Crítica de Los otros dos

A estas alturas no creo que haga demasiada falta ubicar a Will Ferrell en el universo cinematográfico reciente; tras un currículo forjado a base de productos de similar calaña, ese da por hecho que el espectador ya sabe qué supone (o suele suponer) una nueva película protagonizada por el actor de «Movida en el Roxbury», «El reportero» o «Elf», y cuáles son sus potenciales virtudes y carencias.
Del mismo modo, tampoco hará falta incidir de nuevo en que por esta Casa su labor suele caer en gracia, motivo por el que siempre son bienvenidos de antemano estrenos como el de «Los otros dos», tan en la línea del monoregistro del actor.
A quien sí habría que tirarle de las orejas es a su director, Adam McKay, quien después de haberse dado a conocer con la brillante (y recién citada) «El reportero», ha ido bajando el listón paulatinamente con «Pasado de vueltas», «Hermanos por pelotas» y la que ahora nos ocupa, hasta caer en cierta mediocridad fruto de una aparente desgana, o del simple y natural hecho de desinflarse el globo que nosotros mismos habíamos hinchado. Claro que en todas ellas, el actor principal ha seguido siendo Will Ferrell, y eso suele significar salvamento in extremis; así que entre la inestimable ayuda del actor y la existencia de la serie «De culo y cuesta abajo» (que es lo más lúcido que ha gestado el de Philadelphia últimamente), se le sigue dando cierto margen de confianza.
Digo todo esto porque no hay demasiada chicha, en verdad, con la que defender (¡o atacar!) este nuevo trabajo suyo, una comedia de acción que hace de Ferrell y Mark Wahlberg una estrafalaria pareja de policías en busca de respeto por parte de sus compañeros de trabajo y de la ciudad en la que operan. Su objetivo es asemejarse a dos agentes de su mismo departamento (Samuel L. Jackson y Dwayne «The Rock» Johnson), cuya prematura desaparición se lo pone a huevo para ocupar su lugar. Claro que torpeza, mala suerte y estulticia general no son buenas compañeras.
Sinopsis bastante previsible a la que sigue un desarrollo igualmente visto mil y una veces, cuyo único rasgo distintivo reside en el quid de la cuestión, el asunto malicioso a resolver por los protagonistas… que se antoja francamente sosainas por mucho que se personifique en un no menos idolatrado (por aquí) Steve Coogan.
En resumen, nada, absolutamente nada que reseñar de un film reducido a pasar por todos los clichés del mundo, tanto a nivel argumental como a nivel artístico: ¿he dicho ya lo mediocre de su director?
Ante tan anodina propuesta pues, sólo se puede fijar uno en lo que, en el fondo, supone el motivo por el que ha desembolsado su dinero en la entrada: el humor. Y aquí es donde se entra en pleno territorio Saturday Night Live, el programa de televisión, cuna de la nueva ola de los cómicos que actualmente pueblan la cartelera norteamericana, del que los responsables de «Los otros dos» son sus alumnos más aventajados. Quien guste, por tanto, de esa clase de chistes basados en absurdos diálogos (fruto de la improvisación en muchas ocasiones) y gags del chichinabo encontrará aquí algunos motivos para la alegría; quien en cambio no comulgue con ellos, puede acabar con ganas de prenderle fuego a alguien.

Establecido por consiguiente el público objetivo, la valoración de este film ya se simplifica al poder compararse con otros ejemplos del mismo universo cómico. En concreto, podría colocarse un escalón por encima del anterior trabajo de McKay (la muy idiota «Hermanos por pelotas»), y uno por debajo de «Paso de ti«, que a su vez se sitúa a un nivel inferior de su spin-off «Todo sobre mi desmadre«.

Por supuesto, cada espectador tendrá su propio ranking, y marcará la muesca correspondiente a «Los otros dos» en función de sus gustos, ya que como decía un poco más arriba, no hay manera mejor para valorarla. Así que a nivel personal, un servidor se ha reído de lo lindo en cuatro o cinco ocasiones (de las cuales más de una se perderá seguramente con el doblaje), se ha entretenido durante buena parte del metraje, pero éste a su vez ha acabado haciéndosele demasiado extenso.

Quizás algún que otro recorte le hubiera sentado de muerte al montaje final de «Los otros dos», comedia de acción sumamente cafre que no se me ocurre recomendarla (o desaconsejarla) de ninguna otra manera: la película de por sí es una chorrada como un piano, pero con la que se lo puede pasar uno la mar de bien. ¿Suficiente? Allá usted…

6/10

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. Pues yo es en la primera peli de McKay en la que no me lo paso bien. Me decepcionó mucho.

  2. Vaya… a mí es que cre que ya me tocó pasar por "el bache" con "Hermanos por pelotas", que me pareció bastante demasiado gilipollesca…

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