Crítica de Martes, después de Navidad
Tras haberse alzado como la mejor película en la pasada edición del festival de Gijón, donde también recogió los premios al mejor actor (Mimi Brănescu) y a la mejor actriz ex aequo (tanto Mirela Oprișor como Maria Popistașu), se presentó en el Off Cinemart de Barcelona “Marti, dupa craciun”, la nueva propuesta del director Radu Muntean que vuelve a confirmar ese buen estado de forma por el que parece pasar el cine de origen rumano.
En esta ocasión se nos presenta la relación a tres bandas establecida entre un hombre, su mujer y su joven amante, complicada por todos los elementos que la rodean y que tienen su principal abanderado en la pequeña hija de la pareja inicial.
Premisa que seguramente se haya visto una y mil veces pero que conserva intacto su interés por el modo en que se desarrolla un guión (escrito por el propio Muntean junto a Alexandru Baciu y Razvan Radulescu) impecable y obsesionado por el realismo tan puro como crudo y sin concesiones. De todo ello se da una primera y excelente muestra en su escena de apertura, una larga secuencia de cama donde sus fantásticos actores emanan la misma naturalidad y credibilidad que en su día ofrecieron Monica Bellucci y Vincent Cassel en “Irreversible”. Y de esos minutos iniciales se aprovecha de paso su director para definir el tono del film, que de entonces en adelante se moverá a base de largos planos-secuencia, diálogos que son casi confesiones entre el espectador y la pantalla, y silencios que pesan como quintales.
Sencillez, en definitiva, que no deja de ahondar en esa vocación por la naturalidad y que por momentos hace olvidar al espectador de la existencia de un montaje cinematográfico, pero que es sólo aparente ya que tras ella se esconde un elaborado trabajo de fondo. Y es que cuesta mucho lograr lo que “Tuesday, After Christmas” (que así se la conoce internacionalmente) consigue sin demasiado titubeo, esto es, la construcción de una historia 100% cotidiana y sin demasiado aliciente sobre el papel sin hundirse en el tedio más absoluto.
Aquí, casi sin percatarse uno de ello, la relación tribanda va enarbolando poco a poco una desazón inminente, va empeorando de manera irrefrenable hasta culminar en dos secuencias que constituyen, sin duda, lo mejor del film y las más que probables justificaciones para tanto premio en Gijón. Me refiero, y no desvelo nada, a la secuencia del dentista y a la del diálogo sin colchoneta de seguridad entre dos de las tres partes envueltas en la relación. Pasajes que denotan una seriedad y un realismo francamente inauditos, donde cada reacción de sus personajes se antoja estupenda, y en que las actuaciones de sus respectivos actores (no es nada fácil aguantar el tipo durante tantos minutos sin corte alguno) rayan en la excelencia.
Y a todo esto, detalles. Detalles tan interesantes como la existencia de un pasado que no se nos explica (lógicamente) pero cuya existencia se palpa en el ambiente, como en la relación de él con su cuñada, o en las propias tribulaciones de esta última. O como esas pinceladas traducidas en el taladro martilleando la casa, la escena en que él le enciende el cigarro a su mujer, ella pasándole el regalo de Navidad…
Se trata, en definitiva, de una película de aquellas de cocción a fuego lento, donde cada ingrediente por minúsculo que sea sirve para aportar algo al plato final. Y aunque seguramente tanto éxito suene a excesivo, los estómagos ya curtidos en esta clase de cine aceptarán de buena gana su desgutación.
Altamente recomendable.
7,5/10
Hola, primero decir que es un placer leerte y que tu blog está genial. Lo segundo es sobre la película, que para mí es una pequeña joya, perfectamente dirigida y actuada de la que te queda un muy buen sabor.Grandísima. Saludos y a seguir disfrutando del buen cine.
Caray, pues muchas gracias por el piropo. Y enhorabuena por haber conseguido ver la peli! Es algo así como "la película imposible", y o bien la pillas en festivales, o más te vale buscar alternativas. Pena, porque vale mucho la pena, como bien dices!
Saludos, y bueno, como creo que este es tu primer comentario por aquí, bienvenidísimo quedas!