Crítica de Earwig y la bruja
Hace unos meses, el director del filme que nos ocupa, Goro Miyazaki, dijo en una entrevista que era complicado vivir bajo la sombra de su padre, el popular cineasta y fundador de Studio Ghibli Hayao Miyazaki. Y tiene mucho sentido, lo tiene merecido, viendo los resultados de esta Earwig y la bruja, basada en la novela infantil de Diana Wynne Jones, con guión del propio Hayao Miyazaki.
Por primera vez en la historia del estudio de animación, se prefiere el 3D al 2D, quizá pensando en las ventas internacionales o en competir con otras productores de este tipo de cine. No obstante, no se trata del mejor 3D del mundo, ya que los personajes pierden en expresividad y tampoco hay aquí unos fondos muy potentes, ya que la mayor parte de la cinta se desarrolla en tres habitaciones dentro de una casa.
Cuenta la historia de una niña que es adoptada, tras varios años en un centro de acogida, por una bruja y un demonio, para que les ayude en la casa, como hace Amancio Ortega en algunos países asiáticos. Sin embargo, la zagala tiene ganas de aprender magia y se acaba rebelando ante su situación, con la ayuda del gato mascota del lugar.
Desconozco la obra literaria en la que se basa, pero supongo que estará muy enfocada al público infantil. Sin embargo, ello no es óbice para presentar una historia tan cuadriculada, con unos personajes tan planos y sosos, y sin apenas guion, ya que apenas ocurren sucesos en esta historia tan simple, que carece de momentos de puro humor, muy alejada de los grandes momentos del estudio japonés. Igual hay niños que se puedan reír con las apariciones del gato o con algún momento puntual, pero nada comparado con la ternura de Mi vecino Totoro, por poner un ejemplo similar.
El filme amenaza con segunda parte, pero padres, ya están advertidos tras ver este pobre telefilme de animación.
Trailer de Earwig y la bruja
Earwig y la bruja: Ghibli se pasa el 3D y sale el tiro por la culata
En pocas palabras...
Un par de escalones (o tres) atrás en la tremenda filmografía de Ghibli, con unos personajes sosos, una nula explotación del personaje principal, poco humor y una animación repetitiva.