Crítica de Jack Ryan: Operación Sombra (Jack Ryan: Shadow Recruit)
Cada una a su manera, si por algo destacan las integrantes de la saga centrada en el popular personaje ideado por Tom Clancy, es por haber supuesto sendos hitos para la historia del cine (vale, limitados al género de la acción y el espionaje si se quiere), o por lo menos haber intentado desmarcarse con alguna revolución. La caza del Octubre Rojo, primera incursión con Alec Baldwin en el papel de Jack Ryan, es tranquilamente un referente absoluto (y con dos dedos de frente) del cine de acción de los 90, mientras que la revisión del personaje encarnada por Harrison Ford en las dos siguientes acometidas (Juego de patriotas, Peligro inminente) es ya un icono. Por su parte, Pánico nuclear quizá fuera la de menor impacto, pero en ella Ben Affleck debía afrontar un giro de acontecimientos de lo más rompedor, cuando 24 aún se fogueaba en esto de bombardear lugares comunes del género. Vamos, que entre una cosa y otra, a todas se les ve una justificación más allá del mero lucro económico. Sin embargo, a esta reimaginación de los inicios (extrapolados a la actualidad) del héroe, que se nos propone ahora con el nombre de Jack Ryan: Operación Sombra y con Chris Pine recogiendo el legado, cuesta más encontrársela. Parecería que su existencia se debiera, principalmente, a apuntarse a la moda de los reboots con algo de revisionista y mucho de “si suena la flauta, otra franquicia a explotar”. ¿Lícito? Tal y como está el patio, sí. ¿Motivante? Algo menos.
En todo caso, vaya por delante que hay formas y formas. Y que el modo en que disimula sus objetivos monetarios el film que ahora nos ocupa es loable: si bien aún deba demostrar credenciales en el terreno del blockbuster (su Thor tiene el dudoso honor de ser una de las más endebles películas de la Marvel vengativa), contar con Kenneth Branagh detrás de la cámara le otorga a toda producción un plus de pedigrí. Para la ocasión, el de Mucho ruido y pocas nueces sigue demostrando que personalidad no le falta, y le imprime a su trabajo un aura de elegancia y clasicismo que le va como anillo al dedo a una historia de espionaje, de atentados económicos y de amenazas terroristas, con Rusia de por medio. Plus, en definitiva, para ese aroma muy de recuperación del cine de acción de los 80/90, ya lo comentábamos antes, con el que la película juega a todos los niveles: desde el desarrollo de un argumento arquetípico a la elaboración de sus personajes, reclutamiento y formación del héroe incluidos; desde la selección de un filtro de colores frío, gélido, abiertamente deudor de la saga, a la contención de la pirotecnia visual en pos de un entramado que se mueve por las sombras. Sin embargo, los problemas que ya vimos cuando el dios superheroico siguen ahí: las obsesiones de Branagh por injustificados planos entre torcidos y aberrantes perduran, como lo hacen sus más graves problemas a la hora de dotar de ritmo las set pieces de acción. Y eso, en una película que además de déjàvuesque es lenta de por sí y parca en actividad, puede hacerse una losa demasiado pesada.
Y es que Jack Ryan: Operación Sombra es demasiado gris. Oculta su simplísimo jugo argumental (bueno versus malo; un malo que por cierto, es el propio Branagh con un descacharrante acento ruso) a base de una relamida intriga económica que no consigue enganchar ni va a ningún sitio, y por la que se va formando un héroe sin presencia ni personalidad. Carencia total de empatía, por tanto, que se traduce bien pronto en mero aletargamiento del que se sale únicamente cuando tocan los pasajes más vulgares, pero más resultones: persecuciones, peleas, y secuestros. Claro que Branagh, aquí, no da la talla, por lo que la experiencia sigue siendo satisfactoria sólo a medias. Queda el siempre bienvenido aroma a película de antaño, el buen gusto que se desprende en todo momento de ella… pero poca cosa más. Por lo que correcta es, pero si debía ser el pistoletazo de salida de una saga con la que arrastrar a las grandes masas, se ha quedado francamente corta de gancho.
5,5/10
Y en el Blu-Ray…
Paramount Pictures presenta en alta definición el film, con una edición de un disco plagada de alegrías… y de desencantos. Las alegrías vienen en forma de un apartado sonoro de aúpa, con un bestial master 7.1 DTS-HD para la versión original que se convierte en la mejor manera de disfrutar del film. Y en forma de extras:
- Jack ryan. El tipo más inteligente del lugar: un clip de 13 minutos sobre el personaje principal, centrado tanto en su evolución a lo largo del tiempo y los formatos (libro y cine), como en el tratamiento que ha recibido en esta nueva versión.
- Sir Kenneth Branagh: El Zar de Operación Sombra: 10 minutos centrados ahora en en director. Básicamente, acumulación de piropos que destacan su labor tras las cámaras.
- Jack Ryan: Un hombre de acción complejo: Cápsula tipo Cómo se hizo de unos 5 minutos.
- Vuelven los viejos enemigos: A lo largo de 21 minutos, se analiza el contexto en el que ocurre la acción de Operación Sombra. Un mundo plagado de amenazas, unos enemigos muy específicamente diseñados según los tiempos que corren… De lo más interesante del disco.
- Escenas eliminadas y ampliadas, con comentarios de Branagh y de Lorenzo de Bonaventura (unos 5 miutos).
- Opción de incorporar audiomentarios de Branagh y Di Bonaventuraal visionado del film.
Las sombras vienen inusitadamente de su apartado visual: y es que seguramente debido al material original, no son pocas las veces en que la imagen se emborrona, hasta el punto de parecer desenfocada, o se llena de un grano muy evidente que va bajando definición a un film que sólo parece explotar la alta definición en sus (pocas) escenas de acción, así como en los pasajes más luminosos.