Crítica de Grace
Protagonizada por las reconocibles Jordan Ladd, Gabrielle Rose y Samantha Ferris, la trama se centra en el infierno por el que se ve obligada a pasar una mujer cuando, estando embarazada de ocho meses, su bebé fallece en las entrañas de su madre a causa de un accidente de tráfico. Pese a esto, ella sigue adelante con el embarazo, y milagrosamente logra traer con vida a su retoño. El único problema reside en que ésta no es, precisamente, de esas niñitas angelicales que duermen, ríen, lloran y beben leche materna…
Tanto por el argumento como por el trato que recibe, «Grace» podría ser la respuesta norteamericana a la determinante hornada de cine de terror francés actual, que ha sorprendido a propios y extraños con terribles obras maestras en el género.
De hecho, dos de sus más relevantes ejemplos actuales, «À l’Intérieur» y «Vinyan», guardan temáticas parecidas en su esencia a la que ahora nos ocupa, al vincularse en mayor o menor medida con el incondicional amor de una madre hacia sus respectivos retoños (descartemos «Alta Tensión», aunque rebuscando en ella también podrían encontrarse ciertas conexiones).
En el caso de la primera las semejanzas son aún mayores, siendo su protagonista una mujer embarazada y contando, como némesis, con otro personaje femenino obcecado con apoderarse del hijo de la primera.
Sumando «Grace» al mencionado díptico galo, nos encontramos por tanto con un pack de cine de terror que, seguramente, acusará en mayor medida el público femenino -y no por nada, salvo «Vinyan», son protagonizadas casi de manera íntegra por mujeres-. Ahora bien, más allá de la premisa, lo cierto es que las tres películas tratan el tema de manera lo suficientemente diferente como para poder ser distinguidas entre sí: el debut de Bustillo y Maury jugaba con el pavor de una madre, aún encinta, por perder a su futuro hijo, y con un hábil juego de engaños que, pese a todo, parecía hacerla quedar como antagonista en favor de su obsesiva acosadora -que no olvidemos que quiere hacerse directamente con el feto-; «Vinyan» llevaba a un matrimonio por un descenso a los infiernos debido a la obsesión de ella por recuperar a su desaparecido retoño, creando así una heroína monstruosa capaz de perder de vista cualquier atisbo de lógica, serenidad y seguridad pese a la validez de sus motivos; por último, «Grace» nos plantea la situación en que una madre descubre que su hija es lo suficientemente peculiar como para crear cierta controversia en la sociedad (obviamente se trata de algo bastante más extremo, pero de este modo mantendremos la sorpresa), y aun así hace lo imposible -en el sentido más físico, enfermizo y, finalmente, ilegal de la palabra- por salvaguardar su vida y mantenerla a su lado por mucho que su suegra intente arrebatársela a toda costa.
Se plantean por tanto, cuestiones para la reflexión: hasta dónde llegar, dónde acaba lo universalmente correcto y empieza la irregularidad ética… o cuánta de esa desconfianza que siente todo casado por su suegra tiene razón de ser (entre otros discursos secundarios).
Semejante búsqueda de profundidad y entereza, para una película empeñada en abarcar más de lo que su condición de cine b, gore y casposo necesita, se presenta a todas luces como una ardua tarea, y lamentablemente, Solet logra su objetivo sólo parcialmente.
Quizás movida por cierta necesidad de perdurabilidad (que es lo que han logrado los ejemplos franceses antes citados), de apartarse de los esquemas puros y duros del género sin violarlos, «Grace» navega entre dos mares sin acabar de conquistar ninguno de los dos. Así, durante buena parte del metraje casi parece que asistamos a un drama con toques de auteur, en el que la protagonista se va demacrando anímica y físicamente debido a las necesidades de su hija. Sorprende gratamente la opción por desenfocar la imagen cuando la cámara se sitúa en los ojos de la madre, claro ejemplo de las dificultades por mantenerse alerta, gustan un poco menos ciertos tropezones rítmicos en que Solet parece no tener claro adónde quiere ir. Aquí y allá, de manera muy, muy timorata, aparecen escenas algo más cafres propias de lo que promete el género en que se ubica y la publicidad que ha recibido la obra, cumplidoras aunque algo decepcionantes.
Sólo en su último cuarto (literalmente: son poco más de quince minutos) «Grace» abandona de una vez por todas sus ínfulas de grandeza. Ya no queda mucho más que contar, se ha desvelado el peor de los secretos (por otra parte, espoileado en el póster), por lo que el clímax se reduce simplemente, a un ejercicio de tensión y horror con manchas de gore explícito.
Bien es cierto que la mezcla no acaba de cuajar en ningún momento, lo cual hace caer al debut de Paul Solet en cierta apatía y momentos de tedio, enfrentados a otros pasajes realmente logrados, eso sí. Pero al final retoma el vuelo, y lo hace a toda velocidad, en un tramo conclusivo que pasa en un suspiro y que acaba resultando toda una muestra de saber hacer. Se trata de los minutos en que «Grace» se hace, por fin, con una personalidad arrebatadora, y al ritmo de una banda sonora protagonizada por efectistas pero efectivos latidos de corazón, el espectador a duras penas logra respirar y apartar la mirada de la pantalla, en que se mezclan persecución, muerte, drenajes, peleas, un terrible mal rollo y, sobre todo, la sensación de estar asistiendo a grandes muestras de cine de género. Y es que despojada de su aura trascendental «Grace» hubiera funcionado mucho mejor, habida cuenta de las logradas escenas de simple terror de serie b que pueblan toda la cinta.
Lamentablemente no ha sido así: algún que otro engranaje no acaba de encajar (mejor no hablo de los actores masculinos), y en su insólita mezcla de géneros y pretensiones, Solet acaba pecando de lo que muchos novatos en éste y otros ámbitos, abarcar demasiado para impresionar al jefe, y fallar en el intento.
Con todo, resulta una película muy curiosa, que satisfará a los aficionados y molestará a los más aprensivos (a quien no le duelan los pezones después de su visionado, que se lo haga mirar). Buena aunque no del todo lograda carta de presentación de un director con potencial.
6/10
(inevitables spoileracos)
A mí no me parece que sea pretenciosa, sino más bien lo contrario; pienso que tiene unas muy buenas ideas que no se hubiesen desarrollado bien si se le diese a la película un tratamiento casposo. Una de esas ideas es precisamente la obsesión por la maternidad y el carácter de mero accesorio del hombre (es por eso que los personajes masculinos no están desarrollados; no pueden estarlo).
Mi única queja es que es demasiado larga para lo que realmente cuenta, y una vez que nace el bebé se hace un tanto repetitiva (ya, ya, lo entiendo, el bebé necesita sangre) y machaca una y otra vez la misma idea. Esto se me hizo mucho más claro una vez que me enteré de que la idea había sido originalmente un cortometraje.
Si precisamente lo más valioso que tiene, creo, es que es una película distinta y no una entrada más en el género gore (que a decir verdad ya se ha hecho algo cansino últimamente, hasta el punto de estar completamente desensibilizados). Pero está claro que sus mayores intereses, para mí al menos, están en lo que quiere decir más que en cómo lo dice.
Un saludo.
pues si que nos ha entrado de manera distinta la cosa! yo creo que durante prácticamente toda la primera hora, es un ejercicio innecesario de cine de autor que pretende buscar mensajes chungos y tal (el que mencionas de los hombres como objeto de adorno no deja de ser otro más a la lista que propongo). que si metáforas, que si imágenes distorsionadas… por separado me hubieran valido, pero al mezclarlas con su segundo tramo de puro y duro thriller me pareció muy chirriante todo.
Por ejemplo, À l'Intérieur es una película que va mucho más al gore llano (sin abandonar ciertos mensajes), y yo agradezco mucho más eso de una película que, en realidad no debería olvidar su razón de ser. Vaya, que fijo que el corto es todo gore y caspa, y me das la razón ;)
Creo que hay mil maneras de hacer entradas al gore sin resultar aburrido y/o previsible, pero una de ellas no es la forma utilizada por Solet. Pero vamos, que igualmente es loable lo que intenta.
Saludos!
No la he visto ni tengo ninguna intención de ver…pero tal y como la has resumido, hasta suena apetecible y todo…a ver si me estoy transformando…???
Felicidades, mi capitán, por otra brillante entrada!!!
juas, ojalá te transformaras hasta este extremo! (poc a poc, poc a poc)
Gracias por el peloteo, te has ganado un par de entradas de regalo, jeje!!