Crítica de Dueños de la calle
Con estas credenciales, más de uno podría pensar que nos encontramos ante una de las grandes películas del año, o como mínimo a la altura de la sorprendente «La Noche es Nuestra«. Pues bien, la realidad dista bastante de ello, aunque no por eso hemos de hablar de una película fallida, ni mucho menos.
Tal vez el principal problema de «Dueños de la Calle» sea la relativa previsibilidad de alguno de sus apartados. El primero de ellos, sin duda, es el de los personajes, bastante planos y sin demasiado carisma, aunque en el caso del protagonista eso se deba más bien a las limitadas capacidades interpretativas de su actor. La excepción que confirma la regla es el capitán Biggs, una suerte de doctor House interpretado por un Laurie en su salsa que compone sin duda los mejores momentos de la película.
Lo mismo ocurre con la trama, aunque aquí se deben hacer algunos matices. Es cierto que por lo general resulta bastante fácil adelantarse a los acontecimientos, pero da la sensación de que lo últimos que «Dueños de la Calle» busca es innovar o revolucionar el género desde su guión (de hecho, lo mismo ocurría en la antes citada «La Noche es Nuestra»). Donde sí se diferencia del resto de películas es en cómo esos acontecimientos son tratados. «Dueños de la Calle» se muestra bastante inusual en el desarrollo de la historia, al imponerle un ritmo sosegado pero efectivo de manera que el espectador no se distraiga lo más mínimo, y basarlo en el diálogo y la evolución interior del personaje principal, con tan solo un par o tres escenas de acción (muy notables y violentas, eso sí).
Como decía antes, en el protagonista es donde se encuentra el otro borrón de la película. No es que Keanu Reeves desentone, nada más lejos, pero sí es cierto que es un actor que se muestra demasiado apático y distante, sin lograr transmitir demasiada simpatía hacia el espectador, y el personaje de Tom necesitaba algo más de garra. Cada vez que se enfrenta a algún secundario es rápidamente puesto en evidencia (las charlas entre él y Laurie son el ejemplo más claro), menos en el caso de Forest Whitaker, que últimamente no logra convencer en ninguno de sus papeles desde «El Último Rey de Escocia».
Así pues, con una evolución argumental tan elegante como su dirección, un par de diálogos remarcables y puntuales escenas de acción más que correctas, se puede afirmar que «Dueños de la Calle» es un thriller de lo más interesante, que logra entretener sin problemas durante sus casi dos horas de cinta, aunque a nadie se le escapa que suena a oportunidad perdida, ya que podría haber dado mucho más de sí.
6/10
Aún no he podido ver esta película, pero quería decir que…ODIO a Keanu Reeves y su cara de palo! :)
jajajaja, bienvenido al club! y eso que ha participado en películas que me han gustado/gustado mucho, como Speed, Matrix (I), Constantine, o Thumbsucker… debería idolatrarle! ;)