Crítica de Host (2020)
Magia, alegría: en plena pandemia, hecha deprisa y corriendo, se ha hecho y estrenado una película de terror que ha revolucionado el panorama cinematográfico y dejando en bolingas incluso a todo un Christopher Nolan a quien, ya sabéis, lo que no se estrena en pantalla grande le parece digno de echar a la basura sin contemplaciones. Pues no, querido: tu Tenet no es la película de la pandemia. Si hay un título que representa el 2020 y la maldita mierda de confinamiento que parece no acabar nunca, esa es Host. Mascarillas, lockdowns, y ciberquedadas vía Zoom con cuentas que ni siquiera son premium. Esta ha sido nuestra realidad, y la ha sabido aprovechar a las mil maravillas Rob Savage, director y coguionista (junto a Gemma Hurley y Jed Shepherd) de un Host que se ha estrenado directamente en plataformas online y se ha acabado convirtiendo en el sleeper del año. Y no me extraña.
En tiempo real, y por tanto considerando las limitaciones de una llamada gratuita de Zoom, Host presenta a un grupo de amigos que, aburridos en pleno confinamiento, se reúne online y decide hacer algo para matar el rato. Yo era de jugar al Risk online, por ejemplo. Ellos deciden hacer una sesión de espiritismo, aunque la mayoría están más pendientes de beberse unas copas que de invocar a los espíritus. Todo se presenta a través de la opción de multipantalla de Zoom. Por lo que el primer motivo para el desasosiego viene en forma de cinco o seis focos de atención: la sugestión, lo sabemos de películas como Paranormal Activity (a la que Host le debe buena parte de su existencia) juega un papel fundamental en este cine de terror hiperrealista donde cualquier cosSavage sabe jugar a la perfección esta carta, con un puntual desenfoque por aquí, un fondo demasiado oscuro por allá, y la tensión, que vaya haciendo chup chup.
Y así hasta que empieza lo bueno, que madre mía. Host consigue poner los pelos de punta y mantener al espectador en un estado de miedo constante muy por encima de lo habitual, principalmente por dos motivos: el primero, el ya conocido hiperrealismo deudor ya de El proyecto de la bruja de Blair, además de la mentada saga paranormal (y de extremo parecido a Eliminado, todo sea dicho). El segundo y más importante, porque nos pasamos la película pensando cómo lo harán. Como esperando que el truco se haga evidente, porque qué demonios, esto se ha hecho con dos duros y durante la pandemia, fijo que se le notan las costuras. Pues no, la verdad. Por encima de todo, Host es una película condenadamente efectiva, totalmente válida. Y que lo haga aprovechándose de la situación que nos afecta a todos y cada uno de nosotros, y recurriendo a las herramientas mundanales que estamos usando cada día de nuestras vidas… pues… surge su efecto.
Así que ya nos pueden venir a decir que si Tenet, que si Mulan… la película de la pandemia es esta. Pero es que además, ya nos pueden venir a hablar de Madre oscura y de Contagio: la película que realmente nos tiene a muchos ya acojonados, es Host.
Trailer de Host
Crítica de Host (2020)
Host en pocas palabras
Arrolladora película de terror que en su horita escasa de duración logra acojonar al respetable y de qué manera, convirtiéndose en una de las mejores apuestas del género. Además, aprovecha a las mil maravillas la situación de pandemia actual, postulándose de paso como la película del año en muchos sentidos.