hasta los huesos critica

Crítica de Hasta los huesos

Luca Guadagnino parece dispuesto a sentar cátedra a cada paso que da, autodenominándose experto máximo en materia, voz generacional, o como mínimo representativa del foco de atención de sus propuestas. Él no hace una película de terror sin más, él hace el remake de Suspiria. No se contenta con un romance veraniego, hace Call Me by Your Name. Un cine solemne, grande, comprometido. También grandilocuente, forzado y, en última instancia, agotador. Muchos (sobre todo entre la crítica profesional, parece) ya han partido peras con un cineasta cuya extenuante filmografía, opinan, parece dedicada exclusivamente a mirarse el ombligo. Ni una le van a pasar ya, que a ver quién demonios se cree que es para hablarnos así de nuestras cosas. Otros, sin embargo, siguen adorando su manera de contar historias, sensibles y de conexión tan intensa como inmediata con ellos. Y no parece que Hasta los huesos vaya a deshacer el empate, no sólo por ser claramente continuista en todo lo dicho hasta ahora (larga pero preciosa, pedante pero sincera, artificial pero impactante, hueca pero profunda…) sino por atizar la llama apuntando su interés hacia el descubrimiento personal de una joven negra (interpretada por Taylor Russell) por un lado, la América profunda por el otro. Quién se cree que es este hombre blanco, europeo y mayor, para adaptar la novela de Camille DeAngelis sobre una esta adolescente que emprende un viaje por la geografía norteamericana en busca de respuestas en plena época de desarrollo, y vaya desarrollo. Ya sabréis que hay una peculiaridad: la chica es caníbal.

De manera que Guadagnino juega al Crudo de Julia Ducournau, o más bien al Problema cada día de Claire Denis, ya que no tarda demasiado Hasta los huesos en presentar a un partenaire masculino (cómo no, Timothée Chalamet) dando pie a un romance de necesidad cercano a la relación entre Béatrice Dalle y Vincent Gallo en aquélla. Ahora bien, el director lo sazona todo con un extra del Malas tierras de Malick, quedando el resultado en una road movie de una pareja de enamorados que va dejando un rastro de sangre a su paso, al tiempo que sus integrantes se van entendiendo a sí mismos, aceptándose, y soltándose el uno con el otro. Arriesgada propuesta, que le sale bien al menos, desde la perspectiva de quien sea capaz de dejar prejuicios a la entrada de la sala y dejarse llevar por una película, por su parte, indudablemente larga y con un repertorio argumental limitado. Y es que el reto no está en lo argumental sino en lo sentimental, donde el cineasta italiano lo da todo para hacernos creer el entramado tan, a priori, rechazable, del guion de Dave Kajganich. Vamos, que la contrapartida es que, si se entra de nones al visionado, se puede salir escaldado.

Sin embargo, cuesta no entrar en ella. Porque Guadagnino se rodea, claro, de un equipo de garantías, entre quienes cabe destacar la fotografía de Arseni Khachaturan, y la convincente labor del dúo actoral. Pero sobre todo a los compositores de la banda sonora: unos tales Trent Reznor y Atticus Ross capaces de sumirnos en pesadillas sumamente tensas y, al cabo, devolvernos a la luz. Entre unos y otros, plantean un viaje físico y sensorial, y que además pretende ser generacional y de mirada nostálgica (sólo lo justo y no exhenta de crítica) a los años 80, que cala hondo. Consiguen elevar Hasta los huesos otorgando toda preminencia al cómo en detrimento del qué. Porque es verdad que ya hemos visto esta película. Es verdad que no justifica sus agotadoras exigencias si sólo nos detenemos en su argumento mínimo y su desarrollo, digamos, minimalista. Pero es que a Guadagnino no parece importarle demasiado el componente terrorífico: lo toma por dado, no va a indagar en sus orígenes más de lo justo, ni permite que sus conatos gore se apoderen de espectáculo y fagociten la personalidad de una película que busca ser sentida desde lo más profundo. Que hace de su elemento más extravagante una condición, una metáfora de los momentos más oscuros de la adolescencia (inisto en el referente de Ducournau aquí), y por lo tanto, secundario.

Hasta los huesos es, en fin, una continuación natural de la filmografía de Luca Guadagnino, y todo el mundo debería saber lo que se va a encontrar. Quienes no aguanten al italiano, sólo encontrarán más motivos para su repudia, de la misma manera que quienes gusten de su estilo, seguirán encandilados con otra muestra de sensibilidad y romanticismo de un director que sabe como dejarnos tocados.

Trailer de Hasta los huesos

Hasta los huesos - Te quiero, pero como amigos
  • Carlos Giacomelli
3.5

Por qué ver Hasta los huesos

Luca Guadagnino sigue investigando en las emociones y las relaciones humanas con otro ejemplo de sutileza y emotividad, ahora añadiendo un componente extremo que, sin embargo, encaja a la perfección y no impide que la película resulte creíble e igualmente sentida. Seguirá sin gustar a quienes sólo vean en su cine altivez y prepotencia, pero al resto nos deja tan noqueados como de costumbre.

Sending
User Review
0 (0 votes)
En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

Te puede interesar...

Escríbenos algo

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *