Crítica de Luces rojas

Da la sensación de que para su esperado retorno Rodrigo Cortés haya emprendido el camino creativamente inverso al que tomó con su anterior Buried. Donde allí todo se reducía a un juego minimalista en el que una sola localización claustrofóbica buscaba constantes escapes hacia su exterior para configurarse paradójicamente como una historia expansiva acerca de los Grandes Temas (aquello no era tanto una pieza de cámara como una trepidante aventura –»Indiana Jones en una caja»- hacia la vida o la muerte), en Luces rojas parece que un reparto rutilante y una producción de lujo buscan en realidad el lugar recóndito, algo así como la intimidad de uno mismo. Uno podría pensar que Cortés ha saltado directamente (bueno, lo de Buried sería un paso comercial intermedio) a las grandes ligas y se ha subido al carro del blockbuster de productora, pero un vistazo más pormenorizado revelará que esto no es si no el camino que emprende un director para sublimar su propia identidad autoral, para trasladarse un paso más allá mediante el puro reto.

Y es que esto tiene tanto de juguete caprichoso como de fascinante (y literal) rompecabezas. Tanto de sistema de guiños y referencias de un tipo que parece haber respirado cine toda su vida y que ha descubierto que lo que le atrae es su pura capacidad de entretener como de diabólico plan para la puesta en crisis de todo nuestro funcionamiento global (la sociedad) e individual (el propio espectador). De modo que la película empieza como un relato canónico con forma de thriller paranormal en el que se suceden convenciones reutilizadas con garbo e inteligencia y complicidades para con un espectador que puede tener, o no, el mismo bagaje que el director: ahí está la referencia obvia a Richard Matheson (el apellido de la protagonista) y la franca querencia por algunos giros que podría haber acuñado Hitchcock o posteriormente De Palma. O sus ribetes de Plan siniestro y sus visos de thriller de suspense de los setenta. O sus reflexiones sobre las convicciones morales sustentadas en pilares de barro y el desfasado populismo de Los cazafantasmas o Cazadores de mitos. O la dinámica de pareja de Mulder y Scully, o la asfixiante atmósfera inocente pero finalmente venenosa de algunas películas de Jack Clayton.

Cortés propone un viaje que en su primera parada nos coloca al lado de una científica especializada en destapar fraudes parapsicológicos (vuelve a brillar Sigourney Weaver) y su joven ayudante y aplicado pupilo (notable Cillian Murphy), experimentados cazafantasmas que deberán enfrentarse a quien parece ser un infalible e inderribable médium que vuelve a la palestra tras varios lustros desaparecido de la luz pública. La suerte de Uri Geller con glamour que representa Simon Silver (renacido Robert De Niro) se erige como el reto insalvable y el escollo que terminará poniendo contra las cuerdas a unos protagonistas acuciados por su propia ambivalencia. Por la doble cara, por el peso de unos recuerdos que poco a poco emergen de las sombras y lentamente van asfaltando un camino en el que la velocidad va a toparse con demasiadas curvas: lo que parecía un espectáculo cuidado, solvente y moderadamente tranquilo va a convertirse en un relato deslavazado, descompensado, extraño.

«Las luces rojas son notas discordantes, cosas que no deberían estar ahí», suele explicar Rodrigo Cortés. Y justo eso es lo que ofrece su película. Oscilando entre el (sólo) aparente desnorte y la genialidad (falsamente) inconsciente, la contundente personalidad fílmica de Cortés puede extinguir de un bofetón cualquier destello de duda, del mismo modo que un J.J. Abrams podrá despachar productos que no respondan a la apabullante inmediatez del piloto de Alias pero sí a un plan maestro más largoplacista y de una amplitud discursiva mayor. Es el propio realizador quien firma un guión de múltiples aristas y de infinitas caras e interpretaciones (dentro de otras interpretaciones) que actúa como hilo conductor (o despistador, según) para una trama donde, en su segunda mitad, empieza a imponerse lo caótico, lo aturrullado o, según se mire, lo envolvente y absorvente sobre lo meramente lógico y explicable.

Es donde el constante balanceo de uno a otro polo que se propone llega a su máxima expresión. Y es que Cortés sabe que sólo la dialéctica entre opuestos hace avanzar la historia, de modo que se propone explorar las fronteras entre la fe (visualizada mediante planos viscosos, de atmósferas gaseosas) y la ciencia (en metódicas planificaciones cortantes que muestran cachivaches profesionales, técnicas avanzadas de detección de cambios en el plano físico y demás sofisticación para-científica); y del mismo modo hace colisionar la rotundidad de un personaje como el que interpreta Weaver con su opuesto directo, el de De Niro. Y ambos con la constante puesta en crisis de la personalidad propia en el personaje de Murphy. Y así los personajes cobran fondo, porque a partir de estos choques piensan, y dudan, y sufren. Y al fin, Luces rojas parece hablar de la búsqueda de la verdad a través del autocuestionamiento y de la duda existencial que se deriva de ello: ¿estamos preparados para soportar esa verdad?

Una serie de rodeos existenciales que sólo se entienden desde la lógica del espectáculo calculado de Cortés y a través de su depurada y estilizada puesta en escena. Rigurosa, elegante, sobria. Demasiado, posiblemente: la fotografía aséptica y la iluminación de tonos azulados, aun estupendas, añaden un plus de impostura que probablemente no necesitaba. Pero sea como sea, el de Cortés es un trabajo casi artesanal donde todo responde a su minucioso despliegue de recursos técnicos e imaginativos, porque el realizador es en el fondo todo un orfebre, un especialista en su campo que sabe perfectamente qué quiere que ocurra (que se vea, que se oiga) y qué no quiere que ocurra en los límites físicos del plano. Lo suyo no es solvencia escénica, es puro enriquecimiento de la acción a través del mimo y el detalle. A través del cuidado del sonido y la música. De la dilatación del tiempo y la precipitación de los acontecimientos. De la gestión de la ansiedad y la manipulación del estrés de un espectador que se va sintiendo más perdido y más desasosegado a medida que la película vira hacia terrenos extraños y se acerca la coda final. Una conclusión atrevida en su fondo (algo más conservadora, aunque muy lograda, en su forma) por lo que tiene de aglutinadora de sensaciones: patillada argumental que oscila entre a) lo delirante del ejercicio pulp, culminación de una disparatada sucesión de twists de guión y b) la lucidez de la reflexión metafísica más compleja.

Un final salido de madre en una conclusión casi tan pirotécnica como la de un Poltergeist, que renuncia a la sobriedad setentera para rendirse a un cierto petardeo ochentero y a la insana afición por el retrueque de M. Night Shyamalan. Un final que con toda probabilidad se antojará incomprensible para unos, directamente ridículo para otros, arrebatador y fascinante para los de más allá. Pero que redimensiona una película que necesitará (más que vista) ser descifrada, que requerirá que el espectador desentuerte sus nudos sin siquiera saber si son desatables, que profundice en lo que se le ha contado y en cómo se le ha explicado, más allá de sus impresiones iniciales.

Una película que termina revelándose como un auténtico misterio envuelto en un engima encerrado en un interrogante: podréis no mirar más allá de vuestras narices y quedaros con conclusiones meridianas, tranquilizadoras y aburridas. Pero yo apuesto por la aventura. El riesgo. La locura. Yo apuesto por Cortés.

7/10

 

Y en el Blu-ray…
Al margen de lo que haya gustado o dejado de gustar Luces rojas, nada puede decirse de la espectacular edición que presenta Warner, cuidándola casi como si de la joya más preciada de su corona se tratara. Tratándose de una película que juega tanto como lo sensorial, mediante una fotografía muy particular y un audio que ídem, el Blu-ray rueda a un nivel altísimo de definición, permitiendo disfrutar del trabajo de Xavi Giménez y Víctor Reyes, literalmente, a la perfección. Pero además, acompaña al disco un libreto de 36 páginas que lo incluye todo: un extenso artículo sobre la película a cargo de Toni García (publicado, el suyo, originariamente en El País Semanal), una entrevista al director, y otras a Xavi Giménez (director de fotografía), Víctor Reyes (compositor de la BSO), James Muñoz (montador de sonido) y Jorge Calvo (responsable de los créditos). Las 36 páginas se completan con ficha técnica y artística, recopilatorio de críticas, y con una curiosidad francamente interesante: un listado con todas las películas que le han servido, de un modo u otro, de inspiración a la hora de crear su última película. Curioso.
No acaba ahí la cosa. Además, del libreto, Luces rojas cuenta con el siguiente aluvión de extras:

  • Audiocomentario de Rodrigo Cortés
  • Dos escenas extendidas: Como su propio título indica, secuencias que se perdieron en la mesa de montaje, y que ahora se recuperan: la primera lleva por nombre Debate y extiende el enfrentamiento entre la Weaver y los otros tertulianos de un programa televisivo (de algo más de 6 minutos… interesante pero poco enriquecedora) mientras que la segunda es un epílogo completamente nuevo de casi siete minutos. ¿Necesario? No, pero como curiosidad no está nada mal
  • Making Of: unos diez minutos de habitual «cómo se hizo»
  • Varios mini-documentales con los siguientes títulos: Trabajando con los actores (poco menos de 15 minutos dedicados a la labor de su elenco y su interrelación con el equipo eminentemente español), El otro De Niro, La fotografía (importantísima labor de Xavi Giménez, cuyo tratamiento es explicado en poco más de cinco minutos), Obrando milagros, y Música: Víctor Reyes (mini-cápsula dedicada a la figura del responsable de la BSO).
  • Entrevista a Rodrigo Cortés: Luces rojas requiere ir más allá, obtener respuestas, y algunas de ellas se esconden en esta entrevista, que completa lo leído en el libreto.
  • Entrevista a Cillian Murphy: entrevista menos relevante (máxime si ya se han visto los mini-documentales anteriores) pero igualmente interesante.
  • Banda Sonora Aislada: Uno de los puntos más interesantes de la película (atención a los minutos finales) dispuesto para degustar en condiciones.
  • El apartado de extras se completa con material promocional de lo más variado: Foto Fija, Storyboard, Tráiler, Teaser, Posters, Spots de TV y el miniclip «¿Qué son las luces rojas?»

En definitiva, una edición de lujo absolutamente obligada para quienes tengan pensado darle una segunda oportunidad a una película, cuanto menos, distinta…

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Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

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Comentarios

  1. Linda y chichilluda crítica.
    Me apetece mucho y después de leerte, más, la veré (no me matéis: todavía no he visto "Buried").

  2. Leí por ahí que tras la proyección de la película, más de un crítico y compañero de profesión se acercó al equipo de la película para hacerle llegar al director la idea… de montar de nuevo el final, que parecía echar por tierra todo el trabajo anterior, ya que no podía entenderse como un cambio de clima intencionado, sino entenderse como uno de esas crisis creativas de retorcerlo todo. Después de leer esto tengo más curiosidad que nunca por ver ese final XD, me pasaré por aquí para dar mi punto de vista, si le veis bien! un saludo!!!

  3. Desde que se proyectó en Sundance, "Luces rojas" ha tenido que soportar el sambenito que la crítica le colgó: que "necesita un lavado de cara urgente, especialmente su final".
    La verdad, no sé qué final vieron en Sundance y desconozco si finalmente Cortés lo cambió (he tratado de investigarlo, pero no lo he encontrado por ningún lado; y el día del pase no me pude quedar a entrevistas, así que tampoco tuve oportunidad de preguntarle a él directamente).
    Sea como sea, el final que se ve en cine es el final que se le queda. Y preveo que va a levantar numerosas ampollas, pero repito que hay que ver todo esto como un gran salto al vacío, una gran pirueta a vida o muerte que, independientemente de cómo se salde, sigue siendo pirueta a vida o muerte.
    Otras cosas que preveo: que la gente se me echará al cuello tras ver la película y leer mi crítica. Glubs.
    En otras palabras: pásate por aquí cuando la hayas visto y nos comentas! :D

    Y Sid, te libras de la muerte "enterrada" por haber dicho lo que has dicho de mi crítica. Que si no… ;)

    Saludos y gracias variados a los dos!

  4. A mi "Buried" me flipó mucho y despues de ver el "making of" más, así que esta queda apunta en mi lista, sólo espero que la den aquí! ;) por cierto, qué nivelazo de actores, no? Rober De Niro fue uno de los amores platónicos de mi adolescencia tardía… :)

  5. Je, nosotros tuvimos ocasión de ver un "making of" de "Buried" in situ. Esto es, en directo entrevistándolo
    (ole por nosotros)
    La verdad es que es un placer oirle hablar de cine. Transmite una pasión increíble.

    Eso sí, la peli repito que es peliaguda. No del gusto de todo el mundo.

    (aviso)

    (sigo avisando, vaya)

  6. Yo le vi ayer en El Hormiguero, y me conquisto tu…lo que dices, habla con una pasión increíble. Y pobre lo que tuvo que pasar en ese programa…no tiene nombre.

    Luces Rojas…pues me apetece mucho ver a la Weaver en un papelazo, pero creo que sea muy probable que yo sea uno de esos desconcertados al final. Esperare a otros formatos.

  7. "Esperaré a otros formatos"

    JUAS, muy elegante

    "lo vi en El Hormiguero"

    ssssss… acabas de perder la elegancia, amigo

  8. jooooor! acabo de ver que el estreno esta previsto en julio en Belgica… :P

  9. Pues mira, casi mejor, que en verano uno baja las defensas… ;)

  10. a los interesados, el final original de Sundance está entre los extras del DVD/BD. Sí, es diferente (entre otras cosas, aún más obvio) pero no es un cambio radicalísimo, a mi juicio al menos.

    Estoy bastante mucho con Xavi en esto. Entiendo porque hubo quien se la cargó de lo lindo, pero comparto totalmente eso de contundente personalidad fílmica de Cortés, el hecho de que la peli acabe siendo una rareza en sí misma… y que cites a JJ mola, porque realmente tiene muchísimos puntos en común.

    De hecho, me recordó a Fringe, ya sabes, cuando Fringe molaba y tal…

    Bien, una peli mu' raruna, cuyo final al principio te deja con el culo torcido, pero no necesariamente para mal

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