Crítica de Following
Antes de que se embarca en proyectos mastodónticos que a la postre han acabado provocando cierto desgaste (tanto para él mismo como para el espectador), y antes de trucos finales y pre-jubilados con insomnio, Christopher Nolan sorprendió a todo el respetable con la que sigue siendo a día de hoy su mejor película, Memento. Aquella historia que iba adelante, atrás y en paralelo con un Guy Pearce falto de memoria en el centro del huracán parecía ser la Biblia del cineasta: varios entramados enlazándose entre sí, rigor formal (para evitar que todo se salga de madre) y un giro final que sorprendiera al espectador. Tres mandamientos que ha ido cumpliendo de manera más o menos natural a lo largo de toda su filmografía (salvo en el caso del último Caballero oscuro), y que resulta que ya habían tenido origen (je) en el debut en la dirección de largos del cineasta: esta arrebatadora Following que ahora nos llega por primera vez en DVD de la mano de a contracorriente films. Ciertamente, se agradece la posibilidad de dar una vuelta por los inicios de un director cuya percepción, aun habiéndose mantenido fiel a sus principios antes citados, ha ido cambiando radicalmente con el paso de los años.
Y es que quién le ha visto y quién le ve. Lejos del más grande todavía al que parece abonado, lejos de grandilocuencias argumentales y, sobre todo, técnico-visuales, descubrimos aquí a un Nolan impetuoso, salvaje en su riguroso blanco y negro, su cámara al hombro y su historia otra vez juguetona con las líneas temporales y los twist imposibles. Los tres credos antes citados en su versión más novata. Y, claro, una diferencia abismal: sin las acostumbradas facilidades económicas que recibiría a posteriori, aquí busca epatar por la vía de siempre. Nada de ciudades doblándose. Consciente de la necesidad de darse a conocer, el por aquel entonces jovencísimo cineasta (28 años contaba) ofrece una película sorprendente desde su aparente sencillez. Una realización elegante y sumamente cerebral que le va como un guante a un argumento enrevesado, hitchcockiano, en el que un hombre tiene por costumbre seguir a las personas sin más, hasta que se encuentra con uno que le descubre y le enrola en sus fechorías.
Personajes que esconden secretos, trama estimulante (el espectador ya cuenta con que habrá algo que acertar al final, y bien pronto se pone a atar cabos y adelantarse a su devenir), y un par de indicios, al poco de empezar, de que esta va a ser otra prueba más. Otro puzle que habrá que ir montando por bloques para conseguir ver el resultado tan sólo cuando encaje el último puñado de piezas que el director decida lanzar a la mesa. Hay intriga, hay triángulos, hay femmes fatales y hay un desarrollo cada vez más fragmentado. Todo ello en 67 desasosegantes minutos (ojo: 100 minutos menos que su última producción hasta la fecha) que zarandean al respetable exactamente como, cuando y cuanto quiere Nolan. Lo que siempre ha buscado, pero esta vez desde un prisma inusitado como es el de la innovación mediante la escasez. Sorprendente y estimulante a partes iguales.
Y en el DVD …
Por su parte, la edición en DVD de a contracorriente nos lo pone fácil con un par de extras interesantes. Pese a que sería más necesario en Memento (la desestructuración de Following no es tan drástica), el espectador que se haya liado demasiado con los saltos temporales puede optar por rever la película montada en orden cronológico. Hemos hecho el experimento, y como tal es curioso, pero recomendamos hacerlo después de haberle echado el guante al montaje original para no perder la magia.
También son interesantes los audiocomentarios de Nolan (subtitulados al castellano), que por momentos parece ser un espectador más de ese regreso a los orígenes, a la par que de ese redescubrimiento de sus (autoimpuestas) normas. Desgrana pasajes, descubre detalles que podrían pasarse por alto, y le da una cuarta dimensión (él afirma que su cinta ya cuenta con tres) al conjunto mientras no se preocupa por esconder la emotividad de retomar su debut cinematográfico.
Fichas técnicas, artísticas y un tráiler completan el repertorio de extras de una edición que hace lo posible por presentar la película en las mejores condiciones, sin poder evitar algunos manchurrones del material original, así como un grano en la imagen que en puntuales ocasiones se hace demasiado evidente. El audio en su versión doblada goza de una calidad más que digna, mientras que en versión original se aprecia algún defecto, fruto, de nuevo, del material de partida. Y es que las restauraciones milagrosas son precisamente eso, milagros no siempre concebibles. En cualquier caso, se puede disfrutar perfectamente de la película, y menos mal, porque ninguno de los adoradores de Christopher Nolan debería perderse su debut y, si no el mejor, uno de los mejores trabajos de toda su carrera.
8/10