadas poblaban carteleras y sobretodo estanterías de los videoclubes.

Así pues, para todo aquél que las desconozca, «Doomsday» seguramente supondrá una cinta de acción y ciencia ficción más, de frenético ritmo y momentos de gran tensión, pero a fin de cuentas no demasiado original y encima desagradable a la vista, debido tanto a la violencia de alguna de sus escenas como a la suciedad y oscuridad de su metraje.
Pero para el que conozca a Plissken y compañía, o incluso (en menor medida) a la teniente Ripley, la propuesta de Neil Marshall alcanzará en seguida la categoría de película de culto, convirtiéndose en un ejercicio de memoria más que bienvenido y terriblemente adictivo.


Firmado por el propio Marshall, el guión está netamente dividido en tres bloques argumentales que no conocen barreras temporales, moviendo al espectador por un universo en el que habitan civilizaciones aparentemente avanzadas, bandas callejeras punkis y macarras, e incluso ciudades casi medievales. De este modo, la camaleónica «Doomsday» se acerca visual y temáticamente a una infinidad de películas totalmente dispares entre sí, teniendo en «The Warriors», «El Ejército de las Tinieblas», o en la ya citada «1997: Rescate en Nueva York» sus principales exponentes (aunque films como «Aliens», «Apocalypse Now», o incluso la saga de «Indiana Jones» tampoco se libran del repaso).
Reconocimiento aparte merece el último tramo, donde Marshall rinde un enorme homenaje a la saga «Mad Max» mediante una persecución de coches tan trepidante como hilarante, que sirve además para devolvernos a una ubicación temporal completamente perdida minutos atrás (momento en que el director se regodea mostrándose como hábil ganador de este particular juego de tiempos presentes, futuros y pasados en que nos ha metido).

Pero donde realmente queda constancia de la pasión de Marshall por este cine es en el tratamiento rítmico del devenir de los acontecimientos. Con «Doomsday» se perciben las mismas sensaciones que se desprendían con los films de Miller, Carpenter o Verhoeven, logrando ese curioso efecto de acción trepidante y anticlimática a la vez, con un tempo aparentemente pausado pero frenético en verdad, y es en este aspecto en el que el espectador curtido podrá gozar de manera mucho más plena de la película.
Pero ojo, con esto no quiero decir que no hayan escenas espectaculares para todos los gustos, que como decía antes, las hay en todo momento (y como ejemplo quedémonos con la persecución por la calles de la ciudad que culmina en la estación de trenes), convirtiéndose en una aventura perfectamente disfrutable también para un público mayoritario que, eso sí, acepte propuestas no tan comerciales como de costumbre.

Podríamos decir por tanto que estamos ante la carta de amor más sincera al cine ochentero de los últimos años. Alejado de presiones y restricciones (típicamente hollywoodienses), Neil Marshall transporta al espectador a la época dorada del cine más gamberro, y lo hace recorriendo todos los lugares comunes del género, tanto artística como argumentalmente, sin apenas recurrir a las trampas del cine moderno. El viaje en el tiempo es tan perfecto que hasta la propia (y despampanante) Rhona Mitra, tuerta y vestida con una camiseta sin mangas negra, logra recordar a los cariacontecidos Russell, Schwarzenegger y demás, aunque no sabría decir si eso se debe a una actuación excelente o lamentablemente inexpresiva…
Una auténtica joya a la altura del mejor Carpenter, de obligadísimo visionado.
8/10

En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. A mi me gustó con algunos «peros», no recuerdo ahora mismo la puntuación exacta, pero si que me pareció demasiado influenciada por momentos y que se descompensaba en muchos momentos, aunque es un festín para los amantes del cine de evasión ochentero,como bien comentas.
    Yo se la recomendaría también a todo el mundo, pese a esas cosillas malas que he visto. Lo que pasa que me da a mi que ésta va a recibir palos a diestro y siniestro, ya verás XXDD.
    Eso si, prefiero «Dog Soldiers» y sobretodo la estupenda «The Descent», a ver si Marshall sigue por este camino y no decrece.
    Saludos!!

  2. sí, tiene peros, pero son los mismos que podrían achacársele a las pelis que comento, 1997 y demás, con lo que amí se me hizo aún más entrañable en su conjunto. Por ejemplo, Grindhouse es tan perfecta en sus «imperfecciones» que no logra el mismo efecto que esta, no sé si me explico. Yo de momento la coloco segunda en mi ranking de Neil Marshall, por debajo de The Descent (cada vez que la veo me gusta más) y muy poco por encima de Dog Soldiers, que me jode que quede última, pero alguna tenía que ser ;).

    Desde luego, es un director que está haciendo de todo para convertirse en mi favorito, jeje!
    saludos!

  3. Ostias, Capi, acabo de ver la peli en question y me parece que no puedo estar menos de acuerdo contigo…
    Me pareció totalmente aberrante, pero no tanto como para ser de Serie Z, ni tan poco como para tomarmelo en serio (vamos, solo ver lo del ojo me quedé to pallá). Creo que el tal Marshall no tiene la calidad de Tarantino, ni la tipaza esta (me suena su cara pero no la termino de ubicar, tal vez ha hecho de doble de Sandra Bulloch???). La trama inexistente y los actores lamentables. Tal vez, el único que me llegó al corazón fue el punky loco: la respuesta a que sucederia si el cantante de los Sex Pistols llegara a alcalde o Presidente.
    Tambien es cierto que el ambiente en el que la vi (en la maraton de Cine de Terror de Sants, rodeado por frikis que no paraban de gritar obscenidades y con algo de marihuana en el cuerpo), no es el mejor para interiorizar un filme tan «complicado» como este. En beneficio de tu savoir-faire, te doy un voto de confianza: la volveré a ver en un futuro, a ver si mejora o empeora…

  4. jajajajaja, a ver, punto número 1. No vayas a ver una peli en esas condiciones!
    punto número 2. por qué no me avisas cuando vas a Sants??
    punto número 3. no sé, a mí me gustó mucho porque precisamente quiere ser una reivindicación del cine de serie z, conteniendo todos los tópicos, clásicos, y lugares comunes del género. De hecho, prácticamente toda ella es un homenaje a ese cine guarro creado por Caprenter, Landis, etc etc.
    Vamos, que la vuelvas a ver, a ser posible todo lo sobrio q consideres oportuno, y luego me cuentas! ;)

    salut!

  5. Esta movie la ví en un bus cuando iba a mi ciudad natal (típico que en los buses dan películas malas o poco interesantes, pero esta fue una excepción).

    La encontré buenísima, a pesar de detalles que te dejan pensando que es demasiado comercial. Da igual, total desde un comienzo no te suelta!

    El papel del calvo es excepcional, hasta guapo era!

  6. juas, guapo guapo… no ´se yo!
    pero sí, la película es divertidísima, recuerda al cine de acción/scifi/terror/gore de los ochenta, y es un homenaje… como muy sincero a ese cine.
    Celebro que te gustase tanto!

  7. Jajaja, es de esos guapos rudos… aunque sean feos, si son rudos son guapos igual… jaja.

    Eso es lo que me provocó, me recordó bastante a films de los que ni siquiera supe su nombre y que eran típicos en los canales de cine ochentero.

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