Crítica de La mentira por delante, de Lorenzo Montatore (Astiberri)
La Historia pop se come a la Historia, la convencional, la de los libros. El meme se impone al dato. En este caso el proto-meme, que cuando Umbral le escupía a Merceditas Milà a la cara eso de haber venido a hablar de su libro Internet era aún un sueño febril de Silicon Valley. Es difícil que a alguien no sea lo primero que le viene a la cabeza cuando suena el nombre del escritor madrileño. Pero Francisco Umbral fue más que el protagonista del primer video de verdad viral de la televisión española. Y se me ocurren pocas opciones mejores que un cómic para rendirle un homenaje y pocos autores contemporáneos más capacitados que Lorenzo Montatore. Lo primero, porque el propio Umbral dijo apreciar el medio y ser seguidor de, entre otros, el Carlitos de Schultz. Lo segundo, porque el propio Montatore ha reconocido alguna vez, de manera directa y a través de su obra (en La muerte y Román Tesoro por ejemplo) ser admirador del autor de Las ninfas. Y porque nadie como él se pasa por el forro la supuesta, falaz separación entre la alta y la baja cultura.
La mentira por delante es un compendio de episodios, algunos basados en la realidad, otros pura fabulación, que de manera fragmentaria, calidoscópica y polimórfica pretenden dar, de manera no lineal, la medida de lo que fue la vida del poeta y novelista. Es un relato fragmentado pero orgánico, que fluye entre tonos y texturas narrativas (del costumbrismo a lo lírico, del diálogo al aforismo) y que pretende reflejar la naturaleza polimórfica de alguien que fue, como persona, apasionado y fascinante. Y como profesional, polifacético y polivalente. Así, Montatore retrata el Umbral público, pero sobre todo se detiene en la persona, la que se agazapaba tras el personaje. El que vio en María España a la mujer de su vida y el que tuvo que enfrentarse a la muerte de su hijo de cinco años y al agujero negro emocional que eso le supuso.
De hecho el de La mentira por delante es un Umbral íntimo, un autor en búsqueda de su propia voz, del personaje que lo proyectará al mundo y que debe diferenciarse de su auténtico yo. Por eso gran parte de los episodios de este tebeo literalmente enfrentan a dos Umbrales. Al bisoño, al joven, al formativo, con el maduro, el cínico, el ya convertido en su propia leyenda. Un proceso de aprendizaje en el que se habla de la creación, del amor, de la ciudad de Madrid, de la elegancia, de la autoestima. En el que también intervienen, mediante conversaciones más o menos dislocadas de la realidad, algunos de los referentes del escritor (de ambos escritores, Umbral y Montatore): de Gómez de la Serna a Larra pasando por Berlanga, Cela, Delibes o Valle-Inclán.
Y es que el mismo Montatore siempre ha afirmado que, además de Valle-Inclán, Umbral es uno de sus principales escritores de referencia. Efectivamente esta biografía transmite no sólo conocimiento del protagonista sino, especialmente, pasión por su figura y su obra. Una pasión nada complaciente, nada ensimismada. Y encajada, por supuesto, en el propio ideario visual del dibujante -aquí aún más estilizado de que costumbre-, ese que se mueve entre Schultz, el absurdo de Tono, la sencillez esencial de algunos autores de Bruguera y la esencia pop de Mario Bros.
La mentira por delante: desencasillando a Umbral
Por qué leer La mentira por delante
Lorenzo Montatore rinde homenaje a uno de sus “padres” artísticos. La mentira por delante es un rico tapiz sobre la vida de Francisco Umbral, un tebeo íntimo y reflexivo. También vivo, iconoclasta y divertido, nueva prueba de la calidad de un autor instalado desde hace tiempo en la plenitud creativa.