Crítica de Inside Job
“Inside Job” fue el ganador del Oscar a la mejor película documental, lo cual de entrada debería bastar para convencer a propios y extraños de la calidad del mismo, habida cuenta del acierto del que suele ostentar esta categoría (recordemos el nivel de los anteriores premiados: “The Cove” y “Man on Wire”). Con él, sus directores Charles H. Ferguson y Audrey Marrs componen un implacable documento que pretende escarbar en los orígenes de la crisis económica actual y analizar en qué punto estamos ahora, sin miedo a empezar por la presidencia de Reagan, seguir por las de Clinton y Bush, y acabar por la de Obama, la última promesa de cambio convertida en agua de borrajas. Y lo hacen a lo grande, con un producto que jamás se olvida de ser cinematográfico y por ello goza de un exquisito gusto artístico traducido en planos generales impagables (lo de Islandia al principio no tiene nada que envidiarle a Peter Jackson y lo de Nueva York después, en alta definición, quita el hipo), montaje dinámico y divertido, banda sonora potente y la voz de Matt Damon relatando. Así da gusto. Efectivamente, todo ello logra que su hora y tres cuartos de charla económica no quede sólo para economistas y entendidos del sector; es el público mayoritario quien debe acercarse a las salas de cine y saber algo más de la situación en la que está el mundo entero en estos momentos, y a ese espectador es a quien va dirigido “Inside Job”. Por eso su guión opta por empezar describiendo la situación de Islandia, paradigma por excelencia de la burbuja bancaria, y por partir desde niveles explicativos muy básicos desde los que después ir aumentando de forma escalonada en dimensión y complejidad.
De este modo, no resulta demasiado complicado seguir el hilo del documento atendiendo también a sus ataques colaterales, esto es, a la gran cantidad de sandeces que llegan a decirse en los gloriosos testimonios que recoge (grandes mandatarios, bancarios y políticos sueltan lindezas increíbles), a los insultantes salarios que ostentan los causantes de todo este embrollo, o a los diversos mamoneos que se han ido llevando a cabo en las últimas décadas. No falta aquí el que cambia a última hora su currículo retitulando su obra publicada (la palabra stability pasa por arte de magia a ser instability, y todos tan panchos), quienes opinan en función del interés monetario, o quienes van pasando de administración en administración sin despeinarse, variando sus cargos políticos sin responsabilizarse de las terribles meteduras de pata que han ido metiendo a lo largo de los años (y como se demuestra en el film, la mayoría de ellos siguen siendo hombres de máxima confianza del actual mandatario estadounidense…). Y es que “Inside Job” pone nombres y apellidos a los principales responsables de la crisis sin arrugarse, expone las infinitas tretas llevadas a cabo por bancos, auditorías y políticos (lo de la empresa AIG es de locos) para su propio beneficio, y ahonda tanto en su estudio, que llega incluso a realizar psicoanálisis de los ejecutivos involucrados, todo sea por entender cómo demonios fueron capaces de llevar sus jugarretas a tales extremos.
Pero ojo, que aquí la culpa la tenemos todos. Por mucho que la visión del ciudadano de a pie sea mucho más amable y condescendiente (se le trata como víctima de todo ese movimiento económico bancario del que se le mantuvo al margen), Ferguson y Marrs no se olvidan de las burbujas inmobiliarias, de las hipotecas múltiples y los préstamos desorbitados. A esta crisis hemos llegado todos, y a todos nos corresponde un pedazo del pastel por más que sólo sea alguna que otra miga. Y no sólo de estratos sociales va la cosa: “Inside Job” no basa la totalidad de su atención en los USA, sino que a veces asoma la cabeza y mira hacia Europa y Asia, a las que dedica apenas un par de pinceladas, más que suficientes para alcanzar la calidad de discurso global.
Queda claro, pues, que las dianas a las que debe tirar el film son infinitas. Es un documental principalmente centrado en cuestiones económicas estadounidenses que sin embargo va más allá y acaba siendo también de corte social, político, mundial y terrorífico. Una tela de araña sumamente compleja (porque complejo es el día a día en que nos toca vivir) que sin embargo se presenta con una simplicidad pasmosa, haciendo uso de gráficos esclarecedores, entrevistas punzantes pero directas al grano y una estructuración por capítulos que ayuda, junto a su excelente estilo cinematográfico, a la más que correcta digestión de todo su metraje. Por eso se llega a su tramo final con la sensación de alcanzar un potente clímax, que sirve a la vez como revelador de las verdades que rodean al otrora santo Obama, y como arenga emocionante y enardecedora: hay que salir del agujero, toca remar hacia arriba, y como todo ciclo económico, se acabará solucionando. Pero por favor, por favor no cometamos los mismos errores.
8/10
Ganas.
Capi:En ésta te sobra una n en comeNtamos (last line). Últimamente las enes (la letra de la indefinición por antonomasia) te vuelan sin rumbo…. Focus, Capi, focus… ;))
Ay ay, secundo lo de Ganas con mayúsculo, sep.
Corregido, gracias. Y vayan, vayan a ver la peli, ques mu güena!
Me ha gustado mucho. Para mi, que soy especialmente obtusa con la macroeconomia, ha sido una lección superclarificadora. Las imágenes preciosas (joder, qué brutal lo de de Islandia, espectacular), el tono didáctico (explicarlo hecho historieta que es como a mi me entra), los esquemitas… Y Matt Dammon muy bien también. Es un "La crisis for dummies" que me ha ido la mar de bien. Gracias a los directores.
ejem… y a un servidor por recomendártela, no??
Sí, muy buena, muy bien explicada y desarrollada… jolín, es la película que deberían poner en las escuelas!
Sí, deberían ponerla en las escuelas, pero yo sé de algun@s profes que seguro que lo hacen….
A ti las gracias te las doy siempre después de leerte, sea para que sí o para que no. Van impícitas en cualquier comment ;))
jejeje, vale vale, pensaba… (has visto un poco más abajo, el "comentario destacado"? ;)
Si, thanks, pero a mi me da vergüenza the first line….Nos estamos tan acostumbradas a la discreción y a pasar inadvertidas que me da como vergüenza.;))
jejeje, nada, bienvenida al mundo de la fama. Se está bien :P