Crítica de El hombre de las sombras (The Tall Man)
Al final, va a resultar que el peor enemigo de Pascal Laugier habrá sido el propio Pascal Laugier. Y, claro está, las expectativas desmedidas que despertó su anterior Martyrs, pequeño thriller salvaje que ha generado a posteriori un considerable culto a su alrededor desde que se estrenó en 2008 y fue paseada por festivales de todo el mundo. Y si bien aquella no era una película perfecta sí significaba un puñetazo en la mesa y una llamada de atención hacia una industria contemporánea, la francesa, que se postulaba como una de las más interesantes a nivel europeo, también en el género fantástico, gracias al nombre de Laugier y otro puñado de chiflados irreductibles galos.
Así que esperábamos que su nuevo asalto conservara la fuerza motriz desbocada de aquella o, cuanto menos, una capacidad para perturbar, al nivel de sutileza que el director prefiriera. No teníamos reparo: sólo tenía que seguir agarrando la tenaza con las dos manos para apretar fuerte. Pero, la primera en la frente, fichar a Jessica Biel para colocarla en lo que parecía un impoluto y formulaico thriller sobrenatural no auguraba demasiadas cosas buenas.
Y así ha sido. The Tall Man es el clásico salto a las grandes ligas, la conquista del mercado internacional que supone un presupuesto mayor, un reparto anglosajón y, mucho me temo, una irreparable laxitud tonal y estilística. Obviamente, jugando a esa escala no podía esperarse el desmelene formal y el festín torture-porn de su anterior obra (¿o sí?), pero creo firmemente en que habían vías intermedias, que podía evitarse la zona templada.
Pero no. En palabras sencillas, The Tall Man parte de unos preceptos argumentales excesivamente trillados para desarrollarlos de manera predecible, aun contando con numerosos twists argumentales que aseguran un alegre espíritu nada es lo que parece. Situada en ese punto entre el thriller con visos de giallo y el relato mágico, influido por cuentos de terror infantiles y leyendas urbanas, la película narra la pesadilla de un pueblo que ve como los niños van desapareciendo, dice el conocimiento local, a manos de un ser enigmático -una especie de hombre del saco- que nadie parece haber visto. En esa tesitura, una enfermera visitará el infierno cuando sea su propio hijo el desaparecido. Por lo demás conviene no hablar demasiado del argumento para no destripar algunas de las sorpresas que le quedan a un guion eficientemente construido, aun falto de crispación.
Pero ojo, que algo hay. Y es que Laugier parece creer que no hay que fiarse de las apariencias; la película aboga por la inseguridad, por la inestabilidad, de modo que lo que empieza de un modo puede terminar de otro distinto. Afortunadamente, y aunque el producto aparece bastante adocenado, no renuncia a la construcción de un ambiente misterioso y enigmático, en gran parte logrado mediante una eficaz planificación de los espacios exteriores e interiores y una fotografía tenebrosa e insondable que contribuye en la construcción del mal rollo generalizado.
Y he aquí las mayores virtudes de todo esto: que volteada la carta del terror, el drama de la protagonista puede arrojar más sombras de lo esperado. The Tall Man va construyéndose a sí misma a lo largo de una narrativa estudiada y medida (a pesar de sus constantes giros, la dosificación de la información nunca cae en lo confuso) hacia «otro lugar» y termina mezclando ágilmente ese inicial horror gótico con el psicothriller (hay homenaje a Hitchcock) y el drama policíaco hasta una conclusión con un mensaje bien definido, moderadamente perturbador y que dota al conjunto de una nueva dimensión de reflexión.
Por otro lado, el realizador sabe aprovechar medianamente bien la tensión de cotidianía rural y amenaza pueblerina que se esconde tras sus imágenes, de corte abrupto y campestre: logra contraponer la calma hogareña con la amenaza latente y demuestra saber encapsular su historia íntima entre botellas de whisky, animales chafados en la carretera y política rural, que no deja de ser la del rifle de dos cañones y el linchamiento. Y, a partir de ahí, Laugier vuelve a trabajar desde una cierta misoginia y orquesta un nuevo relato del sufrimiento femenino, este relacionado con la maternidad y los lazos maternofiliales.
Virtudes de peso para una película que, sin embargo, nunca termina de funcionar. Primero porque su guión opera en una esfera de personajes arquetípicos y diálogos fofos al estilo no se preocupe, vamos a atrapar a ese hijo de puta (sic). Segundo porque las situaciones aparecen la mitad del tiempo mancas de tensión psicológica y la otra mitad excesivamente apegadas a su contención formal. Y, en fin, porque desgraciadamente The Tall Man olvida alguna de las condiciones básicas del cine del género: parecer algo nuevo, algo desafiante y original. Lograr atrapar al espectador en su propio universo narrativo para a partir de ahí construir su malla de giros y sorpresas inesperadas o de ideas estimulantes y planteamientos renovadores. Pero lo cierto es que poco de todo esto hay en The Tall Man, que guarda demasiadas deudas hacia demasiados referentes (al vuelo: de La matanza de Texas a Expediente X, de las Pesadilla en Elm Street a El bosque, da igual) y parece confiar en que la memoria histórica del espectador esté obturada por la mantequilla de las toneladas de palomitas que se le presupone haber engullido. Y con todo, la película termina convertida, digamos, en algo así como un nuevo caso Intruders.
Una película muy regular de un cineasta que, en su tercera película, aparece -a pesar de sus pequeñas cargas revulsivas- ya domado y domesticado por la indústria más complaciente. Con un poco de suerte, las pesadillas que le generará su propia transigencia estilística germinarán en una autocorrección de la hoja de ruta hacia terrenos más estimulantes para su tercera película. Esperemos.
5/10
Me lanzáis esta reseña justo cuando mañana voy a ver esta película. He leído el texto en diagonal la primera vez por si acaso había spoilers y luego lo he releído. En fin, la verdad es que lo que me suele echar para atrás de este tipo de producciones es el elenco; actores juveniles en alza no suelen ser el mejor indicador. Aunque yo, personalmente, en estos tiempos de torturas y tendencia al horror físico me suelo dejar llevar por cualquier propuesta que se decante por lo sobrenatural y que NO SEA metraje hallado.
Por cierto, a riesgo de sonar pedante, hay una pequeña acotación que no puedo dejar pasar: Martyrs no fue la opera prima de Pascal Laugier. Su debut en largo fue una película del 2004 llamada "Saint Ange", que se estrenó en España como "El internado".
https://www.imdb.com/title/tt0367000/
Yo la vi en su momento y debo decir que me gustó, así que igual vale la pena echarle un vistazo.
Un saludo.
Coincido con tu critica al 100%. Es una pena que pierdan la fuerza de esta manera al ver billetes.
De todas formas mis expectativas eran nulas, me esperaba un telefilm de tarde dominical… y es por eso que cuando los giros comienzas me sorprendí e incluso quede satisfecho. Molesto por lo irregular que es, pero conforme con la intención de cambiar las cosas.
Jessica Biel esta mejor de lo esperado. Algo que me molesta mucho es que utilicen cámaras digitales (no se si son digitales o como…) y los planos queden tan artificiales, me sacan de la película de una patada.
Como tercera (yo también pensaba que segunda) película de Lugier, bastante mal; como película independiente correctita.
Ricardo! Muchísimas gracias por tu corrección, ya lo he rectificado. Bastante de acuerdo en todo lo demás. Parece que hemos llegado a un punto en el que el hecho de que un fantástico NO sea found footage ya es un incentivo para verla. Qué cruz, tú…
Y Barry, coincido al 100% con tu coincidencia al 100%. Total, er, ¿un 10000% de coincidencia?
Gracias por comentar, chavales, ya sabéis que sois mu majos
Salud!
Pues yo,la verdad es que no la acabé de entender.Y cuando lo hice,me pareció una conclusión absurda.¿No es mucho lío sólo para una crítica a la desatención infantil?Y como película,justita.Mucho giro,pero sin una línea argumental clara.Y ,como he dicho,final decepcionante.
Yo reconozco que esos giros que bien optas por no desvelar, me pillaron con el culo torcido, pues mis expectativas eran aún peores.
En todo caso, pese a ser una gran crítica con la que coincido al 100% también (no empecemos a chuparnos las pollas todavía, que diría aquel, jeh), lo dices todo en la primera frase. El principal enemigo de Laugier es él mismo. Que se deje de trascendentales discursos religioso-político-sociales, que al final tiene tanto que decir que sus películas acaban diluyéndose. Pasó con Martyrs, pasa mucho más con esta, que entre otros muchos males, no sabe cómo acabar con tal de masticar una y otra vez el discurso (mismo discurso que sirve para el 85% de películas con niños secuestrados, BTW).
En fin, que sí, que vale, que se deja ver. Pero me da que en Sitges sonará más el abucheómetro que el aplausómetro…
Bah, pero es que en Sitges la gente está chiflada. Ya sabes que cuando voy normalmente hago lo contrario a lo que dice la masa enfurecida y la jugada me suele salir bien…
Pero sí, oyes, muy de acuerdo con tu cosa
tú es que vives tu vida al límite, jeh.
Aunque una de tus contracorrientadas (o así) es de las que más he agradecido en los últimos años, por cierto (Catfish)
Fíjate, pues no sabía yo que le habías dado otra oportunidad. Me alegro, dude!
Nah, y yo no voy contracorriente. Es todos el resto de gente, que a veces dicen cosas raras…
tanto hijo de puta suelto y tan pocas balas, si es que ya lo decía él…
Vista ayer en la tele y también coincido al 100% con la crítica…