Crítica de El cambiazo

Desde siempre, tanto en el cine como en otras manifestaciones artísticas, se ha jugado con la posibilidad de poder vivir otra vida durante un determinado lapso de tiempo. Qué se yo: el doctor Jeckyll que se convertía en Hyde, el hombre invisible que podría haber hecho todo lo que hubiese querido, los que se disfrazaban de mujer para ligarse a la Monroe, el que se convertía en Tom Hanks para gobernar una empresa de juguetes… hay para todos los colores, y entre ellos se incluyen recientes casos de vergüenza ajena como Este cuerpo no es el mío o 17 otra vez. La última muestra que nos llega de la industria allende los mares es este cambiazo que repite uno por uno todos los tópicos del subgénero: un joven actor de tercera categoría con mucho dinero, mucho músculo y mucho tiempo libre, y un ejecutivo muy ajetreado casado y con dos hijos a los que cuidar, intercambian sus cuerpos por arte de magia. El primero se encuentra de golpe y porrazo ante la obligación de ser responsable, mientras que el segundo tiene ante sí la posibilidad de aprovechar sus nuevas virtudes, y de vivir una vida despreocupada y moralmente cuestionable. Ya veis que novedades, lo que se dice novedades, pocas. Ah, pero claro, sí hay un pequeño cambio a tener en cuenta: en su reparto no nos encontramos con ningún Rob Schneider cualquiera, sino con Ryan Reynolds y todo un Jason Bateman (vale, y Olivia Wilde y Leslie Mann). Extraña pareja donde las haya, pero garantía de coleguismo en general; tanto entre ellos como, más importante, con el espectador.
De hecho, podemos liarnos todo lo que queráis hablando de carencias y virtudes de El cambiazo. Por un lado, estamos ante una historieta de originalidad nula, profundidad escasa y moralina de andar por casa. Desde este punto de vista, la película es una decepción como la copa de un pino: por mucho que su responsable sea un David Dobkin que jamás haya salido de la mediocridad (una filmografía con títulos como De boda en boda o Los rebeldes de Shangai así lo atestiguan), es de esperar que, a estas alturas, productos de tales características y que recurran a determinados factores comunes (léase el propio reparto, un estilo algo más elevado de lo habitual, como queriendo dignificar el asunto, etc), tengan la voluntad de transgredir en algo, ya sea vía discurso que acabe dándole la vuelta a la tortilla en algún momento, o incluso a un mayor atrevimiento argumental, humorístico, o simplemente formal. Nada de eso ocurre en El cambiazo. Ahora bien, a su favor hay que decir que se sigue con alegría, sin excesivos problemas de ritmo pese a una duración excesiva, y con momentos francamente logrados como el inicial cambio de pañales, o determinados descubrimientos de la vida de soltero… En definitiva, reúne lo mínimo para funcionar como una comedia averaged, con su sesión de chistes de brocha gruesa, sus situaciones embarazosas, y demás; pero no tiene ni la menor intención de aportar nada más allá de cuatro risotadas.

 

 

Lo que le da ese plus que consigue recordarla durante algo más de diez minutos, lo que la convierte en un visionado buenrollista en vez de en una pérdida de tiempo, es precisamente lo que venimos diciendo desde el principio: lo que sus actores consiguen transmitir a la platea. Lejos de las limitaciones del primero, tanto Reynolds como Bateman molan. Y como molan, verles en apuros y saliendo siempre por el recorrido menos cómodo, hace gracia. Y como molan, te puedes llegar a creer ciertas cosas que con otros actores tan vez no llegarías a creerte, por lo que hasta puede que lleguen a resultar personajes humanos, con reacciones plausibles y por tanto, hasta cierto punto empatizables. Y ya. Se mire por donde se mire, en El cambiazo no hay mayor secreto que ese. Esto no es una producción marca Apatow, que nadie espere encontrarse aquí con algo del nivel de La boda de mi mejor amiga o Supersalidos y es más, si a uno no le caen demasiado bien los dos actores protagonistas, que ni lo intente. Pero oye, a veces, la gloriosa mecánica del séptimo arte funciona así de fácil, y el buen momento que ofrece esta película digna de sesión doble un domingo por la tarde, no se lo quita nadie. Por cierto, ¿ya he dicho que aparece Olivia Wilde?
6/10
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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. La vi ayer, más que nada porque a la hora que fuimos era esta o Jack y su gemela… Como casi siempre, y suelo contar por aquí, cada vez que entro a una película sin expectativas, salgo contento. Como ayer. Sabía que era una película que había visto 20 veces a lo largo de mi vida, pero aún así me dio altos niveles de diversión. Grata sorpresa. Olivia te quiero, me casaría contigo.

  2. Hombre, Ppdinamita, cuánto tiempo sin verte ;)
    Contigo. La película no cuenta nada nuevo, pero hace que te lo pases bien, y en el fondo, de eso se trata, qué demonios.

    Eso sí, Olivia… ponte a la cola, guapo!

  3. Habrá que dejarla que elija (no tienes nada que hacer).

  4. cuando quieras vemos quién la tiene más granHola Ppdinamita, cuánto tiempo sin verte (hagamos como que no ha pasado nada)

  5. Uy uy… No sé yo si a Olivia le gustará que el único atributo tuyo que has querido destacar haya sido el tamaño de… ejem…

    Yo el tamaño de mi pene lo destacaría en segundo lugar, sólo por detrás de mi gran habilidad para emplear el cloroformo.

    Lo dicho, no tienes nada que hacer.

  6. juas, me lo pones difícil… está bien, me quedo con Leslie Mann (la otra de la peli) que también me va lo suyo…

  7. La he visto con mis amigos, y no hemos parado de reir, vale que es comedia fácil de caca, culo, pedo, pis…remarco el caca!!! pero se agradece a veces algo tan simple.

    El final como no todo muy edulcorado. Nos lo hemos pasado muy bien, apostando sobre si Tatiana seria un orco de Mordor o una tordaca…suspirando cada vez que aparecía Olivia Wilde, y disfrutando de Jason Bateman, para mi ya MR.COMEDY.

  8. para ti ya? jejeje, desde De pelo en pecho 2 es el rey de la comedia!! vale, no… pero desde Arrested Development sí! Es cojonuda, oiga!

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