hannibal serie

Crítica de Hannibal (Primera temporada)

Remakes, reboots, precuelas y adaptaciones a televisión. No existe ninguna franquicia o personaje popular que se libre de una de estas cuatro “alteraciones” de su imagen. En una temporada de relativos fracasos en la televisión hemos encontrado un rayo de esperanza en una de las apuestas más atrevidas entre las cadenas en abierto. Hannibal supone una reinterpretación del mítico personaje de Thomas Harris en manos del tóxico Bryan Fuller, creador de series a destacar por su breve pero original trayectoria (Pushing Daisies, Dead like me, Wonderfalls). El canal que decidió cometer semejante sacrilegio a la figura del caníbal más famoso de la historia fue la NBC (que en sus últimos años triunfa igual que Fuller: poco). Pese al fandom de su creador había pocas esperanzas de que una network arriesgara para cumplir con las exigencias de unas tramas oscuras y no aptas para el gran público. Miedos que tras la emisión del primer episodio (en una midseason tardía y en franja maldita para el canal) quedan eliminadas por completo. Hannibal, la serie, es un espectáculo de visceralidad contenida en sus formas que juega a los dobles sentidos y sutilmente provoca al espectador. Sutileza muy macabra, aviso desde ya.

El primer acierto de la serie está en su casting. Hugh Dancy (Hysteria, The Big C) arropa el papel de su vida con fuerza y lo obliga a explotarse hasta el máximo. Su Will Graham es un colaborador del FBI con una sensibilidad especial que le permite recrear los crímenes apoyándose en las referencias físicas de los mismos. Estas inmersiones en la personalidad de los asesinos suponen un sobreesfuerzo para su mente y comienza el descenso (muy gráfico y maravillosamente recreado) a su propio infierno irracional. Para controlar esta bifurcación de personalidades entra en escena el Dr. Hannibal Lecter, elegante y repulsiva combinación solo capaz de existir en las manos de Mads Mikkelsen (La caza). Ellos dos desarrollan un juego de amistad imposible que cobra nuevas dimensiones según la trama avanza.

Junto a estas dos bestias interpretativas encontramos a un buen número de secundarios que brillan con luz propia en personajes complejos y siempre muy sólidos. Caroline Dhavernas (Wonderfalls), Laurence Fishburne (Matrix), Gillian Anderson (Expediente X), Eddie Izzard (Mockingbird Lane) y la desconocida pero muy a tener en cuenta Kacey Rohl (The Killing) soportan la fuerza de sus compañeros en unos diálogos complejos y llenos de lecturas interesantes.

Curioso resulta el acercamiento al personaje de Hannibal por parte de la serie: en lugar de convertirlo en el villano de la historia, mantiene la tensión para despertar sensaciones positivas en el espectador que sean una contradicción en el momento en que la cocina entre en acción. Y es que la comida es uno de los grandes logros de la serie. Jugando con sus compañeros, Hannibal prepara grandes festines con carne de dudosa procedencia y con ella alimenta a todos los personajes. Este hecho resulta retorcido y repulsivo para nosotros únicos testigos (tampoco directos) de la preparación de estos platos de alta cocina. Culinariamente hablando nos dejará con hambre y nos hará sentirnos culpable por eso mismo.

Pero ni actores, ni juegos de sentidos serán lo que más recordemos de Hannibal. El punto fuerte de la serie viene en su factura visual, un sobresaliente que hace empobrecer incluso a las series de cable. El artífice de esta obra de arte es David Slade (Hard Candy), director de varios episodios y productor. El estilo de Slade y sus juego con los colores cobrizos y metalizados se extienden a los 13 episodios de esta primera temporada con las mejores “crime scenes” que recuerdo. Elaboradas piezas de arte grotesco que cada semana han encogido estómagos y provocado pesadillas. Resulta curioso ver cómo el personal estilo del director de 30 días de oscuridad se hereda entre los diferentes directores, incluido Guillermo Navarro, habitual de Guillermo del Toro y por primera vez en las labores de dirección. Planos simétricos y medidos hasta la obsesión con homenajes a la saga cinematográfica y a otras joyas del nivel de El resplandor. Se nota las ganas y el cariño en cada secuencia.

Había que ser valiente para presentar una serie tan desagradable y grotesca ante un público conservador (ha sido censurada en varios estados), la NBC lo ha sido y solo por ello merece un pase. Mayor es la emoción cuando descubrimos que, gracias en parte a su éxito internacional, la serie ha recibido el encargo de una segunda temporada. Puede que sus números sean muy inferiores a lo esperado, o que no todas las tramas tengan el desarrollo necesario, pero por el momento Hannibal ha sido una serie diferente y capaz de provocar emociones en un espectador atrofiado ante tanta producción en cadena. Merece una oportunidad.

Iñaki Arriaga es el experto en series de La casa. Desde que entró a formar parte del equipo, ha estado repasando toda la actualidad seriéfila incluyendo próximos estrenos, reseñas de temporadas, y todo tipo de especiales. Tras haber colaborado también en nuestros coqueteos con la radio, su voz es fija en los podcasts que grabamos cada cierto tiempo. Una película: Fargo Una serie: Friday Night Lights

Te puede interesar...

Comentarios

  1. Muy linda crítica, Barry, me apunto, la dejé en el 3 pero la reveré entera y seguida. Me has comprado del todo.

  2. A mí el piloto no me llamó mucho la atención,pero le dí otra oportunidad y me está gustando bastante.Eso sí,lo de los platos con las víseceras me pone de los nervios…

  3. Cierto, su arranque es lento (Hannibal aparece casi al final del primer episodio) pero después se pone realmente buena. La siento más oscura y sórdida aún que Criminal Minds o Dexter, así que no es apta para sensibilidades ligeras. (Si te gusta Bones, no causita, aquí no hay espacio para algún chiste disipador de tensiones. Esto es una espiral descendente hacia el abismo). Sorprende y se agradece tal gesto de audacia. Es un paso hacia adelante en el género televisivo , a seguirla

  4. está bien está bien… prometo darle una segunda oportunidad…

  5. Mw too, se lo prometí a Barry, pero no acabo de encontrar el momento….

Escríbenos algo

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *