Crítica de El desentierro
De entrada, una alegría: no es que la necesitáramos, porque ya lo sabíamos, pero El desentierro confirma el excelente estado de salud del thriller español. La calidad media del género va en aumento título tras título y este es el último ejemplo: salvo un par de escenas con exceso de CGI la propuesta de Nacho Ruipérez es formalmente impecable. Grandes planos secundados de una fotografía excelente, escenas de cierta complejidad resueltas con gracia y un montaje ágil le permiten brillar sin miedo y equipararse a cualquier otra industria. Situación que se repite ya desde hace cierto tiempo (Carne de neón, La isla mínima, No habrá paz para los malvados1…), y permite que el cine español pueda dar un paso hacia delante, dar por sentados unos mínimos y a partir de aquí, sacarse los miedos y las obligaciones por cumplir, y arremangarse en lo que realmente importa: el guion. Y El desentierro es lo que hace. Arriesga con una trama que salta entre diversos periodos de tiempo para resolver un misterio que mezcla prostitución, desapariciones, sobres y grabaciones. Y drogas y discotecas bakala.
En Valencia para mayor inri.
Todo parecido con la realidad es pura coincidencia claro, aunque una escena en que diversas personalidades corruptas bailan La macarena recordaría a los desenfrenos bailongos de M. Rajoy… Sea como sea, está claro que algo ha cambiado y que este nuestro cine ya no se arruga. Coquetea con los límites del género, se permite explotar sus posibilidades usándolo de parábola de la realidad, coqueteando con el espectador… Ahí está la principal baza de El desentierro, en definitiva.
Luego puede fallar en algunas cosas más que en otras. La película de Ruipérez no es perfecta, ya que su ritmo se descompensa por una trama que a veces se vuelve demasiado confusa innecesariamente, tal es su voluntad por intentar ocultar la verdad al espectador que hasta se torna pelín tramposa a veces. Y en cambio, en otras se hace demasiado explicativa, pecando pues de justamente lo contrario. Quizá las ambiciones del film sean mayores de lo debido. Tampoco ayuda que el reparto no parezca acabar de creerse el cotarro en el que sus alter egos andan metidos. En general, se respira demasiada artificiosidad por su parte, lo que le resta credibilidad a una trama forzada por su propia naturaleza.
Pero insisto: seguimos ante una producción de primera. Una factura excelente, un ritmo picado y un entramado arriesgado por lo que cuenta y cómo lo cuenta, evitan que pierda su condición de thriller sólido y de primera pese a los traspiés que se encuentra por el camino. Podemos darnos por satisfechos, que este sí es el camino a seguir.
Trailer de El desentierro
1. Títulos dispares entre sí y que pueden gustar más o menos, pero a los que difícilmente se les pueda echar en cara nada de su factura.
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Thriller de factura notable y personalidad socarrona que dista de la perfección pero entiende el camino a seguir y lo recorre sin miedo.