last chance u basketball critica

Crítica de Last Chance U: Basketball (Netflix)

No nos vamos a engañar: veníamos calentitos desde The Last Dance. Todo el mundo sabe que el baloncesto es el mejor deporte del mundo y por consiguiente que de entre todos los documentales deportivos los que hablan sobre baloncesto son los que más molan. No hacen falta grandes despliegues narrativos, ni innovaciones formales, ni demasiadas piruetas expositivas. El baloncesto por sí mismo encapsula toda la épica humana posible, todo el coolness al que nadie pueda aspirar y todos los valores morales básicos para entender la vida. ¿He dicho ya que es el mejor deporte del mundo? Así que sí, The Last Dance fue un melocotonazo el año pasado y este Last Chance U: Basketball le toma el relevo. Tenía las de ganar y ha ganado.

El proyecto no viene de nuevas, ni surge del éter. La preceden las cinco temporadas de Last Chance U (sin el epígrafe baloncestístico), centradas en el fútbol americano que, como también en esta especie de spin off, narraban las vivencias de un puñado de estudiantes más o menos desclasados, perdidos o desfavorecidos. En el caso que nos ocupa los protagonistas pertenecen al East Los Angeles College, la institución que los acoge, absorbe sus problemas personales y académicos y los recicla en el más potente equipo de baloncesto juvenil de la liga, los Huskies: un bulldozer que, al inicio de la temporada, lleva una cuenta de victorias mareante. Y que a medida que avanzan los capítulos se convierte en un éxito deportivo de récord. En eso es en lo que estos chavales destacan. Y en eso, trascendiendo sus previas expectativas vitales, encuentran su triunfo personal.

El tacto de Greg Whiteley -lo más parecido a un showrunner que hay aquí- a la hora de abordar a sus protagonistas es exquisito. Muestra, sin juzgar, sus circunstancias, sus miedos, sus aciertos y sus cagadas. Y los traduce en puro drama deportivo: si uno de esos chavales es un líder carismático, así lo refleja en la cancha. Si otro es un superviviente, debe luchar por su propia dignidad enchufando tiros decisivos. Si el de más allá está disperso, tiene que defender su posición bajo el aro, o en el exterior, o donde sea. De modo que, en una dinámica de equipo versus individuo, se equilibra a la perfección esa mirada descriptiva de interés social con la pura pasión por el deporte. Y por el camino se deja para el recuerdo un elenco memorable, equilibrado… y real, claro. Un grupo de chavales de insospechado carisma capitaneados por la poderosa figura del entrenador Mosley, un tipo intenso y desbordante, pero también un buen samaritano, hombre de fe que tiene como misión en la Tierra velar por el futuro de sus jóvenes jugadores.

Por eso esto no sólo sigue la estela de su serie madre sino que también se alinea con Cheer, el anterior producto de Whiteley y el realizador Adam Leibowitz. Como aquella, centrada en un ambicioso equipo de animadoras y animadores de un pequeño pueblo de Texas, articula una mirada intimista hacia una etapa de la maduración extremadamente delicada, especialmente entre jóvenes con problemas sociales. También comparte el interés humano en el funcionamiento de la comunidad como última tabla de salvación personal y esa elegantísima puesta en escena, que en este caso pasa por un puñado composiciones de plano estudiadísimas, una fotografía de colores desaturados y un montaje muy inteligente y atento. Y, por supuesto, también articula esa mirada humanista que nos recuerda que lo importante en la vida no es ganar o perder (el último capítulo, cien por cien pegado a la pandemia, remueve ese avispero) sino aprender del resultado, sea cual sea.

Trailer de Last Chance U: Basketball

Last Chance U: Basketball - El básquet sigue dando alegrías en Netflix
  • Xavi Roldan
4

Por qué ver Last Chance U: Basketball

Excelente serie documental deportiva, esta suerte de secuela baloncestística de Last Chance U aglutina en ocho episodios la suficiente sensibilidad y sabiduría como para hacer de este retrato juvenil un viaje excitante y conmovedor.

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Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

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