Crítica de I May Destroy You (HBO)
En la era Me Too las voces femeninas poco a poco van ganando el hueco y la resonancia que merecían. Testimonios nuevos, perspectivas con diferentes sensibilidades y relecturas de dogmas interiorizados. En esta nueva normalidad destaca el feroz trabajo de Michaela Coel en su segunda serie como creadora, I may destroy you. Se trata de un elocuente relato sobre el poder, el abuso del mismo, la supervivencia al trauma y la necesidad de pertenencia.
La serie pivota entre los pilares que construyen a Arabella (interpretada por la misma Coel) en la sociedad. Es una creadora de contenido, una mujer negra y víctima de una violación. Esta instalación mantiene la complicada supervivencia de una alma millenial atrapada entre el empoderamiento, el trauma compartido y el sentido de justicia reparador. El crimen rompe una cápsula protectora que obliga a la protagonista a redefinirse en un mundo que cambia sin marcha atrás. Es aquí donde la serie se descubre como un completísimo relato identitario. Arabella se revela como el nido de diferentes mujeres que se enfrentan a la situación desde diversos prismas. La complicada posición de ser un altavoz del activismo, el intento de huida a lugares seguros o la ensoñación de distintos caminos van componiendo los diferentes episodios. Remarcable también es la fisicalidad de Coel. Cada facción de su personalidad va acompañada de un poderoso cambio estético que sirve de marcador para el espectador. Un portento.
Tan importante como el viaje de la protagonista es el cariño y el cuidado con el que se construye a sus amigos. Terry (Weruche Opia) y Kwame (Paapa Essiedu) batallan sus propias guerras en la difícil situación. Mientras que Terry se convierte en el apoyo inamovible condicionado por la culpa, Kwame sufre su confrontación con el abuso sexual. De la mano de este trio nos replanteamos nuestro propio criterio sobre las líneas rojas que hemos podido difuminar. El abuso se desvela como un círculo vicioso de muchos otros componentes que la serie sabe gestionar de forma sugerente y que incitan a la reflexión.
Consciente del peso y la gravedad de la temática, Michaela Coel consigue el más difícil todavía con una agilidad tonal que sorprende a la hora de llevarnos de la mano. I may destroy you está muy lejos de ser un panfleto aleccionador y su manejo de los ritmos hacen que se pueda disfrutar de este reparador viaje. La trama respira y la distribución de los episodios y su entidad en solitario dejan una serie cercana a la perfección. Pocas consiguen contar tanto, desde puntos tan diferentes y sin caer en la etiqueta woke de hilo de twitter. Las conversaciones sobre la serie podrían ser eternas pero en esta ocasión creo que es mejor escuchar, recapacitar y colaborar en una de los testimonios más valientes y articulados de la televisión reciente. Deconstruirse o morir.
Trailer de I May Destroy You
Valoración de I May Destroy You
I May Destroy You en pocas palabras
Una disertación exhaustiva sobre la identidad en construcción constante de una mujer en el siglo XXI. Pero encima es graciosa y reparadora. El pack completo.