Crítica de Marley
Tratar la vida de una figura que ha jugado un papel esencial en el desarrollo del arte contemporáneo siempre es tarea compleja. El aura de grandeza y adoración ciega que rodea algunos personajes claves dificulta análisis claramente objetivos o despojados de idolatría, lo que conduce a veredictos polarizados. Por eso al cabo conviene tomarse más este Marley como un homenaje exhaustivo y una mirada sobre el reggae que como un documento de investigación puro y duro. Y, superado el escollo, sí es cierto que esto se postula como una película impresionante y apasionante, una mirada extensiva sobre la vida y la carrera de una de las figuras claves de la música popular a escala mundial y un trabajo de reconstrucción y recuperación de un material que si no se encontraba desaparecido, directamente nunca había visto la luz.
La historia es de sobras conocida, pero no por ello menos arrebatadora, y el director Kevin Macdonald la reconstruye con minuciosidad y religiosidad, a partir de un titánico trabajo de acopio de material, de grabaciones de la época, de testimonios (amigos, familiares, músicos jamaicanos y miembros de The Wailers, expertos, celebridades: desde Rita o Ziggy hasta Lee Scratch Perry), de videos caseros, fotografías y actuaciones en directo. Para dar forma al mito y a la persona (más a lo primero que a lo segundo) y recorriendo medularmente toda la Historia del país, sin escatimar en sucesos célebres ni tampoco en explicaciones sociopolíticas, caso de la independencia de Jamaica en 1962.
Un documento que habla y respira música y pincela sobre la historia del reggae y la relación de Bob Marley con el género. Desde sus primeras influencias (Desmond Dekker, Frankie Lymon and the Teenagers, incluso los Platters) hasta la voluntad de trascender el muy asentado ska y el jugueteo con otros géneros como el calypso. Y una mirada a las influencias sociales y espirituales que dieron forma al mito Marley, a su inquebrantable sentido de la libertad, la tolerancia y el respeto y al calado casi religioso del reggae: la adoración a Jah y el encumbarmiento de Haile Selassie, emperador de Etiopía y figura capital en la idealización de un género que era menos eso que una auténtica forma de vida, no exenta de una iconografía propia, a menudo simplificada para la imagen pública. Por supuesto, aquí hay marihuana y rastafaris.
Pero también historias de Trenchtown, anécdotas jugosas (ahí está el origen del nombre de The Wailers), momentos clave en la vida del músico (el atentado que se saldó en 1976 con varias heridas en brazo y pecho, el traslado a Londres, la llegada del éxito masivo) y un final, tan obvio como emotivo. Todo ello conforma una película con vocación de documento cinematográfico definitivo tan saturada de datos acumulados, es cierto, como sobrada de valor artístico y emoción pura. Casi tanto como lo que hizo Martin Scorsese con el blues. Muy importante.
Trailer de Marley
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Espectacular documental que pese a contar una historia conocida por todos, consigue destilar la energía de la música de Marley, e ir mucho más allá.