Crítica de Madre oscura (The Wretched)
Últimamente parece que el terror comercial tiene dos formas: o una preciosista megaloproducción con un gran estudio a las espaldas (el díptico It), o una fotocopia de otra fotocopia hecha prácticamente en una cadena de montaje, en la mayoría de casos de la marca Blumhouse. Es una alegría, pues, que a veces se nos permita ver, en salas, alternativas a esas carreras hacia la homogeneización. Alternativas hechas igualmente con dos duros, jugando igualmente en la liga de lo no-demasiado-salido-de-madre (así que dejo a un lado las locuras que nos trae Nicolas Cage de vez en cuando), pero con ideas o recursos que sí se salen un poco de lo establecido. Una personalidad distinta, al menos. Y es el caso de Madre oscura.
Demostrándose sobradamente conocedores del género, de sus filias y de sus fobias, los directores y guionistas Brett y Drew T. Pierce no se arrugan a la hora de exponer unos referentes muy claros: el alma mater de The Wretched (que así se llama en realidad) bebe del terror y la serie B ochenteros. Esas películas que partían de la atmósfera, cuyas limitaciones técnicas o presupuestarias se traducían en pasajes malrolleros casi sin querer. Con sus planos cortísimos, sus dificultades a la hora de enfocar debidamente y sus (d)efectos especiales, Madre oscura va encontrando un punto perturbador con el que los hermanos Pierce juegan alargando una escena un punto más de lo necesario, o mostrando sólo la puntita de su aterradora (porque es genuinamente chunga) premisa. Y todo esto, al tiempo que su estilo prácticamente amateur hace que desprenda olor a polvo y a foresta perdida de los EEUU. A crema solar y animales pudriéndose en el sótano. Es una experiencia sumamente más vívida de los ya acostumbrados espectáculos asépticos antes mencionados.
Pero lo mejor está en su chicha: de ese punto de partida a medio camino entre el exploit y la reverencia a lo añejo, Madre oscura va desarrollando una personalidad fresca mediante un entramado realmente enfermo y que esconde más de uno y de dos cambios de tercio totalmente inesperados. Se le debe otorgar un extra de paciencia, pues el arranque augura lo peor con su aparente falta de originalidad y sus personajes acartonados y con conflictos de andar por casa. Pero poco a poco, la oscuridad se va apoderando del cotarro hasta que se abre la veda a un macabro juguete con un buen puñado de sorpresas. Y así, la película se convierte en una gozada para los amantes del género.
Cuando la maquinaria se engrasa, empieza a funcionar todo tan bien que un inesperado revés, una conclusión muy por debajo de lo deseado, apenas afea el cómputo global. Sí, de repente, todo concluye de un previsible que desinfla; pero el viaje ha valido tanto la pena, que para qué quedarse con el mal sabor de boca.
Trailer de Madre oscura (The Wretched)
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Entretenidísima pesadilla donde priman las ideas y la voluntad por encima de los recursos, consiguiendo tapar carencias a base de inesperados giros y de una trama que se va haciendo oscura conforme avanza. Deleite obligatorio para amantes del terror y la serie B.