Crítica de Kick-Ass 2: Con un par
Por algún extraño motivo, la masa de gente que ha dado forma al universo Kick-Ass, empezando por el autor del tebeo del que parte, Mark Millar, han considerado conveniente dar una continuación a lo que sucedió hace unos años y que Matthew Vaughn terminó adaptando a la gran pantalla. El cada vez más inocuo guionista escocés y un John Romita Jr. en horas bajas desde hace ya mucho tiempo ponían en marcha hace unos meses una miniserie-antesala. Y ahora la productora MARV ha dado el siguiente paso y la ha llevado al cine, llenando con Jeff Wadlow el hueco que dejaba un Vaughn ya pendiente de más nobles causas. El cambio se nota en el alcance de los resultados, pero especialmente pone de relieve la dudosa necesidad de la simple existencia de Kick-Ass 2, más de lo mismo, sólo que peor, y sin que nadie lo haya pedido, por lo menos a tenor del éxito más bien discreto de la primera entrega.
Pero así ha sido. Y ahora todo parece forzado, histérico, patosamente pasado de vueltas. La historia en esta ocasión pivota sobre dos personajes centrales, Kick-Ass y Hit Girl (Big Daddy queda obviamente eliminado de la ecuación), recicla a un villano (Red Mist, auto-rebautizado ahora como el histriónico sadomaso The Motherfucker -sic) y espera tirar del mismo hilo. Solo que, como dicen los americanos, empuja demasiado lejos. Wadlow parece un tipo inseguro, así que compensa el peso de las expectativas de los fans con todo lo contrario; puro caño grueso y una velocidad excesiva. Y se le escapa, por supuesto: ni parte de un guión suficientemente sólido ni al final tiene el pulso tan firme como para sostener todas esas secuencias de acción supuestamente adrenalínicas y tamaña cantidad de hipotéticas bastardadas punkis por parte de un grupo de personajes que están pensados para resultar el reverso tenebroso de los superhéroes luminosos de Marvel.
Kick-Ass 2 se muestra así irritantemente desesperada por conectar con la chavalería contemporánea, lejana ya de la candidez del aislamiento cultural de hace unos años. Reiterativas menciones a Twitter y a Youtube se van sucediendo como prueba de supuesta «modernidad», los tacos y las hostias como panes vuelan demostrando que estos chavales no tienen nada que ver con la muchachada pija que inunda los canales oficiales, que ellos son mucho más malos. No, insisten, esto es mucho más badass, más bestia e infinitamente más molón. Obviamente, todo obedece a un diseño previo, a una búsqueda de un target específico (la evolución del mismo que antaño devoraba horas de capitalismo cultural vía MTV disfrazado de «bandas cañeras de punk melódico disconforme») y a un posicionamiento ideológico basado en la impresión rápida y la volatilización espontánea: la tan cacareada ultraviolencia llega como un fogonazo y desaparece de repente, porque no deja de ser, al final, una pura pose, lejos de la transgresión. Y, de paso, de la explicitud: el montaje se encarga de que los planos en las escenas de acción sean demasiado breves como para poder perturbar a nadie con su contenido sanguinoliento: tampoco se trata de perder cuota de público.
Pero ¿cuál es ese público? Desde luego, tiene todas las virtudes para tenerlo en cantidades relevantes. Pero no será menos cierto que la película está surcada por una desnortada indefinición constante, marcada por el baile de géneros y de tonos en la misma medida que por la cantidad de elementos narrativos que no conducen casi a ningún lado. Kick-Ass 2 no es nada de ello o lo es todo a la vez: una película de superhéroes con carácter de orígenenes del personaje (aquí hay una génesis que ya habíamos visto, la de Kick-Ass, y dos renacimientos, el de Hit Girl y el de The Motherfucker); una parodia de los supergrupos a lo Liga de la Justicia; una película de institutos en la línea de Chicas Malas que, a pesar de apelar a esas comedias zorrupias de los ochenta que tanto nos gustaban, se gana las cuotas más bajas de interés; o un drama adolescente sobre la propia identidad apenas esbozado. Uno se pregunta, entre tanta subida y bajada de intensidad, entre tanto errar de los motivos argumentales, entre tantos estallidos de hiperviolencia estéril, qué ocurre en el fondo con todo esto. Qué hay más allá de la pura carcasa.
Pues hay bastante de lo citado, y además algunas cosas buenas. La primera, que al fin y al cabo esto es una gran broma. Desde los tiempos de la primera entrega no se ha perdido la ironía, ni la desmitificación, ni las ganas de cachondeo moralmente despreocupado: el tono de producto socarronamente ultraconservador se mantiene, esta vez encarnado en esa especie de traslación del Nuke de Frank Miller (de cuando el Born Again de Daredevil) personificado por un Jim Carrey excesivamente contenido; o en una de las antagonistas, esa bestia soviética filolésbica que responde -con un grito de oso estepario- al nombre de Mother Russia. Ni tampoco se ha quedado en el camino la voluntad de ofrecer esto como una alternativa a la épica rimbombante ligada al cine superheroico del último lustro. En Kick-Ass 2 no hay grandes apocalipsis digitales, sino gente de estar por casa enfundada en un esquijama -la mayoría de veces un esquijama de mierda- partiéndose la crisma a pie de calle con bates de béisbol forrados de papel albal y nunchakus copiados de internet.
Hay más cosas positivas, como una Hit Girl que dispara el espectáculo y se lleva la película por delante cada vez que la dejan -Chloe Moretz sigue siendo una actriz con mucho camino por recorrer pero también una fuerza de la naturaleza arrolladora- o como que, con todo, estemos ante una película medianamente entretenida durante todo su recorrido. Pero al final termina invalidando cualquier juicio justo la impersonal realización de Wadlow, anodina y/o torpe, y un indesligable aire de sucedáneo constante que termina por empapar la pólvora, ya de por si bastante mojada, con la que la película había cargado sus armas. Como un chaval gamberro que llama a los timbres y sale corriendo… cerciorándose antes de que no hay nadie en casa, Kick-Ass 2 es inocua y vulgar aunque casi todo el tiempo nos berree al oído lo contrario.
Por no decir, aunque esto es ya manía personal, que yo tiendo a desconfiar de cualquier película basada en un tebeo que parezca tan absolutamente obsesionada con desligarse de sus orígenes insistiendo en que -disfrazando de autoironía una asquerosa condescendencia- «esto no es un tebeo».
5’5/10
Y en el Blu-Ray…
La Universal Pictures se encarga de distribuir por nuestros lares esta película, brindando una de las mejores ediciones recientes en lo que a alta definición se refiere. Y es que su apartado visual es espectacular, con una definición de imagen excelsa secundada de un contraste de colores vivos y brillantes. Quizá el sonido quede un poco rezagado, pues se echa en falta un master en 7.1 con el que ya se están presentando varias propuestas en el mercado doméstico. Aun así, tanto el DTS-HD de su versión original como el DTS castellano cumplen con nota sus obligaciones, permitiendo que el disfrute sea total.
Tampoco en extras se queda parco el disco:
- Comienzo alternativo: Una nueva apertura para el film, que no pasa de curiosa, con la posibilidad de incluir comentarios del director (3 minutos)
- Big Daddy regresa: la escena no rodada: A través de un storyboard se nos muestra cómo debía haber sido el regreso del personaje en cuestión (2 minutos)
- Escenas ampliadas: Paquetito de once escenas (14 minutos)
- Así se hizo: Poco menos de una hora (50 minutos) de saciante documental sobre la creación de la película, repartido en cinco capítulos.
- Hit Girl ataca: creando la secuencia de la furgoneta: Cinco minutos más de Cómo se hizo, ahora centrándonos en dicha escena. Se desglosa según el storyboard, el rodaje con especialistas y el montaje final
- Además de todo ello, se dispone de la posibilidad de ver la película con los comentarios de Aaron Taylor-Johnson, Christopher Mintz-Plasse, Chloë Grace Moretz y Jeff Wadlow.
Ciertamente, es una secuela que aprovecha el tirón de la original. Así todo, tiene momentos buenos, por encima de las escenas tópicas que le restan la frescura que tuvo su primera entrega.
En mi caso tampoco la doy nota alta y se quedaría en un bien bastante por los pelos.
PD:Hay que ver los títulos de crédito hasta el final XD
¿Millar guionista inocuo? Me parece que tenéis que echar un vistazo al diccionario de la RAE.
Desde luego. Terriblemente inocuo. Quedan ya lejos las épocas en las que el escocés podía escandalizar a alguien con sus estallidos de violencia, humor negro y pretendida incorrección política de baja intensidad. O que, por lo menos, podía montarse tebeos resultones con una cierta calidad de base ("The Authority", "Superman Rojo", el primer arco de "The Ultimates").
Ahora sólo hay macarrería barata que no resulta ni revulsiva ni transgresora. Un cantamañanas con buenas ideas de partida que sin embargo se pierden en un mar de chulerías narrativamente inconsistentes, como "Nemesis" o el propio "Kick-Ass" y su infumable secuela. O peor, rutina, rutina y más rutina enmascarada por constantes golpes de efecto que no llevan a ningún lado: "Ultimate X-Men", "Lobezno", "4F", "Ultimate Vengadores".
Así que sí, inocuo.
A falta de leer "Supercrooks", claro. Si eso va más allá de una nadería disfrazada de tebeo ultramoderno para jóvenes impresionables rectificaré con gusto.
Y Vanjav, jeh, sí, hay que quedarse hasta el final… pero luego tampoco es para tanto… no? Quiero decir, que ya se veía venir…
Saludos a los dos y gracias por vuestros comentarios!
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Besos!
Concuerdo con la crítica y la nota.
A mi lo que me pareció es que la película era muy desequilibrada, porque realmente la parte que más me interesó o entretuvo, fue la referente a Hit Girl y su intento de llevar una vida más o menos normal sabiendo que es una bomba de relojería en potencia tratándose de controlar. Además, me parece que es la que mejor rodada y planteada está, tal vez porque además, Chloë Grace Moretz se toma su personaje como se lo tiene que tomar, ni más ni menos.
El resto… lo de "Justice Forever", el resurgir de Motherfucker (cuya presencia queda eclipsada, literalmente, por Mother Russia) y sobretodo el personaje de Dave/ Kick-Ass, parece tratado con prisa, con desgana, con… desinterés por lo que se está rodando y haciendo. Es como si quisieran haber rodado una película sobre Hit Girl, pero hubieran tenido que añadirle escenas adicionales cuyo rumbo en el guión no conocieran.
La parte final con SPOILER el enfrentamiento entre grupos disfrazados FIN SPOILER es probablemente lo mejor de la propuesta y deja para el recuerdo el SPOILER genial enfrentamiento entre Hit Girl y Mother Russia FIN SPOILER.
El intento de darle un tono profundo con ese acercamiento extraño al imperativo categórico de Kant y todo el tema de por qué ser un superhéroe, también está un poco de más. Al menos es lo que me parece a mí, pero ya que mi opinión en cierta página de críticas cinematográficas está siendo machacada sin piedad, supongo que mis 31 años me hacen mayor para esta película, que supongo va destinada a un público diferente, ergo… mi opinión en cuánto a películas de este tipo podría estar muy equivocada, jeje xD
Saludos!