Crítica de Dulceagrio, de Stephanie Danler (Malpaso)
Leer cuatro apuntes biográficos de la escritora Stephanie Danler deja poco margen a la sospecha: la protagonista de su primera novela es un reflejo de si misma, y sus vivencias son muy parecidas a las de la propia autora. Danler se instalaba hace una década en Nueva York y empezaba a trabajar en un restaurante exclusivo, donde se daba de bruces con la realidad urbana de una ciudad que, siempre pendiente de la modernidad más absoluta, a menudo termina fagocitando a sus propios habitantes.
Tess, la veinteañera protagonista, se ve inmersa en un nuevo microclima agresivo y veloz que tiene sus propias leyes, sus propias jerarquías, su propia fauna: reglas inamovibles para la presentación de los platos, dominio de los secretos, los caprichos y las leyes no escritas del vino, complicidades y rencillas con los compañeros, trato con jefes déspotas y clientes gilipollas. A lo largo de las cuatro estaciones del año seguiremos a la joven por su bajada a las zonas más turbias de la restauración elitista para descubrir que en el fondo ello, como casi todo en la vida, es pura política.
Política de cocina, política de relaciones entre iguales y hacia superiores, política del amor y la amistad. Un viaje regado de alcohol y espolvoreado de ingentes dosis de coca hacia ese momento limítrofe entre la juventud y la vida adulta. Porque hay muchas reflexiones entorno a la madurez en Dulceagrio. También entorno a esa cosa de intentar buscar un sitio en la vida, un lugar tanto geográfico como emocional (acompañado de uno mismo y de otros a los que podríamos llegar a considerar amistades). Y por supuesto, muchas relaciones entre personas, algunas más transparentes, casi todas un poco turbias.
Un slice of life accidentado narrado, sin embargo, con enorme precisión por una escritora poderosa que no se asusta a la hora de usar un lenguaje sensual, pero también preciso y rico. Sensorial pero al mismo tiempo seco y bruto. Casi nunca, por supuesto, ajeno a la ironía. Un espléndido debut, en fin, que tiene tanto de retrato social como de ajuste de cuentas con una misma.
Dulceagrio: un debut en dulce
Por qué leer Dulceagrio
Stephanie Danler debuta con una novela que es más bien un reflejo de su vida en el que tienen cabida sus primeras vivencias en la Gran Manzana, sus relaciones con otras personas o sustancias, y mucha reflexión precisa y tan poderosa como la propia voz de la autora.