juan de los muertos

Crítica de Juan de los muertos

Si el cine de terror en general y las películas de zombis en concreto toman el pulso a la realidad y ponen en solfa los vicios y fallas más comunes de la sociedad en la que se enmarcan y en el contexto en que están rodados (ese es el tema, se supone), entonces Juan de los Muertos puede ser el ejemplo perfecto de cine de terror que cumple a rajatabla con su función creativo-ética-lo que sea. En otras palabras, la perfecta aplicación de los preceptos romerianos (de George A. Romero, se entiende). La extrapolación caribeña y jashonda de todo aquello de pretender reflejar por la vía pútrida y pustúlica la sociedad de consumo, la imbecilidad endémica en las masas anestesiadas, la hegemonía de los seres nopensantes que impulsivamente consumen material que ni digieren ni, al fin y al cabo, necesitan para seguir andando sin rumbo. Porque Juan de los muertos es una de zombis más o menos canónica, más o menos de maual. Solo que en La Habana.

Y en esos mimbres no es difícil ni extraño empezar a coleccionar guiños, críticas y paralelismos para con un país gobernado bananeramente por un auténtico muerto viviente (un no-muerto también vale) que sumió al país en una falsa promesa, en una ilusión de prosperidad que a día de hoy sigue andando por inercia, avanzando por impulsos musculares eléctricos; pero que está clínicamente muerta. Etcétera.

Y por si el entramado metafórico no queda suficientemente claro, Juan de los muertos se encarga de dejar bien meridiana la manipulación perversa del régimen: durante toda la película las hordas de no-muertos son calificadas de «disidentes enviados por el gobierno norteamericano». Brocha gorda y aparato simbólico a medio camino entre la befa absurda y el guerrillersimo ideológico naïf. Lo justo y necesario, ni más ni menos, para una película que, superado el impacto exótico inicial, en el fondo sólo busca el entretenimiento liviano y la diversión tan salvaje como mema. Y no sé vosotros, pero yo en ese terreno, en ese precisamente, estoy bastante curtidito.

Así que mucho tendrá que pisar el acelerador una película así para que, a día de hoy, logre sorprender: Juan de los muertos no transgrede géneros, ni pulveriza expectativas, ni ofrece visiones especialmente revolucionarias sobre las convenciones de la zombiosis generalizada que tan alegre y mercantilmente está azotando este nuestro mundo ávido de modas y pasatiempos de temporada.

Vamos, que no posee la carga nerd de una Zombies Party, ni tampoco resulta tan divertida; ni representa un entretenimiento límite ni mucho menos (obvio) un dechado de originalidad. Pero, ah, sabe contentarse con lo limitado de sus herramientas conceptuales (eso, originalidad, incluso como parodia, cercana al cero) y formales (hay fallos técnicos y una factura general bastante justita) y aprovechar su sano morro.

Porque de eso sí gasta. Juan de los muertos guarda un par o tres de bazas no genuinamente lícitas, pero definitivamente efectivas. De entrada su dislocado protagonista, ese Juan que funciona como catalizador del choque entre el hecho cubano y la imagen distorsionada que el resto del mundo tiene de la sociedad caribeña. Puro desparpajo, Alexis Díaz de Villegas tropieza con gracia por toda la película con su pinta de Bubbles habanero, improvisando heroicidades chuscas y eructando frases descacharradamente memorables. Mucha mugre. Bien.

Además, su galería de personajes burdos (no falta la locaza queen) y una constante tendencia al chascarrillo y al reciclaje sin vergüenza y con poca consciencia del gag sobado le dan a todo el pack un aire petardo y despeinado.

Y si todo se articula narrativamente mediante un ritmo medianamente tensado y bien basculado entre la secuencia de acción semigore y el chiste gilipollas alargado, pues oye, que la cosa queda en medioentretenida. No desopilante, no hipervibrante, no rematadamente lisérgica, en absoluto catárquica. Simplemente bastante decente.

Ojo. Que nadie vaya a hipotecar una hora y pico de Cosas Mejores Que Hacer por esto, que la cartelera está bien surtidita de mejores opciones (puestos, nos quedamos con Lobos de Arga). Pero yo, personalmente, no le voy a negar el título de Divertida Parida. Y atención, que otro título, el de Sleeper de la Temporada, suele ser de un caprichoso que desconcierta. Ahí dejo eso.

 

Trailer de Juan de los muertos

 

 

Valoración de La Casa
  • Xavi Roldan
  • Carlos Giacomelli
3

En pocas palabras

Una chorrada como un piano que ni es descacharrante ni sacude o remueve en lo más mínimo. Pero como chorrada, divertida es un rato.

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Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

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