Crítica de Emmanuelle
Sylvia Kristel. Sillón de mimbre. Pechos al viento. Un icono cinematográfico inconfundible, esa imagen, correspondiente a una película no menos histórica. En 1972 llegaba el escándalo por excelencia de la mano de la norteamericana Garganta profunda, pero sólo dos años después llegaba la respuesta del viejo continente, rápidamente convertida en éxito de masas pese a su condición de cine X (o justamente debido a ella, si bien su carga sexual fuese muy inferior a la que protagonizara Linda Lovelace): Emmanuelle era la primera de una eterna saga de aventuras eróticas, muchas de ellas protagonizadas por la misma actriz, fallecida en octubre de 2012. Y como tal la más mítica y recordada, tal fue su revolución que a día de hoy se sigue citando cuando una conversación emprende rutas picantes, o cuando alguien se sienta en algún sillón que recuerde al de la película; y es que cuesta poco, en la actualidad, comprender las dimensiones de este acto de rebeldía. Y eso que no fue pionero en nada, ni siquiera se trataba de una idea genuina. La del director Just Jaeckin no era sino la nueva versión de una película olvidada, Io, Emmanuelle, estrenada en 1969, que a su vez adaptaba la novela de Emmanuelle Arsan titulada ‘Emmanuelle’ y publicada diez años después. Ya se sabe que los senderos del éxito son inexplicables.
Como sea, ya lo decíamos, es evidente el impacto de su terremoto. Por acercar tanto el cine erótico a terrenos comerciales; pero también por contar, en el momento y el lugar justos, este viaje a los secretos del sexo mediante el (auto)descubrimiento de una mujer recién casada con un hombre de ideas más bien liberales (vamos, más infiel que un perro en celo), y residente en Bangkok. Capital del pecado donde la protagonista, una joven aparentemente angelical, emprende una excursión por los vericuetos de la pasión desprendiéndose paulatinamente de su angelical fidelidad marital previa. Da rienda suelta a sus ardores desde bien pronto (ese giro de guion que revela lo ocurrido tan pronto como arranca el viaje), para luego interesarse por todas las variantes de la infidelidad posibles. Máxime motivada por el condicionamiento del grupo de chicas (esposas, adineradas, aburridas…) con quien entabla rápidamente amistad y algo más. Hablamos de un grupo de hippies, liberales y nihilistas, en pleno momento de apogeo (europeo) de dicho movimiento. En el paraíso del pecado, sexo y drogas a la orden del día. Normal que, a este lado de los Pirineos pululando aún quien pululaba por aquí, no se estrenara. ¿Sabéis el cuento de los españoles que iban a Francia a ver películas? Pues Emmanuelle, seguramente, fuera el mayor éxito de esta categoría de películas.
Pero al margen de la historia que la rodea, y apartando también las, por otra parte, obligatorias reformulaciones del prisma desde el que hoy en día debe verse la cinta de Jaeckin por su trascendencia en su momento… lo cierto es que el paso del tiempo le ha pasado mucha factura a su ya de por sí cuestionable calidad como producción cinematográfica; la decepción es de órdago. Emmanuelle es una película vacía, cuyo entramado sirve como mera excusa para pasar de un desnudo a otro sin ninguna voluntad por querer maquillar tales intenciones. Y como tal, se antoja banal y apática, incapaz de desprender emoción alguna, ni siquiera en un arco final de supuesta aprensión. Sin ningún interés por perfilar las personalidades de sus personajes, todos ellos resultan burdas parodias clasistas, y peor aún: sus relaciones sexuales son torpes, interpretadas con serias limitaciones y filmadas sin el más mínimo erotismo. Tanto como para resultar más incómodas que otra cosa. Y entre escena y escena, la cámara de Jaeckin navegando sin rumbo por las geografías del lugar, retratadas con un filtro excesivamente brillante y brumoso contraindicado, por cierto, para la alta definición (del Blu-Ray hablaremos más abajo).
De todo su olvidabilísimo metraje, mucho más casto de lo que cabía esperar para mayor inri, tan sólo quedan un par de secuencias genuinamente controvertidas: la del avión, claro. El primer acercamiento a la homosexualidad. Y sobre todo, la visita a un local de auténtica perdición, donde el primer plano de una mujer fumando por donde no toca sorprende aún ahora. Todo lo demás consiste en una renqueante sucesión de cuerpos desnudos sin excesiva gracia, que se acarician y coquetean con torpeza y falsa naturalidad, mientras su repetitiva banda sonora va agotando la paciencia del espectador. Y hablando de paciencias puestas a prueba, ese final soporífero, en el que una suerte de coronel Kurtz del sexo explicita los discursos que ya habían quedado claros desde el primer minuto, apostando por el derrocamiento de la monogamia y demás lindezas. La nada más absoluta, vamos, con un erotismo tendiente a cero.
Y en el Blu-Ray de Emmanuelle…
Aprovechando la noticia del fallecimiento de su protagonista, la Universal relanza al mercado la saga (o parte de ella), en una edición en Blu-Ray francamente decepcionante. La imagen se presenta en el formato 5:3 original, y si bien goce de un contraste de colores notable, consta de varias impurezas impropias de la alta definición lo cual, sumado a la elevadísima cantidad de grano (el formato tiende a confundir efecto borroso con grano a secas), invitan a pensar en una extracción directa de alguna edición previa en DVD. Alivian tan inesperadas sensaciones los extras que se incluyen en el propio disco: Un éxito erótico es un documental de casi una hora de duración sobre la película y su impacto mundial, interesante para ayudar a perfilar el universo en que hay que ubicarla para recuperarla a día de hoy; y Una entrevista sobre Emmanuelle se compone de 30 minutos de preguntas y respuestas tanto al director como al productor Yves Rousset-Rouard. Un tráiler completa el apartado (nada desdeñable, sin duda) de material añadido de un disco que pese a todo sigue contando con más oscuros que claros…
Sí señor, La Casa se pone erótico-festiva.
Gran crítica, pero no has dicho nada de mi diálogo preferido de toda la peli que, si no recuerdo mal, era algo como
-¿Sabes por qué como piruletas?
-¿Porque te gustan los dulces?
-No, para poner cachondos a los abueletes
Un aplauso, damas y caballeros
Uy, qué gracia leerte crítica de Emmanuelle!! Mierda peli en boca sibarita. Yo también me uno a las albrícias por la crítica con la que estoy totalmente de acuerdo. Un peñazo de peli, mal hecha, con el punto horny en la otra galaxia, clasista, tontuna… Nunca entendí porqué generaba tanto alboroto. Bueno, sí, tristemente se daba una cuenta de uno de los impactos de la alianza franquismo/iglesia: la pobreza sexual de este país (así, en general, que luego cada cual en su casa ya no me meto). Es que ni la Krystel está sexy. Chorrada de peli.
Que la gente fuera a Francia a ver a Brando y Schneider y la mantequilla en el tango de Bertolucci lo entendía perfectamente, pero por Emmanuelle… Me no entender. Yo la vi años más tarden de que la estrenaran, en los 80, pero ya entonces era tontuna y desfasada. Con mirada del XXI supogo que es infumable. Bueno, para echarse unas risas…
Juas, Xavi, esa frase, y la final del tipo viejuno que dice algo así como "abajo la monogamia!", son para enmarcar. Y luego, cosas como "no, no me gusta tocarme en público" y treinta segundos después venga festival de fingering… en fin, qué cosas tiene esta peli.
SSR, que me da que no eh? que tampoco es para echarse unas risas. I mean, yo me descojoné porque una de las actrices me recordó muchísimo a una tertuliana del Sálvame, pero en general, me pareció aburridísima aun desde un punto de vista de pitorreo máximo…