Crítica de Elysium
Valor en alza de la ciencia-ficción oscura del siglo XXI, probablemente a Neill Blomkamp le haya alcanzado ya, en su segundo asalto largo tras la celebrada District 9, su propia sombra, su propia leyenda, posiblemente forjada antes de tiempo. No, nadie habló de él -como tampoco ocurrió con Duncan Jones, por ejemplo- como de un nuevo dios del género pero sí que es cierto que al hombre, poseedor de un concepto responsable y mullido de la ciencia ficción, se le presuponen grandes logros. Sin embargo no conviene olvidar que el último tercio de su debut era puro actioner palomitero bastante reticente de su propia condición, y algo así ha ocurrido con Elysium. Ya recojo cabos, ya: lo nuevo de Neil Blomkamp no es la panacea, pero parece empeñada en demostrar lo contrario; es una de ciencia-ficción correcta, pero menos honda de lo que se cree; y aunque pretende cultivar cerebro sociopolítico lo que le termina tirando es el puro músculo blockbusterero. Ahora mejor.
Por lo menos para quien firma esto Elysium no está destinada a cambiarle el rostro al panorama cinematográfico fantacientífico. Su argumento, resultón y resolutivo, en el fondo anda bastante lejos de la presuponible, demandable condición de constante revulsivo asociada al género. Porque aunque demuestra audacia en los planteamientos y brillo en algunas soluciones escénicas, el núcleo discursivo ya lo hemos visto demasiadas veces. Blomkamp, también guionista, dibuja un futuro distópico ya conocido, mil veces visitado, en el que los adinerados viven retirados en unos Hamptons dionisíacos estratosféricos mientras los pobres se pudren en el racimo de neofavelas en que se ha convertido Los Angeles. Un tema recurrente en la ciencia-ficción, derivado de la situación geopolítica y socioeconómica global -no olvidemos la habitual vocación de reflejo social que caracteriza al género- tratado en el cine en títulos de diversa fortuna comprendidos entre Metropolis y, si no me equivoco y tengo el contador actualizado, In Time.
Se trata de un futuro, digamos, plausible en el que paradójicamente la evolución ha buscado asemejar la vida lo más posible a lo que conocemos hoy mientras que la pobreza supone un receso hacia la ley del hierro: el tercer mundo queda aplastado bajo el peso armamentístico y la casquería cacharril de máquinas defectuosas, mientras que en el mundo privilegiado la gente se fríe el ombligo al grill en sus piscinas de 1500 metros cúbicos. Un pesimismo intemporal que sin embargo viene ligado a las recientes tendencias en el dibujo del héroe, en este caso más pasivo que de costumbre -la tragedia puramente heroica se reserva para el momento climático-, cercano al modelo Bourne (no en vano es Matt Damon quien interpreta al héroe a su pesar) y con un temperamento mucho más flemático, en oposición al verborreico -e irritante- antagonista ninja sudafricano que interpreta Sharlto Copley.
En semejante contexto, un trabajador de la Tierra queda expuesto accidentalmente a una radiación mortal que le garantiza no más de cinco días de vida. Bajo semejante cuenta atrás y con el deterioro físico en aumento, se verá obligado a viajar a Elysium, único lugar humano donde recibir la cura, pero para ello antes tendrá que calzarse un exoesqueleto mecánico directamente linkado a su sistema neuronal y trabajar para un grupo de trapicheantes capaces de fletar naves patera hacia el nuevo mundo. De nuevo, Blomkamp muestra un cierto interés simbólico para tocar temas relacionados con la segregación reflejados en un universo muy concreto. Si District 9 suponía una suerte de alegoría del apartheid, ahora los emigrantes parecen dispuestos a cruzar la frontera furtivamente para convertirse en auténticos espaldas mojadas. El problema, ya lo apuntábamos arriba, es su limitada capacidad alegórica y su relativa inocencia revolucionaria.
Y es que Elysium se presenta un tanto pagada de si misma, en ocasiones autoimbuida de una solemnidad que luego no puede satisfacer, alérgica a cualquier manifestación de entretenimiento más bastardo, abiertamente populista. Cierto, el correteo trepidante -histérico incluso- y la potencia de choque están servidos, pero el director parece querer escudarse bajo un manto de seriedad que lo legitime y termina liado en una maraña de momentos de lirismo algo pacotillero, de épica forzada y de narrativa abotargada: a pesar de estar trufada de ralentís, la narración en imágenes no es fluida y no logra escapar de la confusión. Resultado, una ensalada de acción bien servida pero algo mal aliñada, a ratos vulgar y repetida, crujiente pero en el fondo poco o nada proteica. Y también conviene recordar que la cinta debería tener capacidad para renovar el sense of wonder a cada escena, y lo cierto es que salvando algunas felices ocurrencias del diseñador Syd Mead o soluciones logradas (los planos aéreos de Elysium, los droides hiperrealistas, el exoesqueleto de Matt Damon, cachivache cronenberguiano manufacturado en matrix), no posee la misma cantidad de ideas atractivas en puesta en escena e imaginería futurista que otras competidoras recientes menos reputadas (incluso rechazadas por el grueso crítico) pero en cierto modo interesantes, como Desafío Total u Oblivion, especialmente esta última merecedora de una mayor atención.
Ojo, a pesar de todo Elysium sigue siendo una propuesta interesante, un blockbuster cuidado, una película de ritmo contagioso y una nueva prueba de que la voluntad artística es conciliable con las ansias comerciales. Es más, a su favor hay que decir que las pretensiones estéticas y los resultados temáticos empiezan a conformar un imaginario propio del director, conectados directamente con District 9 y que pueden deparar mejores y mayores momentos. Si se desprende de ideas preconcebidas y modismos molestos, poco a poco Blomkamp irá afianzando su propio sello y asumiendo unos referentes (que en este caso van de Aliens hasta Minority Report pasando por, de alguna extraña manera, el Punishment Park de Watkins); modelos que, por el momento, es incapaz de superar. Y, al fin y al cabo, esta es su segunda película y habrá que darle tiempo al tiempo, que la precipitación no puede traer nada bueno. Pero, por el momento, yo me quedo con el standby puesto.
6’5/10
uf, pues si tiene menos ideas cachiváchicas aún que la (para mí) horrorosa Desafío total 2012… me parece que citaré a SSR y diré aquello de "para el salón de mi casa" (que es donde espera Oblivion xD)
Bueno, Desafío total (cuidao, hablamos del remake) no me parecía una gran película, pero tenía algunas ideas chulísimas. Elysium es, en líneas generales, mejor. Pero ojo, no tan mejor como ella se cree.
Oblivion sí, Oblivion me parece una peli muy, muy reivindicable…
Sí sí, claro, del remake. La original es una joya y como tal debe considerarse y quien no lo haga (Otto?) ya puede ir cogiendo la puerta de salida. Y sí, ok, se daba por hecho que Elysium iba a ser mejor que Total Recall. Pero también más original en cachivaches y demás que eso, para la ci-fi, suma algún puntito. Si no llega a sus niveles ya me hablas de mediocridad. Y mediocridades a mí no. Mediocridades a mí, no.
Jajajaja… recojo el guante ya que al parecer todavía les arde la herética pero terapéutica y necesaria desacralización de sus “hilarantes” ídolos (payasos diría yo) de barro. Tranquilos que ya pasará y luego me agradecerán la terapia de shock. Respecto del tema, y para echar por tierra cualquier supuesto anti-hollywoodismo, Desafío total de Verhoeven me parece un clásico moderno del género aunque si bien a algunos de sus efectos especiales pueden sufrir mala vejez es una gran película plagada de ideas audaces muy bien adaptadas de diversos referentes literarios. La versión reciente con Farrell fue un desastre que no le llega a los tobillos a la original (hasta ahora no concibo como pudieron suprimir toda la acción en Marte, eso fue un suicidio). District 9 es otro golazo en el género por muchas razones y para ser franco esperaba una continuación lo antes posible. Por lo leído Elysium cumple con lo aceptable así que esperaré su llegada (oficial o no) para disfrutarla.
Jajajaja, bueno, aquí parece que estamos de acuerdo :P Sabía que no me fallarías y que aparecerías por aquí!
Por orden ya que parece un debate sobre los últimos CiFiascos cinematográficos. La anfitriona, Elysium, es mediocre aunque mantiene la atención hasta cerca del final. Y sin los FX ocre entera, en vez de recrearse en tópicos, podían haber dado una vuelta más a la historia, añadir alguna sorpresa, giros inesperados, cosas que en otro tiempo se usaban como recursos para mantener la atención, reforzar la trama y suplir unos FX tecnicamente imposibles o fuera de presupuesto. Simplemente con dar más papel a Jodie hubieran ganado más enteros :)
En cuanto a Oblivion, a la medida de Tom Cruise, es decir, talla pequeña, una historia prometedora desaprovechada.
Y Total Recall ni sombra de la original, de las tres la peor.
Bueno, quede claro que yo nunca dije que Total Recall me pareciera buena. Al contrario, globalmente es una peli regulera. Pero en algunos puntos concretos supera a Elysium.
Y todo lo que se le quiera achacar a Total Recall, pero la acción está mejor rodada que en la de Blomkamp.
Acabo de ver Elysium y si bien es cierto que no aburre esperaba mucho más de Blomkamp. Considero a Distrito 9 superior en casi todo a esta regularona película, a la que se le nota el manoseo y las costuras en todo el guíon. Si algo vale la pena rescatar es el desempeño del reparto que trata con la mejor intención tapar con intensidad actoral las incoherencias narrativas, los plagios descarados y las fórmulas repetidas hasta la criminalidad. Bien por Foster, Moura, y Copley. Mal por ese guion previsible, plagado de giros absurdamente forzados, y montones de retazos sacados de múltiples referentes cifi, sea en pelis, novelas y animes. El resultado es una nula originalidad e ingenio en la transformación o adaptación de referentes que francamente resulta irritante.
Mantengo la fe y espero la secuela de Distrito 9, verdadero hito del cifi de este siglo