Crítica de The Look of Silence

El documental es, junto a la animación, el género más ignorado, menospreciado e infravalorado del cine. Y eso sin ser propiamente un género.

Por alguna razón, y pese que muchas propuestas ofrecen una creatividad y libertad pocas veces vista en el cine de ficción, el gran público sigue asociando los documentales con cabezas parlantes, voces en off y una larga exposición unidireccional y subjetiva sobre un tema generalmente muy serio y muy complejo.

Evidentemente, hay documentales así. Algunos son muy necesarios, como el denso pero interesantísimo Inside Job. Otros, sin embargo, prefieren tratar temas menos conocidos y hacerlo desde un punto de vista original, profundo e incluso conmovedor.

The Act of Killing es de estos últimos. Posiblemente sea una de las mejores películas de la década. Su acercamiento al genocidio indonesio desde el punto de vista de los ejecutores, la abundancia de metáforas visuales y su capacidad de conmover, asquear y sorprender al mismo tiempo hacen de ésta una propuesta imperdible.

En lo que se podría llamar su secuela, The Look of Silence, Joshua Oppenheimer ofrece el otro lado del espejo, el de las víctimas, y cómo una de ellas se enfrenta a la «ley del silencio» establecida en su país para ponerse cara a cara con los ejecutores y aquellos que hacían la vista gorda, desnudar sus vergüenzas y hacerlos recordar aunque no quieran.

Llena de detalles llenos de significado, de una humanidad extrema y de momentos tan horribles que cuesta mantener la atención, The Look of Silence rezuma trabajo. Trabajo para acercarse a los ejecutores y ganarse su confianza para que le permitan traer a una víctima de sus horrores con la excusa de revisarles la vista. Trabajo para montar las decenas de horas de material.

Trabajo para hacer un documental que no sólo ha dado a conocer el genocidio indonesio para el público occidental, sino que ha logrado remover los cimientos de Indonesia y cambiar -aunque superficialmente- el régimen.

Su único defecto, quizás, es que lo que se cuenta en él es tan horrible que nos parece irreal, falso. Como en The Act of Killing, los asesinos parecen interpretar un papel, parece que lo que cuentan no pasó en realidad. Y el espectador quiere creer que no pasó de verdad, porque es muy difícil asimilar un horror semejante. Pero nos guste o no, fueran exactamente así o no, los hechos ocurrieron, y millones de personas resultaron afectadas. Y como todo buen documental, The Look of Silence nos cuenta algo que no podíamos dejar de saber.
9/10

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