Crítica de La llave de Sarah
«No fueron alemanes, fueron los propios franceses». Es una de las líneas que aparecen en el guión de «La llave de Sarah». Una contundente frase que podría incorporarse al subconsciente colectivo -por lo menos al francés- tanto como aquella otra «Hitler fue elegido democráticamente» o «los agentes de los campos de concentración obedecían órdenes».
Una sentencia que encierra la esencia de «La llave de Sarah» en varios aspectos. Que evidencia el desconocimiento y el olvido de algunos tristes episodios de la historia de nuestra Europa durante el siglo XX por parte del conocimiento popular, que marca el deterioro de la memoria en su transmisión a través de las generaciones sucesivas, que indica la corrupción de los matices en virtud de las ideas más generales y gruesas.
La periodista Julia Jormond (Kristin Scott Thomas) se propone en 2002 no dejar de perfilar la verdad de los sucesos que en julio de 1942 llevaron al gobierno francés a encerrar a miles de judíos en el Velódromo de Invierno para su posterior deportación, y al resto del pueblo a apartar la mirada ante unas fuerzas del orden que se mostraban colaboracionistas. Sesenta años después del holocausto, Julia quiere mantener vivo ese recuerdo a través de la historia de Sarah Starzynski, una niña a la que está unida a través de la familia de su marido que llevó consigo una historia trágica: la de la promesa que hizo a su hermano, a quien encerró en un sótano bajo el juramento de ir a rescatarlo cuanto antes.
Adaptando la novela de Tatiana de Rosnay, el director Gilles Paquet-Brenner traza una parábola sobre la pérdida de la inocencia en la que una niña se convierte en metáfora de una Europa que de repente debe pasar a la edad adulta vía trauma y que sólo puede tener un destino último al contemplar el horror del que son capaces las personas. Y habla de los temas que siempre han rodeado y siempre rodearán tan trágicos hechos: el remordimiento y la culpa de los responsables de la atrocidad. Lo curioso en «La llave de Sarah» es que ese remordimiento y culpa terminan manifestándose más en la experiencia de quien no es responsable directo (la propia Julia, con un deber autoimpuesto que llega más allá de su ámbito profesional) que de las propias autoridades del régimen de Vichy.
Por eso es quizá más interesante el vínculo invisible que surge entre Julia y Sarah que la propia contextualización histórica, poco chichosa, no demasiado profunda: ambas mujeres están imbuidas por un fuerte sentido de la responsabilidad hacia una «causa perdida». Sarah no cesará de intentar alcanzar el sótano donde se esconde su hermano; Julia no descansará hasta que no reconstruya y explique toda la historia de Sarah. Y ello se convertirá en una cruzada de la periodista en pos de la verdad que la llevará casi quijotescamente a perseguir el matiz histórico ya sea París, Nueva York o Florencia. Porque para Julia se trata, como decía, de reflotar los hechos que puedan quedar sepultados en la noche de los tiempos con el paso del tiempo. De resguardar de la erosión del olvido aquello que se conoce como la Memoria Histórica.
Muy loable. Muy bien sobre el papel. No tanto en el resultado final de la película.
«La llave de Sarah» parece un remedo de algunos de los últimos éxitos del drama con ojo puesto en el Holocausto. De un aire a «El pianista» a la investigación de La Verdad con décadas de por medio de «El lector» (que a su vez recordaba «Las horas» en el vínculo entre pasado y presente que establecía), solo que sin la aplastante pericia autoral de Polanski: Paquet-Brenner prefiere jugar la carta de la espectacularización y la sensibilización algo directa. Y no puede evitar caer en la voluntad de epatar al espectador en algunas ocasiones, lo que termina por deslucir un conjunto que, parece, buscaba la desnudez expositiva. Afortunadamente en tantas otras encuentra un sabio equilibrio entre el drama desgarrado y la sensibilidad más delicada. Son aquellas en las que opta por hacer hablar al «fuera de campo», omitiendo el conflicto directo dejándolo más allá de los límites del plano, o en las que decide experimentar el poder de las elipsis temporales.
Lamentablemente, el resultado queda algo descompensado. Las dos historias paralelas no terminan de estar imbricadas al cien por cien, y el conflicto sentimental de Julia, con un marido de por medio y un bebé por nacer queda desdibujado, poco desarrollado y, por ello, poco interesante. A pesar de los esfuerzos de una más que acertada y perfectamente bilingüe Kristin Scott Thomas, quien se acaba convirtiendo en el lógico centro gravitacional del relato casi más que la propia Sarah, interpretada con acierto por la joven Charlotte Poutrel.
Tan correcta como rutinaria, y no por necesaria más interesante.
A medias.
6/10
Excelente pelicula ,la llave de sarah hace tiempo que no veo una produccion tan buena ..los felicito..esta peli dara mucho que hablar y se la recomiendo a todo el mundo vale la pena gastarse los 8 euros del cine
Glubs… pues de momento no está dando demasiado que hablar, me temo…
Es una pena, no tanto por la calidad o no de la peli (a mí no me entusiasmó) como por el tema del que habla…
Un saludo y gracias por participar!!
Cuando oí que La Llave de Sarah era una pelicula basada en los acontecimientos terribles del Holocausto, pensé como muchos lo estarán pensando "una más" pero al verla no dejó de conmoverme. Allí se exhiben dos dramas, realmente, que a pesar de haber acontecido en épocas diferentes, guardan mucha relación. Podemos ver como Sarah lucha por proteger a su hermano Michel, y por el otro, como Julia sacrifica su matrimonio para que su hija Sarah naciera. Me encantó, me conmovió y la recomiendo. Kristin Scott Thomas como siempre, nos ofrecio un trabajo excelente.
Sí, la película conjuga con eficacia esa visión más global del Holocausto con esa otra, más minimalista, de las historias personales.
Lo de Scott Thomas haciendo interpretaciones memorables ya es costumbre, jejeje…
Saludos!
No sabìa nada de la peli, recièn este pasado 14 quise ir al cine y la elegì porque el tema del holocausto nunca me cansara en el cine, y acudì desesperada porque ya iban a quitarla, claro, sala vacìa, sòlo 6 personas para una sala de 300. Ah, pero las salas de basura, llenìsimas.
En fin, volviendo a la peli, me ha encantado, diràn que es una màs, pero a mì me ha gustado mucho. El final ciertamente es extraño, pero acaso podrìa haber habido otro?
Siempre es bueno conocer una màs de las vidas judìas que sufrieron ese horrible crimen.
Ahora a buscar el libro para disfrutarlo:
Una duda, el comentario del dia se refiere a peli "las llaves…" o què ondas?
No, se refiere a "Bunraku". ¿Ves que está el link abajo, en rojo? Y bueno "del día, del día" no es…. ;))
oiga, señorita, qué insinúa?? la culpa es vuestra, que no hacéis comentarios mejores :P
Bueno, yo siempre he dicho que en los "Comentarios del día" tendrían que ponerse tb los tuyos… ;)