Crítica de Into the Dark: Pooka
La plataforma HBO no es muy dada a apostar por el cine y las series de terror, pero gracias a Hulu y a su colaboración con la productora Blumhouse, podemos disfrutar desde hace semanas de la serie Into the Dark, y así hasta finales del año próximo, ya que el estreno de cada episodio es de periodicidad mensual y se ambienta en una típica fiesta distinta: Halloween, Navidad…
El capítulo titulado Pooka es el relativo a las fiestas navideñas, lo cual nos llena de orgullo y satisfacción. Y más si sabemos que tras la cámara se encuentra el director cántabro Nacho Vigalondo, un experto en el género y en darnos más de una sorpresa en sus obras.
Pooka cuenta la historia de un actor en horas bajas que decide aceptar un trabajo poniéndose el disfraz del juguete favorito de los niños para las fiestas decembrinas. El muñeco en cuestión se llama Pooka y repite frases dichas por ti, pero sólo las que él decide y en tono amable o furioso. Aunque el trabajo parece reportarle su buena suma de dinero y gracias a él conoce a la que parece ser la mujer de sus sueños, poco a poco el disfraz parece cobrar vida propia y empieza a cometer fechorías.
Sin haber visionado más capítulos de la serie, Pooka puede ser uno de los más entretenidos e imaginativos, amén de un trabajo visual y artístico muy interesante, y una dirección que guarda más de un truco. El trabajo actoral es estupendo y encima el filme se atreve a tocar temas como los traumas infantiles, el consumismo o el hecho de aceptar trabajos por debajo de nuestra cualificación. Si esto fue adrede o viene de la mirada del espectador, será un misterio.
Si bien al final puede tornarse algo predecible y la duración de 83 minutos para este formato puede ser excesiva, Pooka es la película moderna de terror ideal para estas fechas, entre langostino y copa de cava. Por supuesto, yo ya le he pedido mi muñeco Pooka a los Reyes Magos, aunque espero que se pueda devolver si se vuelve… terrorífico.
Trailer de Into the Dark: Pooka
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Nacho Vigalondo dirige este episodio de la serie de terror con su habitual efectividad. El resultado: un entretenimiento quizá un pelín dilatado, pero sumamente gratificante.
un desastre, llega un punto donde no sabes si esta pasando o es solo imaginación del negro.. No se entendió absolutamente nada.. nose que sustancias habrán consumido los guionistas antes de escribir esto pero es claro que hizo efecto.
Respondiendo al comentario de Carlos: es que esa es la idea, que no se sepa si está pasando de verdad o solo es la imaginación del protagonista. Y al final se entiende todo si se ha prestado atención.