Crítica de Green Zone: Distrito protegido
Paul Greengrass y Matt Damon vuelven a reunirse tras “El ultimátum de Bourne” en un thriller con la guerra de Iraq como marco que, basado en los datos verídicos que recoge “Imperial Life in the Emerald City: Inside Iraq’s Green Zone” -libro de Rajiv Chandrasekaran que es considerado como uno de los mejores non-fiction del 2006-, imagina una trama de acción, espionaje y engaños en plena ocupación estadounidense de terreno iraquí.
En “Green Zone: Distrito protegido”, Damon da vida al subteniente Roy Miller, encargado de dirigir a un pelotón de soldados en busca de las armas de destrucción masiva que supuestamente se esconden en el país recién invadido. Sin embargo, al no encontrar rastro alguno de tales amenazas, no tarda en plantearse serias dudas acerca de los verdaderos objetivos de los Estados Unidos en la zona, dudas que lo acaban colocando en medio de una red de mentiras, juegos de interés y desinformación que daría a la guerra un nuevo y escabroso sentido de salir a la luz. Por tanto, pese a situarse en un marco obviamente bélico e iniciar con una secuencia de guerra, lo nuevo del director de “United 93” se descubre perteneciente a un género sensiblemente distinto, y es que en palabras del propio director, “no es una película acerca del conflicto de Iraq, es un thriller que transcurre en Iraq, que es algo muy diferente. Sé por experiencia que un thriller funciona mejor en ambientes extremos, donde el reto moral es intenso.” Y cuánta razón tiene: “Green Zone” rezuma vigorosidad y potencia y, como ya ocurriera con las entregas de Bourne de las que se hiciera cargo el dúo de cineastas, atrapa desde el primer momento al espectador que se transforma en un soldado más gracias a un guión solvente e interesante y a la dirección y montaje, marcas de la casa.
Y es que, discípulo aventajado de Michael Bay -por mucho que a muchos les duela reconocer-, Greengrass vuelve aquí a sus frenéticos movimientos de cámara, su proximidad casi vertiginosa a la acción y sus secuencias breves y montadas a ritmo de videoclip. Técnicas que emularían el punto de vista subjetivo de un posible personaje ulterior, y que pese a llevar a algunos a la confusión total y absoluta, indudablemente impiden un visionado pasivo de la película, convertida en una suerte de experiencia de realidad virtual.
De este modo, las diversas secuencias de acción se disfrutan hasta la última consecuencia, exprimiendo los nervios del público mediante la exaltación de sensaciones básicas para luego no darles un segundo de tregu,a acudiendo a capas algo más elevadas gracias a un argumento trepidante y quizás algo previsible, pero no por ello carente de interés. Porque cierto es que desde el principio vemos venir a Greg Kinnear o a Brendan Gleeson, y que de algo de la guerra de Iraq estamos todos enterados, pero afortunadamente Greengrass no pierde más tiempo del debido en maquillar personajes (¡actores!) y/o situaciones, jamás busca engañar al espectador y en vez de ello opta por ir directo y veloz al grano, deteniéndose en los cruciales avances de la investigación de Miller y ansioso por introducir la siguiente persecución o tiroteo.
Todo ello no deja de recordar a las mejores temporadas de la serie “24”, de la que “Green Zone: Distrito protegido” parece un spin-off al compartir (en mayor o menor medida) personaje y argumento, desarrollo y devenir del mismo, recursos técnicos e incluso secuencias de acción tremendamente similares en todos sus aspectos, incluyendo el acompañamiento musical de un John Powell con complejo de Sean Callery. Hasta el punto de que en más de una ocasión parece que la pantalla va a convertirse en un reloj digital con el pitido del segundero martilleando en nuestros tímpanos. Por supuesto, un mérito más de la película, y sobre todo una buena fuente de inspiración para el posible salto a la gran pantalla de dicha serie.
No deja de resultar gracioso que, a tan sólo unos días de haber triunfado la sobrevalorada “En tierra hostil (The Hurt Locker)” en los Oscar, aparezca esta nueva aproximación a la actualidad bélica y lo haga conservando ciertos parecidos con el trabajo de Kathryn Bigelow -limitados a un tratamiento del conflicto prácticamente de documental-. Gracioso porque con aquélla aún en boca de muchos, “Green Zone” hace su acto de presencia con fuerza e ímpetu, provocando el precipitado olvido de la primera a base de menos trascendencia pero un entretenimiento muyo mayor. Y es que seguramente no sea tan ceremonioso como la Bigelow, pero lo cierto es que Greengrass consigue divertir condenadamente desde el primer minuto hasta el último, cuando la cámara se eleva para tomar un plano general que se distancia por primera vez de la acción e indica que, por fin, el espectador puede respirar. Y eso no lo superan ni todos los artificieros del U.S. Army.
7,5/10
Mira que no me llamaba mucho la atención la nueva de Greengrass y Damon, a pesar de ser fan de sus dos entregas de Bourne, pero el trailer y los comentarios que estoy leyendo me han aumentado las ganas y estoy deseando acercarme al cine este finde para visitar este Distrito Protegido.
Saludos !!
Me interesa bastante, si saco tiempo este fin de semana probablemente la vea. ¿Que tipo de personaje encarna aquí Matt Damon? ¿Alguien cercano a Bourne? O más tirando a Jack Ryan
Saludos!!
Por cierto, este finde cae Burma VJ seguro, que la tengo casi lista ;)
Hola a todos..
yo he visto el preestreno de Green Zone esta misma mañana en Madrid y me ha parecido una peli bastante buena y cargada con mucha crítica..
todo esto cargado de acción y manteniendo una gran tensión..la recomiendo
tiene buena pinta
Id a verla, en serio, hacednos caso a Aznar y a mí (uis, qué mal ha sonado eso XD). La película es una mezcla de Bourne con 24, y Matt Damon… pues eso, un cruce entre ambos personajes… aunque, RH, algo de Ryan también tiene, sí.
Ya digo, comparado con otros tostones recientes y bélicos (ejem, ejem), esta es un divertimento
Es mejor que En Tierra Hostil, sin duda, me ha gustado mucho.
Un saludo
jajaja, yo no quería decirlo en la crítica, pero…..
acabo de verla y me ha gustado mucho. Y mucho más que en tierra hostil, ´donde vas a parar