Recordando El desierto rojo (Il deserto rosso)
A pesar de que la carrera de Michelangelo Antonioni contaba ya con un nutrido surtido de títulos, no fue hasta 1964, momento de la llegada de El desierto rojo, que no alcanzó un quiebro insoslayable, una ruptura temática y estilística sin marcha atrás y que después resonaría como un ruido reflejo a lo largo del resto de su producción. No sólo fue esta su primera película en color -y en la que el mismo no funciona como un mero testimonio estético: sus cualidades se disparan hasta el terreno de lo expresivo- y la culminación de lo que se dio en llamar, de manera algo cuestionable, la «tetralogía de la incomunicación» marcada por La aventura, La noche y El eclipse. Sino que sentó las bases de lo que sería el tratamiento de su propia tesis (nada nueva, por otro lado: algunos de sus elementos ya estarían presentes en anteriores películas) en toda su producción futura; especialmente en Blow-Up, Zabriskie Point y El reportero.
De este modo, la angustia vital, el angst existencial que inunda a sus personajes se concentra en uno (una Monica Vitti que tras La aventura, La noche y El eclipse abordaría su último papel junto al director y abandonaría su función de musa natural -y también esposa-) y se proyecta hacia afuera, sólo para ser reabsorvido hacia adentro de nuevo.
El desierto rojo es una suerte de drama romántico a tres bandas entre Vitti, Richard Harris y Carlo Chionetti descrito en el paraje desolado de la -sí- incomunicación surgida de modo natural en el seno de una sociedad hiperindustrializada. Hasta el paroxismo, de hecho. La angustia de la fealdad mecánica encuentra un hábitat imperfecto en los suelos de Rávena, ciudad-factoría surcada por enormes tuberías que transportan vapores, empalada por chimeneas, amusgada de fábricas, torres eléctricas y montañas de basura humeante. Vertederos metálicos en los que la vida se ha visto obligada a autoexcluirse formando casi núcleos aislados, como aquellos desclasados milaneses de De Sica que buscaban el calor del Sol que se colaba furtivamente entre dos nubarrones.
En semejante escenario asfixiante de parajes desnaturalizados Antonioni nos descubre el color y articula su puesta en escena mediante las cualidades psicológicas, expresivas y puramente estéticas del mismo, a partir del estado anímico de su protagonista y de las demandas de una historia que, de hecho, se mueve en terrenos del minimalismo, ajena a una narrativa tonificada y una relación pura de causa-efecto. No, aquí los silencios de palabra (aunque casi nunca totales: atención al incesante sonido de fondo de máquinas, zumbidos o de la banda sonora electrónica de Giovanni Fusco), el gesto y unos diálogos a ratos buscadamente innecesarios crean un lienzo cuya atmósfera viene marcada por el entorno, pero especialmente por la irrupción de los colores planos -rojo, blanco y azul primordialmente, pero también verde y amarillo-. Colores finalmente retratados a través de una filosofía de la planificación y el encuadre basada en la incomodidad. Una ruptura del equilibrio que se produce a través de la distribución del aire de plano (a menudo respondiendo a la verticalidad de las monstruosas estructuras industriales) y en la asimetría compositiva. O bien en la ocasional irrupción de los elementos naturales «libres» (agua, roca, vegetación) en medio de un entorno deshumanizado.
Partiendo de estos criterios El desierto rojo podría postularse como una suerte de simulacro de ciencia-ficción postapocalíptica; en algunos momentos incluso casi en una especie de reverso tenebroso de los planteamientos «futuristas» tragicómicos de Jacques Tati. Casi. Aquí no hay espacio para la comedia y la ternura en tanto que la (supuesta) evolución tecnológica parte de (o trae consigo) la supresión de la humanidad: al fin y al cabo, el personaje más frágil, más inestable y, en consecuencia, más humano de la película es una mujer con una enfermedad mental producto de una grave lesión por accidente motorizado.
Mucha sustancia, en fin, de donde arañar; muchos preceptos éticos de los que rascar en una película que ofrece toda la complejidad y profundidad que el espectador esté dispuesto a asumir. Después de ello ya vendría Blow-Up y el mundo estallaría definitivamente. Aun así, y sin ser su mejor film (ese honor, para un servidor, no le corresponde tanto a la de Hemmings y Redgrave como a La aventura), El desierto rojo es probablemente la película más poliédrica, fascinante, magnética y misteriosa (y ya es decir) del malogrado director, quien fue último gran genio del cine en Italia. Ocasiones como la que nos atañe no hacen más que confirmarlo.
Y ello a pesar de la austera edición en DVD que nos ofrece A Contracorriente y que incorpora como único material añadido las fichas técnica y artística. De nuevo, compensa el libreto informativo, en este caso escrito por Ana Melendo, de la Universidad de Córdoba, autora del ensayo Antonioni, un compromiso ético y estético. Así que la edición se aferra a unos mínimos (banda de audio en ambas versiones, doblada y original, y subtítulos en castellano) para autojustificarse a partir del material que ofrece. Y el mercado casero es tiránico, excesivamente competitivo y extremadamente maltratador para con el concepto del cine como arte, primando el del cine como producto mercantil. Desde luego, una edición cargada de extras explicativos se habría agradecido mucho más, pero de nuevo cabe congratularse. Por fin, El desierto rojo editada en condiciones. Eso de por sí ya es noticia.
Fantástico artículo. Mi humilde enhorabuena. Para mí, junto con El Eclipse (y es que ése final me deja sin palabras), la cúspide del Cine de Antonioni (y una de las grandes películas de los 60), aunque seguramente con La Aventura la ruptura y, por tanto, la importancia de esa peli, sea bastante mayor que las comentadas. De todos modos un trabajo fascinante. Más allá de lo fundamental del uso del color, como bien comentas, me parece la utilización de los escenarios (algo que Antonioni explota siempre para exponer estados de sus personajes) en este caso industriales (no sé si compartirás la idea de que tienen ciertas conexiones con los que utilizó en El Grito), la sensación de perdida constante del personaje de Vitti (y su inconmensurable belleza) durante todo el metraje, y por encima de todos, la escena en que, encerrados en una pequeña habitación, los personajes empiezan a explicar intimidades (y donde el color Rojo alcanza cotas inimaginables). Un ejercicio de introspección único (aunque esto bien se le podría achacar a casi todo el Cine de Antonioni) y que intentaré conseguir en breve en dvd (aunque solo sea por el libreto). Tachada de pretenciosa, absurda y tediosa por la mayoría, a mí siempre me ha parecido sentida, profunda y emocionante
Y por cierto, además de la enhorabuena por el gran artículo, me gustaría presentarme, ya que a partir de ahora creo que empezaré a ser más asiduo por estos lares, principalmente porque últimamente las páginas de Cine que visitaba no colmaban mis necesidades, era lector y comentarista de una página amiga vuestra (LHP) y todo que sigo admirando y teniendo mucha simpatía hacia todos sus redactores, las películas que últimamente comentan (que han sido las que han comentado siempre ojo, el que ha cambiado sus gustos he sido yo, no ellos) están bastante alejadas de las que actualmente me interesan y que si encuentro en vuestra página (El Caballo de Turín, Sueño y Silencio, Film Socialisme, Holy Motors, etc), y las pocas veces que cuelgan noticias sobre alguno de estos directores (o de otros como Lacuesta, Almodóvar, etc) los que comentan acaban por quitarme las ganas de intervenir para dar mi opinión sobre ese tipo de cineastas (solo decir que siempre que aparece Godard, Rosales o aludiendo a una peli actual, Holy Motors, los únicos adjetivos con que los definen son de gafapastas y pedantes para arriba), ya que parece un poco que estoy predicando en un desierto. Por todo esto me alegra que tratéis este tipo de pelis/directores (joder, con lo amplio que es el Cine) y ver cuáles son vuestra opiniones sobre ellos defendiendo el hecho de que en el mundo del 7º Arte hay multitud de visiones y formas de explicar y transmitir una historia (y si se conoce la Historia del Cine, como parece que conocéis, más aún), y que atacar por norma todo el Cine que se aleje de lo convencional sería también criticar a gente como Cocteau, Buñuel, Resnais, Garrel y un largo etc que han hecho de esto uno de los mayores placeres/pasiones que tengo en esta vida. Un Saludo y espero intercambiar opiniones con vosotros pronto!!
Nada, oye, que anonadado me has dejado.
En positivo, claro.
De entrada, muchísimas gracias por todo. Especialmente por tu comentario; desde ya, complemento valiosísimo a la crítica inicial. Y qué decir; de acuerdo al 100% en el primer bloque. Aunque ya digo que mi Antonioni preferido es el de La aventura. Pero vamos, de esa época no hay nada despreciable (ni el Eclipse, ni La noche, ni El grito…) y de la que vendría durante los 70 casi tampoco. Y sí, Monica Vitti es mi actriz italiana favorita EVER.
Magnani molaba (casi siempre molaba MUCHO). Giulietta Masina era, como diría El Golem, puro candor. Pero Monica Vitti era Monica Vitti.
En cuanto al segundo bloque de tu comentario, oye, date por bienvenidísimo. Ya sabes cómo funcionamos por aquí. Uno llega, dice hola y si viene de buen rollo ya es de la familia. Y si encima tiene cosas interesantes que contar, como parece ser tu caso, nosotros encantadísimos.
Porque sí, por aquí nos parecen absurdos los etiquetados. No podría ser de otra manera. Yo he crecido con La fiera de mi niña y con Los Goonies. Con El apartamento y Los cazafantasmas. Con La pasión de Juana de Arco y Taxi Driver. Con Nosferatu, El espíritu de la colmena, La guerra de las Galaxias, Carretera asfaltada en dos direcciones, Las margaritas, Rashomon, Desmadre a la americana y Los 400 golpes. O con… en fin, se entiende.
Así que por aquí somos de valorar cada cosa de modo crítico pero aplicando el correspondiente prisma. Si descalificáramos a alguien por sus gustos estaríamos tirando piedras a nuestro propio tejado. Al tejado de esta casa que habitamos, construida a partir de toneladas y toneladas y toneladas de películas.
Así que lo dicho. Alegrión por tener alguien como tú rondando por aquí. Y con alguien como tú no sólo me refiero a alguien que demuestra el sentido crítico que has demostrado a pequeña escala sino también a alguien que, qué coño, cita a Cocteau, Buñuel, Garrel y Resnais. Porque yo digo, Buñuel y Resnais vale, pero ¡¿es que nadie más se acuerda ya de Garrel o Cocteau?! Ahora que estamos con esto de las DVD-Críticas, en cuanto alguien edite algo más de Garrel saltaré y me volveré a ver todas sus películas. Ea.
Y si alguien reedita Orfeo, Los padres terribles, Les enfants terribles y La bella y la bestia ya juro que sacrifico a un carnero como agradecimiento.
Comenta lo que quieras, que aquí estamos!
Abrazos!!
Jodo, pues que alegrón que seáis así de verdad!! Muchísimas gracias por todos los piropos que me has proferido!! Lo del espíritu crítico creo tenerlo, pero desde luego carezco por completo de vuestra capacidad de transformar esa crítica en textos tan impresionantes cmo los vuestros!! Poco más que decir, sólo que sí, yo tampoco entiendo como los directores de El Lecho de la Virgen, Le Revelateur, L'Enfant Secret (mi film favorito de Garrel!!!), Orfeo (mi film favorito de Cocteau), La Sangre de un Poeta o La Bella y la Bestia sean casi completos desconocidos actualmente. Pero bueno, creando artículos tan interesantes como éste sobre Antonioni hacéis algo de justicia para esos grandes directores inscritos en letras de oro en la historia del Cine pero que no demasiada gente conoce. Nos hablamos por aquí, y de nuevo, Gracias!!!
PD: Ya os sigo por Facebook!
pedantes! gafapastas! hipst… eh… no cuela, no?
Yo no añado nada, ya lo ha dicho todo Xavi.
Sólo apuntar que mola que te hayas cogido un nick, para distinguirte de la nube de anónimos que a veces pulula por aquí, así que ahora sí que sí: ¡Bienvenido a casa, Bracero!
Y nada, ya si eso os dejo a vuestras cosas que yo tengo un guión de radio que escribir… (esto va por Xavi, que cuando lo lea y descubra que ya es miércoles, le da un papatús fijo. Fi-jo).
Saludos a los dos!
¿Ah, sólo es miércoles? Bah, entonces aún tengo casi dos días para escribir el guión. Eer, un momento…
Por cierto, Bracero, en breve, el Francesco de Rossellini. Mi Rossellini favorito después de Te querré siempre, Roma ciudad abierta, Alemania año cero, Stromboli, Paisà, Fugitivos en la noche y El general de la Rovère. Esto, justo ahí está, sólo después de todas esas, jejeje…
(no, en serio, peliculote; en cuanto pueda la reveo para escribir esa crítica)
Que saludos a los dos, tontos!
Muchísimas gracias Carlos si es que puedo tutearos desde ya)por la amable bienvenida, intentaré aportar mi granito de arena a los comentarios de la página, aunque pongáis el nivel tan alto como lo ponéis!!! Saludos!!!
Acabo de ver Xavi que has subido la crítica de Francesco, y se que me merezco un capón por lo que diré pero no la he visto, al igual que Paisà (aunque ésta la tengo ya por el PC hace unos días para verla en breve), y casi (casi) coincidimos en nuestro top 3 de Rossellini solo que intercambiando posiciones, para mí están en este orden: Roma, Viaggio in Italia (me parece mucho más acertado su título original) y Stromboli, aunque eso no quiere decir que desprecie enormes pelis suyas como Alemania año cero o Europa 51. Otro de los grandes, no solo por la importancia que alcanzaron sus films sino por la importante tarea que hizo para television en los 70, que sólo eso, merecía un artículo propio. Voy a comentaros la crítica de Holy Motors, que al fin, ayer, pude verla!!! Saludetes!!!
Ah, no, si esa lista no estaba en orden. Para mí el mejor Rossellini EVER también es el de Roma. Pero luego sí, luego vendría el de Viaggio in Italia (totalmente de acuerdo en lo de la traducción; aunque también es mítico lo de Te querré siempre)…
¿Y no has visto Francesco…? Shaaaaaame oooooon yooo… nah, es coña. Lo importante es tener la intención. Luego el momento sale cuando sale ;)
En cualquier caso, sí, Rossellini tenía un montón de pelis menos reconocidas pero que a mí me parecen obras maestras igual: El amor, Viva Italia, India… coño, si hasta me gusta La nave blanca…
Nada, que cuando la veas (Francesco, me refiero), ya nos dices qué tal
(y ahora, curiosidad por ver qué dices de Holy Motors…)
Más saludos!!