Crítica de Mi gran noche
De verdad, qué os pasa. ¿Es que habéis perdido el sentido del humor (los pocos que la habéis visto) o las ganas de reír (la inmensa mayoría que la ha ignorado en cines)? Joder, que bastante mal está ya todo lo que nos rodea, como para ponernos ahora tiquis miquis con un cineasta que lo único que quiere es entretenernos, siempre. Y que además para ello suele reunir a más o menos TODOS los actores de que el cine español disponga. Mi gran noche tan sólo quiere ser una comedia idiota, idiotísima. Si acaso, con algo de mala leche dirigida a la farándula, los Noche de fiesta y los Sálvame. No será que os fastidia el hecho de veros reflejados en ella, ¿no? Para los que ni sepáis de qué va la cosa, se trata de la nueva película diriga y co-escrita por Álex de la Iglesia y ambientada, toda ella, en la grabación del espectáculo especial que una cadena de televisión, capitaneada por Santiago Segura, prepara para la noche en cuestión. Entre el público (Blanca Suárez, Ana María Polvorosa, Pepón Nieto…) hay mucha expectación depositada en dos puntos cumbre de la velada: la interpretación de Alphonso (Raphael), y la de la nueva estrella del momento, Adanne (Mario Casas) con su canción de moda: Bombero (hay que ser bombero, poner el alma en el fuego…). El problema está es que tanto uno como otro tienen interés por ser la primera actuación de la noche. Carlos Areces y Tomás Pozzi son los representantes de uno y otro respectivamente y se pelean por ello. Y por el camino, infinidad de historias que van desde problemas con la (mala) suerte a manifestaciones por los alrededores de un plató de televisión del que nadie puede salir. Algo así como un ángel exterminador a lo bestia, vamos, a la espera de que amanezca, que no será poco. Y por el camino, más y más actores famosos.
Mi gran noche se construye como una gran comedia coral con infinidad de microhistorias tendientes a una gran conjunción final de las mismas y como es de esperar, hay subtramas que se antojan más interesante que otras. Pero la gracia reside en ser tan cortitas como para no llegar a molestar en demasía, y estar montadas con el suficiente atino como para que el aburrimiento jamás tenga acceso a la función, atajado por vía de infinidad de barrabasadas y gags salidos de madre. Pese al agotamiento inherente a esta clase de propuestas, De la Iglesia logra un espectáculo compacto y sólido en líneas generales, con un buen puñado de pasajes desternillantes y detalles entre memorables y directamente icónicos (la presentación de Raphael, el background de Areces, las pintas de Casas, la presencia de Terele Pávez). Hay espacio para la acción, para el amor y para el thriller, y en todos los casos Mi gran noche tiene la capacidad para profundizar ni que sea un poquito, lo suficiente para que el estado anímico del espectador se vaya alterando. De manera que, repito: ¿qué os pasa?
Nah, por supuesto que esto es cine y aquí todo espectador tiene su santísimo derecho de decir la suya, siendo su opinión tan válida como cualquier otro. Quiero pensar que es evidente que mis ataques al respetable son debidas al impacto que el texto pueda generar; lejos de mí faltar el respecto a nadie. Pero no me explico por qué una comedia española fresca, loca, petarda y con temática fácilmente reconocible (y un reparto infinito) no esté en el número uno de la taquilla. Posición que, por ejemplo, sí ocupa esa memez infinita que es Ocho apellidos catalanes. Incluso a nivel formal, pese a que se contagie de varios tics de la pequeña pantalla y no signifique la clase de virtuosismo de otras ocasiones (está tan lejos de Las brujas de Zugarramurdi como lo estaba La chispa de la vida de Balada triste de trompeta) poco se le puede reprochar a un director que siempre ha sabido moverse detrás de una cámara.
Mi gran noche no es la Gran Comedia Española, de acuerdo. Tampoco lo pretende. Sí busca hacer pasar un buen rato a base de acumulaciones imposibles de chistes a cuál más salido de madre, y desde ese prisma, joder si da en la diana. Por lo menos, vale la pena arriesgarse, así que en serio, ¿qué hacéis aquí aún? Corred a por una entrada antes de que la quiten.
Descacharrante trailer de Mi gran noche
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Una chaladura que va creciendo alocadamente conforme progresa. Reparto infinito, gags que funcionan… el mejor Álex de la Iglesia en años.