Crítica de Imparable
Lo de las colaboraciones reincidentes entre directores y actores empieza a oler a podrido. Cierto es que se suelen llevar todas las miradas Tim Burton y Johnny Depp, que para cada nueva película parece que reciclen parte del material de la anterior, pero lo de Tony Scott y Denzel Washington se pasa de castaño oscuro. No es normal que un año después de haber estrenado juntos “Asalto al tren Pelham 123”, regresen a la gran pantalla con “Imparable”.
Para quien vaya algo perdido, recapitulemos: la primera va sobre un metro que, secuestrado por unos malhechores a quienes capitanea el orondo John Travolta, no se piensa detener ante nada hasta que se cumplan las exigencias de los dichosos malosos. La segunda, sobre un tren que tampoco se para ante nada y cuya amenaza, esta vez, radica en contenido altamente peligroso de sus vagones. En ambos casos, Denzel Washington debe ponerle freno (nunca mejor dicho) a la situación. Y en ambos casos, Tony Scott hace de las suyas.
Podríamos, por tanto, establecer un caprichoso juego de encuentra las diferencias, pues bien cierto es que a la hora de la verdad cada cinta se desarrolla hacia direcciones distintas, pero no me negará el lector que, a fin de cuentas, tanto monta, monta tanto.
Así pues, establezcamos la principal y realmente relevante distinción: mientras “Asalto al tren Pelham 1 2 3” se basa en aquél “Pelham 1-2-3” que protagonizaran Robert Shaw y Walther Matthau allá por el 1974, “Imparable” lo hace en una noticia que el guionista Mark Bomback (firmante de “La jungla 4.0”) debió de ver un día por la tele. Así que todo el film se centra en una anécdota; noventa y pico minutos cuya base argumental se limita a los titulares de un telediario sobre los que se orquesta a posteriori un tinglado ficticio que los convierta en cine, en una estrategia que, por supuesto, se descubre totalmente insuficiente.
Y es que para escribir un guión que siga los exiguos pasos de una historia real se tiene que recurrir a los huecos que esta última consienta y rellenarlos de chicha, ya sea mediante la inclusión de personajes profundos y/o carismáticos, o de detalles que puedan resultar inesperados para el espectador. Limitar, en definitiva, la peligrosa y fácilmente alcanzable sensación de sabérsela de memoria que pueda albergar el público ante la enésima heroicidad en potencia del pueblo americano.
Bien, pues lejos de ello, “Imparable” recurre a todos los clichés habidos y por haber. Desde la fauna de siempre (que si el hombre a punto de jubilarse que no se habla con sus hijas, el joven que le hace de pupilo y tiene ciertos problemas con su pareja, el empresario codicioso, la chica de nobles principios…) a imperdonables diálogos moralizantes-heróicos, o detalles directamente ridículos: el jefe de la compañía de trenes que juega al golf mientras la vida de otros se pone en peligro; las fotos de familia del conductor de trenes; el grupo de niños chillones de excursión por las vías; o esas llamadas telefónicas tipo sólo quiero decirte que te quiero… Un cúmulo de excesos que le restan toda seriedad posible, a los que se vincula la sensación de completo agilipollamiento generalizado que provoca el hecho de tardar lo indecible en aplicar la fórmula más lógica para parar el maldito tren.
Dicho lo cual, todo eso daría igual dando por válida la definición de “Imparable” como una mala película de buenas a primeras. Desde este prisma más relajado, al film de Tony Scott sólo se le exigiría una cosa -que es la que siempre se le pide, en verdad, al hermanísimo-: que entretenga. En los últimos tiempos hemos contado con varios ejemplos de cintas con objetivos similares, y ahí está “El equipo A” como principal abanderado para demostrar que no hay nada de malo en ello. Y desde luego, la producción que nos ocupa contaba aquí con todos los elementos para el éxito: acción a la vieja usanza, población en peligro, cuenta atrás hacia una tragedia a evitar… Una pena que a la hora de la verdad, nadie haya previsto un problema de base, como es que un tren de mercancías como éste apenas alcanza los 80 kilómetros por hora, y que tan sólo puede ir por los mismos raíles. Para dinamizar el asunto hacen falta golpes de efecto, heroicidades de los dos protagonistas para que el espectador conecta con ellos y sufra como ellos. Aquí tales gestas tardan una hora larga en aparecer y hasta entonces, salvo una explosión apartada y gratuita (no por ello menos bienvenida) básicamente se asiste a una sucesión de imágenes de uno o dos trenes yendo por sus vías mientras la inteligencia estadounidense hace más bien poco (todo sea dicho) por solucionar la situación.
Entre la falta de ritmo general y el agotamiento que provoca un nuevo ejercicio de autor de Tony Scott (zooms, ralentizaiones, relamidos movimientos de cámara y toda la pesca), lo que tenía que haber sido una fiesta palomitera acaba resultando una tremenda decepción, un aburrido quiero y no puedo que vuelve a demostrar por qué Michael Bay sigue siendo el mejor artífice de grandes espectáculos comerciales. Soportar una hora entera de vacío para disfrutar de sus veinte minutos finales algo más logrados se antoja una total pérdida de tiempo, un esfuerzo innecesario que no se ve recompensado ni por un guión mínimamente coherente (la justificación que desencadena todo el cotarro es risible), ni por actores que estén ahí para algo más que para arrastrarse por el set esperando volver a casa con sus bolsillos llenos de dinero.
A fin de cuentas, nada demasiado lejos de lo que cabía esperar de este burdo sacacuartos sin alma.
4/10
"la justificación que desencadena todo el cotarro es risible"
Especie de monstruo insensible, intenta correr tú con ese sobrepeso sin tropezar y luego hablamos de quién es aquí el risible
Ya me daba muchisima pereza y no me atraía nada esta nueva peli de Denzel+tren,pero despues de leer la crítica,es que ni para una tarde aburrida en casa.
Saludos
John, nada nada, que ése tipo, antes de ser el entrañable hermano de Earl, era un nazi hijoputa. A muerte con él y su sobrepeso!
Ash, ni para eso oyes. Bueno, quizás para eso sí, pero nidecoña gastes tu dinero en semejante mediocridad!!
El señorito Tony Scott, alias el hermanísimo, no me la pega con queso más. Sus pelis, salvo excepcionales excepciones, son como una burger en muy mal estado. Y últimamente el hermano le anda a la zaga
juas, una burger en muy mal estado? XD tampoco es eso hombre… que hizo… ah no, calla. Desde El fuego de la vengaza que no le veo nada potable, cierto. Mierda, mis argumentos para defenderle como el hermano bueno ya no valen!
Hola! Alguien podría decirme si esta tiene un parecido muuuy grande con una TV Movie que he visto?? Es que cuando vi el trailer dije: "Ostia!"… Pensaba que era un remake de esa película. Se que tiene sus años… No sé si alguien la ha visto, pero no tengo el título xD
XDDDD
Pues ni idea, la verdad! Una tv movie, y sin saber el título…. si nos enteramos te avisamos, claro que sí! pero no nos lo pones fácil eh?