Crítica de Halloween II
Si algo hay que agradecer al empeño hollywoodiense por olvidar historia y cultura cinematográficas a base de remakes prefabricados, es la aparición de dos películas que se han convertido en sendos abanderados del cine de terror recientes: «Las colinas tienen ojos», de un Alexandre Aja que colocó su primer trabajo allende el océano entre las mejores del género, y «Halloween: el origen«, que confirmó a Rob Zombie como cineasta fundamental y profeta del gore para masas. El éxito comercial de ambas propició sus respectivas secuelas, pero si bien la de la primera (titulada en España como «El retorno de los malditos«) no podía ir más allá de un mero sacacuartos guarrete y destinado al consumo doméstico, «Halloween II» conservaba intacto el interés, al repetir todo el equipo de la anterior entrega y otorgar a su director la libertad que, según vieron algunos, le faltó al rememorar la obra de John Carpenter.
Despojado por tanto de ese sentido del deber y el respeto, Zombie debía demostrar si era capaz de encauzar la carrera del bueno de Michael Myers (renovado hasta hacer olvidar a su hermano mayor) hacia una nueva saga de películas terroríficas, con la suficiente personalidad como para convertir al personaje en el antihéroe favorito de esta nueva generación sin tener por qué saber nada de la historia que lo precede. De paso, había que ver si el director de «La casa de los 1000 cadáveres» podía enfrentarse a retos tan ambiciosos, habida cuenta de que, hasta ahora, su filmografía la conformaban experimentos de presupuesto muy limitado, total libertad y margen para el fracaso comercial.
Lamentablemente, la prueba ha sido superada sólo a medias.
«Halloween II» arranca desde el punto exacto en que acabó «Halloween: el Origen». Toca lamerse las heridas, recomponer vidas mermadas y superar traumas a sabiendas de que el asesino ha fallecido. O no. En un acertado juego de realidad y ficción, el primer tramo del film juega precisamente a no aclarar nunca si el peligro ha pasado verdaderamente para Laurie (Scout Taylor-Compton), o si por el contrario no tiene tiempo para reposar ni siquiera en el hospital en el que debe recuperarse del ataque de Myers. Se trata de una apertura prodigiosa, de ritmo desquiciante y tensión muy elevada, acompañada además (al menos, en su versión sin censuras disponible en EEUU) de una violencia visual que casi podría tildarse de extrema.
Quien conozca el cine de Zombie sabrá que, justamente, la violencia explícita es una de sus máximas, por lo que todo parece indicar que andamos por la senda correcta.
Por si no fuera suficiente, el director y antiguo miembro de la banda White Zombie insiste en demostrar que él es quien manda incidiendo una vez más en el abuso de primeros planos vibrantes (en sentido literal) y montajes frenéticos y confusos, rayando en lo incómodo, sin por ello excluir secuencias de una potencia visual inapelable (valga como ejemplo el plano de la caseta de seguridad bajo la lluvia).
El director de «Los renegados del diablo» siempre ha buscado disgustar al espectador; así es su cine, así lo ha hecho siempre y quienes no lo acepten ya saben donde tienen la puerta de salida.
Lamentablemente, como si de una magnífica pesadilla se nos despertara, ese primer arco introductorio da paso a la verdadera chicha de la película y nosotros, que tan felices nos las prometíamos, empezamos a arrugar la nariz de manera progresiva.
Y es que el argumento central de «Halloween II» podría simplificarse en una sola frase, siendo poco más que el lento y largo retorno de Michael Myers a Haddonfield, pueblo que lo vio nacer. Se trata de una hora y media restante donde no sucede nada realmente relevante (a no ser que a alguien le importe que el doctor Loomis -Malcolm McDowell- publique un libro…), y en la que Rob Zombie naufraga irremediablemente en la tarea que, en teoría, mejor debía haber sabido llevar a cabo: hacer de Myers un personaje más de su particular familia de freaks.
¿No decíamos que el problema de su primer «Halloween» era un exceso de respeto al original? ¿Que ahora ya se podía ver liberado de semejante peso y hacer una película 100% suya? Eso es, ni más ni menos, lo que ha hecho… rematadamente mal.
Demostrando muy poca maña en la elaboración del guión (Zombie es de los que no delegan tareas), el cineasta se empeña en hilvanar una suerte de conexión mental entre víctima y acosador, idea tan acertada en fondo como fallida en forma, al repetir hasta la saciedad una fórmula ya de por sí endeble: mediante mil y un visiones de la fallecida madre de Myers (Sheri Moon Zombie, mujercita del director a quien siempre acaba colando y colándonos en sus películas) y ataques telequinéticos (o algo parecido), se supone que ambos personajes van percibiéndose mutuamente. A parte de la escasa originalidad de la propuesta, lo cierto es que tanto visiones como ataques son lo suficientemente intrascendentes como para resultar una total pérdida de tiempo, lo cual agrava la sensación de incomodidad sensorial que provocan los montajes alterados de Zombie. Vamos, que todo ello sumado hace de las continuas apariciones angelicales de mamá Myers un espectáculo realmente molesto para el espectador.
No creo que suponga demasiado spoiler (aunque por si acaso, no sigáis leyendo si no queréis saber demasiado del argumento) si desvelo que lo que da el pistoletazo de salida al acto conclusivo de la película es la esperada llegada del asesino gigantón al pueblo, ocasión que coincide con las fiestas de Halloween (¡oh!), y donde por consiguiente, la cosa se anima de nuevo.
Se trata de una recta final con algo más de muertes, sangre y tetas (repito, siempre en su versión unrated), que despierta del aturdimiento general al espectador aunque no abandone nunca el personal estilo aturdidor de Zombie, valga el oxímoron.
Ahora bien, a estas alturas ya no queda prácticamente nada por lo que simpatizar con el film, por lo que los ápices de diversión re-obtenidos en sus últimos compases no son suficientes para que perdonemos no sólo el aburrimiento general de toda la propuesta, sino la ridiculez general que acompaña a su clímax, bien sea en la versión vista en cines o en la que ostenta el montaje especial del DVD.
No deja de resultar curioso, en resumen, que «Halloween II» acabe siendo tan cumplidora con sus exigencias teóricas como decepcionante a nivel puramente cinematográfico.
Y es que Zombie ha hecho lo que se le pedía: una película totalmente personal a todos los niveles (los primeros planos o planos fijos de cortes, hendiduras, o destrozos faciales no desaparecen jamás), alejada del mito y sin necesidad de pasar por las obligaciones propias del terror comercial. Sin embargo, el problema ha venido justamente de ahí, por un desastre de guión sin precedentes que, esperemos, haya sido fruto de una mala época que no tenga ninguna influencia en sus futuros proyectos (entre los que podría estar «Halloween 3D»). Ninguno de los seguidores del director nos lo esperábamos, pero el caso es que «Halloween II» cojea de la pata de la que mejor debía sostenerse, y es justamente la personalidad de Zombie la que convierte esta secuela en un espectáculo muy pobre en líneas generales, y sólo salvable por su generoso empleo de la violencia física y, sobre todo, visual. No es de extrañar el retraso de su estreno por aquí.
5/10
Hola Capitan, el fin de semana vi esta peli y quería ver si una vez más estábamos de acuerdo en la crítica :P.
La secuencia del principio, que durará unos 10 minutos?, es lo único rescatable de la película… El resto para mí fue insoportablemente aburrido. Nada de lo que pasó en la hora cuarenta restante aportaba a la historia. Podría decirse que H2 es una serie de "deleted scenes", de esas que deciden cortarse porque sólo atrasan el ritmo de la película y no son significativas.
Me desilusioné bastante, esperaba otra cosa después de la primera parte. Lo peor es que ese mismo día me puse a ver otra obra de Zombie, The Haunted World of El Superbeasto. Para qué! Pero eso será contado en otra ocasión :P.
Un saludo!
PD: El resto de lo que pienso de H2 está en mi blog.
Eternal, no sé, yo vi la versión del director, y la secuendia esa llegaba a los 20 minutos o así… de hecho por eso se acaba llevando el cinco, jeje!
El resto sí que es verdad que parece un pcoo lo que comentas, una sucesión de escenas eliminadas (XD).
Sobre el Superbeasto, tuve ocasión de verla en cine, pero salí del cine antes de que empezara (era la última maratón del Festival de Sitges y no empezaba hasta las 3 de la mañana o así… imposible!)… gracias por recordármelo, jejeje! esta sí me apetece mucho, y además vuelve a salir el Capitán Spaulding, así que me siento obligado a ello.
Saludos!
Jeje yo también vi el Director'cut, así que deben haber sido los mismos 20 minutos xD.
Ah, bueno, pusiste en la crítica que Zombie ya nos tiene acostumbrados al gore visceral, pero en las pelis anteriores no me produjo el mismo rechazo que en ésta. Ya desde la primera escena en que Michael le corta la cabeza a ese tipo… Bueno, cómo me habrá impresionado que mi novio me dijo de ver la versión censurada (y eso que es él el que no se banca ese tipo de escenas por lo general :P).
Se ve que nunca llegué a la parte del Capitan Spaulding en El Superbeasto. Creo que no alcancé a ver la mitad. La peli es una mezcla de Ren And Stimpy y El Mono Mario (una animación argentina que no sé si conocerás). Ya contarás que te ha parecido!
ah bueno, pero es que eso para mí es lo positivo, ojalá toda la peli hubiese mantenido tanto gore como al principio!!
Juas, y Superbeasto cada vez me la pintas mejor!! (la veré a.s.a.p. y comentaré rigurosamente!)
Yo he visto varias versiones…y si la escena del principio es genial, de lo mejorcito en slashers…pero el resto me parece igual de interesante, muy creible los traumas y dolores de las dos protagonistas en su vida normal, acertadisimo que el doctor Loomis deje de ser ese tio bueno que solo quiere ayudar, para convertirse en un monstruo de la fama, preocupado por si mismo (me parece un puntazo este cambio de registro). Lo que me falla es que las muertes pasan a ser demasiado reales…rapidas, carentes de toda sorpresa o originalidad. Todas las escenas oniricas al mas puro estilo La casa de los 1000 cadaveres, son muy interesantes pero frenan el avance de la historia. El final, he visto varios ya no se cual elegir.
juas, a mí no me gustó ninguno de los finales, y la peli,… peñazo, peñazo… lo que dices que te gusta a ti, yo lo encontré como muy de pega, y muy forzado y superficial. Innecesario, sobre todo. ;)