Crítica de La plaga

La plaga

Flamante ganadora del máximo galardón del cine catalán (y poca broma: si alguien quiere buscar buenas muestras de cine próximo a sus latitudes, que le dé una ojeada a lo que por aquí se cuece), La plaga es una película trampa. La propuesta de Neus Ballús es a la vez ficción y documental. Aglutina tantos valores de lo segundo como los que emplea para quebrar las barreras del mismo y adentrarse en el terreno del drama social. Y a su vez, de dicha dramatización surge un discurso profundamente real que describe como el mejor de los documentales un día a día tan concreto como generalizado: el de un pueblo catalán payés por el que deambula una serie de personajes especialistas en sobrevivir. Está el austero trabajador del campo que trabaja de sol a sol; el peón de campo extranjero que aprovecha su físico en competiciones de lucha grecorromana; la prostituta entrada en años que se sienta al borde de la carretera día tras día; la filipina que trabaja en una residencia de ancianos; y la anciana que ve cómo, irremediablemente y pese a su lucidez, debe aceptar su condición de persona dependiente. Vidas que se entrecruzan, vidas cotidianas, vidas que afrontan dificultades sumamente reconocibles. Y una amenaza en el horizonte, spoileada por el propio título del film: la de una plaga de mosca blanca que puede echar por tierra el cultivo de todo un año, y por tanto, la economía en general del lugar. Si se quiere cambiar el marco campesino por uno más urbano, el discurso se mantiene perfectamente.

Cierto es que entrar en el film no es cómodo. De entrada, un documental que no lo es pero sí lo es, no se antoja plato del gusto de todos, máxime si más que interesarse por contar una historia, la principal intención de la directora pase por retratar, esbozar una situación a base de pinceladas aparentemente intrascendentes. Sólo en apariencia, ojo, porque estamos hablando de la entrada del espectador en La plaga, por así decirlo; la salida de la misma, 80 minutos después, es netamente diferente. Y es que pincelada a pincelada, Ballús va perfeccionando su mirada, apuntalando su discurso y calando cada vez más hondo en un espectador que tarda bien poco en verse profundamente reflejado en unos personajes que al principio podían habérsele antojado tan distantes. Y lo hace sin floritura alguna, con una realización siempre próxima a sus personajes, una fotografía ligeramente quemada para acrecentar la sensación de bochorno, y una banda sonora (a cargo de David Crespo) excelente en su condición de protagonista secundario. Y manteniéndose en todo momento firme en su propuesta de dramatización hiperrealista, lejos de grandes giros dramáticos en pos de un progreso plausible y constante, uniforme, bien compactado. Una patada en las gónadas a León de Aranoa, vamos.

La plaga

Lástima que, con tanto a su favor, no todo se antoje tan bien delineado si se le echa un vistazo al cuadro en su totalidad. El interés de alguna de las historias va quedando en desventaja conforme progresan las otras, siendo el principal damnificado el personaje de la prostituta, quizá el menos trabajado (por contra, la señora Maria es de las que tardan en olvidarse). Del mismo modo, la alteración de estilo totalmente documentalista mediante el guión lleva a más de un encontronazo, ese juego entre realidad y ficción no siempre encaja en su engranaje. Pequeños detalles que rebajan algunos enteros del resultado global, pero que en todo caso no quitan el excelente sabor de boca que provoca un film potente, retrato estupendo de la sociedad catalana que se puede sentir en las propias carnes del espectador porque, en definitiva, ha sido parido desde las propias carnes de la sociedad de la que habla. Estimulante y tremendamente emotiva.

7/10



Y en el DVD…
Cameo se encarga de distribuir esta película a nivel doméstico, y lo hace con una edición sencilla en DVD que respeta a la perfección el estilo visual de la cineasta, al que acompaña un audio en 5.1 más que correcto: las voces suenan claras (de manera que los subtítulos, que pueden seleccionarse en varios idiomas, no sean necesarios) y los efectos sonoros se entremezclan a la perfección con la banda sonora. Queda un pelín corta en cuanto a extras, con un making of separado por capítulos (cinco) que sin embargo se limitan a cápsulas de pocos minutos, principalmente centrados en declaraciones a los responsables de la cinta a su paso por Berlín. Nos hubiera gustado saber más sobre la concepción en general de la misma.

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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