Crítica de I’m Your Woman
Cuando una pareja se convierte en una familia de tres, las cosas cambian. Guste o no, y llegue de manera más o menos planificada, se deben asumir responsabilidades que pueden superarnos, pero es lo que hay. I’m Your Woman lleva esta moraleja al extremo y de qué manera: de la noche a la mañana, una chica se convierte en madre cuando su pareja trae a casa un bebé. No hay mayores explicaciones: habían intentado ser padres sin suerte, y de pronto lo son. Lo que ya sonaba a utopía para Jean se convierte pues, de sopetón, en realidad. Con el añadido de que él, como figura paterna, digamos que no está muy presente. Pero no, esto está todo lo lejos de un drama familiar que sea posible: tan inesperado como el desencadenante que acabo de contar, arranca un thriller que repasa los pormenores de la vida de una madre primeriza en la década de los 70… con malotes, mafiosos, pistolas y persecuciones.
La metáfora, ojo, sigue presente en todo momento: sin saber muy bien por qué, Jean tiene que tomar diversas decisiones o aceptar ayudas de terceros por el bien de su hijo. Porque para ella, el niño lo es todo. Y porque como cualquiera, lo que quiere es protegerle de todo mal, aunque sea sin entender necesariamente de dónde proviene la amenaza. Lo dicho, en esencia, nada que separe I’m Your Woman de un capítulo de This Is Us. La idea de la directora Julia Hart, co-guionista junto al productor Jordan Horowitz, de llevárselo al thriller, no condiciona ni por un momento el discurso general, cristalino en todo momento. Pero otorga frescura desde ambos puntos de vista: la imposibilidad de asignar la etiqueta de «drama» o «thriller» hace que la película triunfe en ambos sentidos como rara avis a medio camino.
Claro que para que la cose funcione, hay que saber aterrizar la idea. Si lo hace notablemente es gracias a dos nombres que se deben destacar. El de Julia Hart, por proponer una película sumamente sobria y elegante en oposición a los excesos de su argumento. En casi todo momento, I’m Your Woman es un ejemplo de contención formal, es una película de pulso narrativo firme y consciente de tener que esquivar todo atisbo de exceso. Insisto, durante casi todo el metraje. Lo digo ya y me olvido: en el clímax se desmelena un poco, perdiendo empaque dramático y, por momentos, echando por la borda todo el ejercicio previo.
No, no se va al traste. Y en gran parte porque lo que no baja un ápice de la excelencia es el segundo nombre a destacar: la interpretación de Rachel Brosnahan (una tal Miriam Maisel…) compensa no solamente esa puntual meada fuera de tiesto, sino todo momento en que la película por sí sola no se vale para describir con detalle las emociones que busca. Desde su temor de madre primeriza a su empoderamiento de la situación. Está perfecta.
Y entre el estupendo empaque formal, que nada tiene que envidiar a James Gray o Anton Corbijn (ojo a la secuencia de los coches), y la maravillosa interpretación que se gasta, raro es que I’m Your Woman no convenza a propios y extraños. Puede que no resulte apasionante, y desde luego no es perfecta. Pero amén de ese único borrón en su haber, la película aguanta el tipo con resultados notables, convirtiéndose en un thriller sólido, con personajes interesantes y arcos dramáticos la mar de bien construidos. Un entretenimiento de altura, vaya.
Trailer de I’m Your Woman
Reseña de I'm Your Woman
En pocas palabras
Notable thriller que no reinventa la rueda, pero otorga frescura a una trama a medio camino entre el drama y el noir que pesa sobre los hombros de una excelente Rachel Brosnahan.