Crítica de Glass (Cristal)
Tan importante como una buena película es construir una narrativa. El ascenso y caída de M. Night Shyamalan culmina un nuevo episodio: El resurgimiento. La unión entre el director y Blumhouse ha ido labrando una lenta reinserción en el mundo del cine. Una vuelta a los orígenes que comenzó en la estimulante La visita y que continuó con Múltiple. El plot twist de esta última, además, nos lanzaba a la nueva moda de universos cinematográficos compartidos. Diecinueve años separan El protegido y Glass. Veamos si Manoj está a la altura de su propia historia.
Cada nueva película del director es un mini-evento que en esta ocasión lo es aún mayor al tratarse de la conclusión de una inesperada trilogía. En pleno boom superheroico, Shyamalan nos demuestra que el ya deconstruyó el género mucho antes, y vuelve a jugar las mismas cartas, pero sin mucha suerte en la mano. Tanto Bruce Willis como Samuel L. Jackson retoman sus papeles de David Dunn y Mr. Glass acompañando a James McAvoy y su ecléctico conjunto de personalidades. Un héroe, un villano y una mente maestra confinados en un centro psiquiátrico. Los esfuerzos de la película por hacer dudar al espectador de las realidades ya asentadas ocupan gran parte del metraje. Esta decisión resulta cuestionable al tratarse de la primera película, en su filmografía, en la que ya conocemos las normas antes de entrar en la sala. Donde antes había harmonía y un interés genuino en los personajes, nos encontramos ahora con que quizás esta vez no tengan mucho que contarnos.
La condición de autor absoluto de su obra nos deja una autocomplacencia en forma de flashbacks innecesarios y que apelan a la profanadísima nostalgia. Es una pena notar una sensación de encargo movido por necesidades financieras. Pero para suerte de la película y el espectador, tenemos a James McAvoy. El trabajo del actor escoces es fascinante en la construcción de un personaje fragmentado. Fácilmente se convierte en el verdadero director del tempo. McAvoy consigue dar aire y oprimir al espectador tan solo con su fisicalidad. Soberbio.
Cuesta no querer apostar por un director que siempre intenta arriesgar, pero Glass se convierte en otra película de la lista menos lustrosa de su filmografía. Una película de superhéroes autorreferencial y demasiado subrayada en sus humildes aspiraciones. A nivel de público, parece que Shyamalan haya vuelto a contar con su atención y beneplácito. Su episodio de redención se cierra y personalmente estoy deseando ver qué nos depara el siguiente.
Trailer de Glass (Cristal)
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Shyamalan culmina un nuevo trabajo con un resultado agridulce al no conseguir mantener nuestra atención cuando ya conocemos las reglas del juego. Actores de primer nivel haciendo de superheroes low cost sin mucho que contar o aportar.