Crítica de Malos tiempos en El Royale (Bad Times at the El Royale)
La segunda película, Malos tiempos en El Royale, de Drew Goddard clausuraba la Sección Oficial del Festival de San Sebastián desde la comodidad de hacerlo fuera de concurso.
Un hotel entre dos estados, un grupo muy variopinto de huéspedes, secretos, mentiras y cintas de video. El director de La cabaña en el bosque vuelve a intentar deconstruir y reformular un género con un resultado menos certero. Un excesivo metraje y cierto onanismo autoral hacen que lo que pudiera haber sido una entretenidísima película se convierta en un acierto a medias.
Desde el inicio Goddard se presenta como un gran chef que conoce sus sabrosos ingredientes y tiene bastante pericia a la hora de utilizarlos. Los atractivos personajes se van entrelazando en elocuentes conversaciones que además nos presentan su mundo y dejan asomar sus oscuros secretos. No tardamos en descubrir que esas conversaciones poco a poco se van haciendo más y más largas, sin tener el gancho o la progresión necesarias para no tornarse banales. Al cocinero se le pasa la cocción.
La estructura por episodios desde los puntos de vista de los diferentes huéspedes tampoco ayuda a que cierta sensación de regodeo y reiteración, empañe lo que en el fondo es una película macarra y entretenida. El cast es tremendamente interesante (Jeff Bridges, Jon Hamm, Dakota Johnson, Cynthia Erivo) y todos se lo pasan bien en sus rocambolescos giros. Es casi frustrante ver lo efectiva que hubiese podido ser con algo de mano firme en la sala de montaje.
Pero lo mucho que se gusta a sí mismo el guión de Goddard no es el mayor de los problemas. Chris Hemsworth llega encarnando al big bad wolf que debería prender la mecha del tercer acto, pero en cambio se convierte en un lastre exasperante. La interpretación del australiano tampoco ayuda nada a dar un poco de coherencia y cohesión a un villano tan extremo sobre el papel. Otra vez se confía demasiado en su autoproclamado estatus de película molona.
Malos tiempos en El Royale no es una mala película, pero da pena ver lo cerca que hubiese estado de ser una gran película. Su apartado estético, la selección músical y algunos momentos muy bien estructurados hacen que sea una experiencia digna y por momentos muy entretenida. Pero los peros.
Trailer de Malos tiempos en El Royale
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Una película con todo para triunfar, pero en la que se le notan demasiado las intenciones de su director, Drew Goddard, por epatar. La diversión se acaba tornando en aburrimiento mucho antes de lo esperado.