Crítica de Midnight in Paris
Bueno, sí, Woody Allen siempre hace lo mismo. Superemos eso. Es un genio y como tal opera en su propia cosmogonía, tiene sus filias y fobias y sólo en contadas ocasiones ya logra salirse de ellas. Pero qué más da. A uno le cansa tener siempre que rebatir los mismos argumentos, pero no queda más remedio: a la luz de la obra global alleniana, tan trufada de obras maestras, el hombre puede hacer lo que le venga en la real gana. Especialmente si nos regala cada año una película que, por lo menos, se deja ver. Y cuanto más, ofrece suficientes motivos para la alegría.
«Midnight in Paris» es de nuevo cien por cien Allen. Sus temas recurrentes (crisis de pareja, crisis existenciales, crisis creativas) vienen refrendados por sus metodologías habituales (trazo de cámara sereno, composiciones diáfanas, fotografía de tonalidades claras, banda sonora jazzistica y swinguera), pero en este caso se permite ser un poco más juguetón en lo referente a su historia y en el enfoque hacia los avatares de su protagonista. Este nuevo alter-ego -eficiente Owen Wilson-, nueva disolución de los límites entre el autor y su obra, ese Gil en estancamiento autoral encuentra su inspiración gracias a una especie de giro hacia el realismo mágico en un salto temporal a la quintaesencia del lugar donde nace la inspiración. Gil protagoniza una colección de insospechados viajes al París de los años 20 a lomos de lo que podría ser el coupé de un Jay Gatsby en pleno tour europeo.
Y como un Brigadoon particular, el hervidero turístico con el que todos estamos más o menos familiarizados da pie a una ciudad nocturna y viva, intelectualmente fecunda, ebria de cultura (y de absenta, probablemente), el lugar donde podría haberse forjado la mayor parte de la producción artísitca occidental del siglo XX.
Así, con la conexión directa Allen-Gil por bandera, «Midnight in Paris» no deja de ser un caramelo-homenaje a algunos de sus propios referentes, a los que hace desfilar sin pudor y en un mismo espacio mítico, este «París años 20» que existió o no exisitó. Un all star de personalidades del arte, de cuerpo presente o simplemente mentadas, figuras clave de la narrativa y la poesía (Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald y señora, Gertrude Stein, Djuna Barnes, T. S. Eliot… ¿dónde está Ezra Pound?), la pintura (Pablo Picasso, Salvador Dalí, Henri Matisse), la música (Cole Porter), el cine (Luis Buñuel, Man Ray, Jean Cocteau) o la simple sociedad (Juan Belmonte). Un juego de referencias para todos los públicos no exenta, claro que sí, de cierta complacencia.
Se trata de dar una visión de la ciudad más cercana a su propia mitología que a la realidad. De convertirla en el lugar ideal que quizá en el fondo no es. De juguetear con los peligros y virtudes del cine-vacaciones, con la fuerza icónica del entorno y con una cierta reflexión sobre la visión inevitablemente ajena del artista extranjero, contaminada por los tópicos, la historia, los mitos, las verdades y las leyendas.
Y se trata también de flexionarlo todo en un «juego de dobles juegos» ficción/realidad o alta cultura/cultura popular. Logrando pasar con facilidad de lo «elevado» a lo «asequible» y vuelta, sin grandes discursos, ni ombliguismos, ni reflexiones excesivamente intelectualizadas, evitando así la pedantería y el elitismo que podría acechar tras cualquier giro de guión. Y cómodo en esa posición, el realizador se permite incluso ampliar su broma narrativa hasta convertirla en un juego de muñecas rusas que llega a extenderse hasta más allá de lo esperado. Y logra no sólo dar un divertido retruécano a su guión sino aprovechar para colarnos más referentes y guiñarnos el ojo en un nuevo juego de nombres conocidos.
Con todo ello, el director y guionista logra moverse en muchos estratos, saltando con fluidez de un lado para el otro: de la comedia suave a la reconstrucción histórica; de una nueva reflexión sobre la capacidad (y el bloqueo) creativo a los principios del carpe diem que ya le son familiares al fan medio alleniano; de un discurso a medio caballo entre la hagiografía y la historia-ficción al sencillo, sincero y sentido homenaje a la Jazz Age; de la reflexión amorosa (¿es posible amar a dos mujeres al mismo tiempo?) al amor sin reflexión y sin más motivación que sí mismo: no hay que buscar justificaciones a lo que ocurre en «Midnight in Paris». Todo está acariciado por una rara brisa que nos recuerda que a veces, por lo menos en el cine, las cosas son. Y ya está.
¿Que Allen siempre hace lo mismo? Claro, no vamos a negarlo. Pero le pese a quien le pese, el genio neoyorkino sigue facturando su cuota anual con una nota por encima de la media, siempre ofreciendo algo más de lo que podría parecer a la luz de análisis superficiales o, por lo menos, regalándonos películas que en el peor de los casos son sólo agradables de ver.
O, como quien no quiere la cosa, marcando las pautas de lo que debe ser la comedia romántica estándar norteamericana en el siglo XXI: espiritualmente rica, narrativamente juguetona y cinematográficamente irreprochable.
8/10
Malditos seáis. Cada vez que leo una crítica vuestra las mías me parecen aún peores…
Peores de lo que me parecían las mías, no las vuestras, que están muy bien. Se entiende…
Estupenda crítica, acabo de ver la película y he salido encantado. Sólo una puntualización, Juan Belmonte no era "simple sociedad", fue un intelectual de su tiempo y un genio del toreo que inspiró a otros muchos artistas.
¡Saludos!
Se entiende, Manel. Pero no se comparte, por supuesto. O sea, no se comparte tu opinión respecto a tus propias críticas, no el hecho de que no comnparta el hecho de que me gusten tus críticas. O sea. Mierda, ahora me estoy liando yo.
Que me molan tus críticas, leñe.
Y Alberto, gracias por la puntualización. En realidad lo de "simple sociedad" no lo decía con ninguna connotación peyorativa, que conste. Pero reconozco que sé bien poco de la vida de Belmonte. Así que muchas garcias por tu aportación
¡Saludos y abrazos!
Lo siento, pero aun sido un seguidor de WA, Midnight in Paris me ha parecido uno de sus mayores fracasos. La idea original es muy buena, pero el desarrollo no está a la altura. Además, el París de Viajes El Corte Inglés que presenta es obvio, predecible y de turista de cuarta. Si, ya se lo de las neurosis recurrentes de un creador últimamente subvencionado por las concejalías de turismo de las ciudades, pero con esta película me ha logrado cansar y aburrir soberanamente.
Curioso que un seguidor de Woody Allen diga que esta película le parece su mayor fracaso… Lo que dice la mayoría no suele refrendar nunca nada, por supuesto, pero ya digo, me parece curioso que, habiendo gustado a casi todo el mundo, precisamente no haya convencido a un fan…
En fin, nada que objetar, por supuesto.
Bueno, igual sí tengo algo que objetar en eso de la visión que da Allen de París. De esto hablábamos el otro día a la salida del pase de prensa: en este caso creo que queda perfectamente justificada la versión turística de la ciudad en cuestión. Es decir, los propios protagonistas son turistas ¿no? Entonces es perfectamente normal que Allen recurra a los tópicos, que no deja de ser aqullo que van a visitar los protagonistas (tan simple como eso).
Además, el realizador propone un juego narrativo basado en los mitos y en las atmósferas popularmente parisinas más que en la pura realidad. En ningún momento se muestra interesado en retratar de manera fiel y objetiva la ciudad, ni siquiera en esa primera secuencia de montaje con la colección de postales: incluso ahí ya marca las reglas de su juego…
Creo yo.
¡Saludos!
Ey! Bluto! como siempre, me encanta tu crítica! Gracias por pintar tan bien "el cuadro"!
Acabo de salir del cine hace un ratín, y la verdad es que me ha gustado mucho! Me ha divertido, me ha encantado la intelectualidad que siempre le aporta, la postal de París, aunque sea convencional sigue pareciéndome preciosa, me hace querer ver más, y sobre todos esos artistas, e intelectuales, me hace querer saber más… Y que esto ocurra en el cine de hoy en día es de por sí algo extraordinario, no?
Bueno, que estoy en una época horrible y asquerosona de oposiciones, mi cabeza va a reventar y el ir al cine a ver esta peli me ha ayudado a relajarme y desconectar de todo y me ha puesto una bienvenida sonrisa en la boca, así que no me puedo quejar… no me ha defraudado, y que siga haciendo mucho cine igual.. por cierto, me ha hecho muchísima gracia ver a Allen en la piel de Owen Wilson, era totalmente él! Aunque un poco más atractivo… ;)
Un besazo! Seguid así de bien!
Ankara
Ey!!
Sí, lo cierto es que las comedias allenianas (sean buenas o no) por lo menos tienen esa capacidad: la de proporcionar un rato de evasión sana en la que uno se impermeabiliza contra estreses, malos rollos y, yo qué sé, oposiciones ;)
Ah, y lo de Owen Wilson… Allen pero un poco más atractivo, no sé… tampoco mucho, que Wilson tampoco es un Adonis (jeje). No sé, sospecho que si mis preferencias fueran por otros lados, a mí casi me pondría más Allen que Wilson, fíjatetú… :P
Besotes grandes!!! (y suerte con ello!)
Bueno… siento decir que siendo una idea magnifica para una pelicula y teniendo partes buenas, me resulta completamente un desastre.Agrego que soy un simple espectador y que de cine solo hablan mis gustos personales pero creo tener una sensibilidad para ello, y esta pelicula carece de un final que rompa el transcurso del contenido; de un noviazgo inicial estandar en peliculas con final semejante, no hay quien se lo crea y carece de humor…mas bien me parece ridiculo, predecible y absurdo asi como lo que siento cuando termina la pelicula, me siento indiferente cmo si no me quedase con nada(debo de decir que quiero volver a verla a ver si esto cambia porque me senti muy estafado al salir del cine)
resumiendo: idea manifica pero sentia la necesidad de irme del cine cada dos por tres. Un saludo
xcierto,la critica inmejorable ;)
alberto, ojo, que tu opinión es tan válida como todos, en especial la nuestra, puesto que nosotros dos no somos más que dos espectadores. La diferencia es que escribimos sobre lo que vemos porque, en el fondo, es lo que hablamos a diario y con todo el mundo, jejeje. Pero vamos, que aquí se apuesta por el respeto, y una vez ahí, por el contraste de opiniones, todas importantes, todas válidas!
En este caso yo opino como mi compañero. Salí maravillado para mi sorpresa. Y es que lo que dices de Midnight in Paris fue lo mismo que me pasó a mí con la anterior de Allen, Conocerás al hombre de tus sueños. Supongo que es algo a lo que a día de hoy se presta el cine del tío… De todos modos, no sé cómo la viste ni nada, pero si vuelves a hacerlo, que sea en v.o.!! ;)
Saludos y gracias pro pasar por aquí!
Suscribo lo que dice Capi!
Remarco lo de darte gracias por pasarte por aquí y comentar ;)
Y añado más gracias por el cumplido
Saludos!!
Me parece una crítica Sobresaliente. Para una película que no sólo refleja la personalidad y las crisis existenciales del mismo creador, sino que refleja ajenas y aporta un atisbo de esperanza en los sueños para los demás.
Seguramente y para mi, es también una película sobresaliente.Hasta ahora la que mejor refleja la dualidad de las personas y la búsqueda en la propia de vida de cada uno.
Lo hace de manera magistral, pero divertida y sin grandes alardes.
Una película que sobretodo a la gente con más sensibilidad, abre por completo los sentidos y te hace soñar en paralelo convirtiendo lo que vemos en sueños propios.
MARAVILLOSA Y TRASCENDENTAL ;)
Te hace querer vivir siempre la vida intensamente y sin conformismos…alertándote de que siempre puedes intentarlo y buscar a quien quieres ser sin miedos.
Gracias por tus apreciaciones, ita. Afinadas, reflexivas, emotivas. Precioso texto.
Un saludo!
Y bienvenida a la Casa!!
Bajo mi punto de vista, la película se aleja del cine característico del neurótico neoyorquino, ese cine crítico, filosófico e interior. Aún resultando imposible no impactar visualmente al realizar el rodaje en una ciudad como París, el film llega a tener muy buenas intenciones, y nada más. Los personajes, tanto protagonistas como "históricos", me resultaron vacíos, faltos de una identidad (tanto propia como desde la óptica de Allen); noto un esfuerzo permanente en estereotiparlos y mostrarlos únicamente por sus rasgos más característicos y cliché(léase Dalí, Hemingway, los padres de ella). Aunque esto pueda deberse como ya mencionaron a una elección por parte del director para evitar hacer complejo algo que no quiere serlo, tanta simpleza hizo que por momentos me "bajara" de la fantasía.
Como puntos a destacar, las piezas musicales elegidas, y el protagonismo que se les brinda, además de la gran destreza de Woody para sacar ventaja de filmar en esta ciudad (el uso de filtros y velocidades para lograr una calidez e intimidad en cada escena excepcionales).
Saludos!
pero no crees que, en verdad, esa simpleza y apuesta por el estereotipo pueda deberse a que a fin de cuentas todo puede ser sólo producto de la mente del protagonista y, en ese sentido, los personajes se le aparezcan tal y como él los reconoce? Él y la gran mayoría de espectadores. Vamos, que tampoco creo que sirviera de demasiado salirse del estereotipo, habida cuenta de sus apariciones quasi anecdóticas, y a que, cuando aparecen, realmente tiene que demostrarse que son ellos mediante sus rasgos más característicos. Lo primero que te viene a la cabeza de Dalí es que estaba más lirili que lerele; de Buñuel que era un excéntrico acabado… por tanto, si tú soñaras con ellos, en el fondo también los verías así. No? Eso en cuanto a los ficticios.
Para mí, los protagonistas de verdad (o así) sí que aglutinan las características de los personajes Allenianos. Eso sí, de los de los últimos años. Pero es que en realidad es hasta dañino tratar de comparar sus películas actuales con sus grandes clásicos….
Bueno, ahí te dejo la pregunta (sintiendo haberte contestado con tanto retraso, en estos días en que mi compañero se ha ido de vacaciones, no llego a todo!)
Muchas gracias por pasar y dejar tu comentario (nada que añadir a la parte final. De acuerdo en todo)… y esperamos verte más por aquí!
Retraso?? La respuesta fue casi instantánea!! Se agradece…
Entiendo tu punto de vista, pero también podría pensarse que el conocimiento sobre la vida y obra de estos personajes por parte del protagonista (que de un modo u otro es un literato) debería ser, cuando menos, un poco más profunda.. A menos que la intención haya sido apuntar justamente al efecto que ellos causan sobre el espectador, resaltando sus rasgos más característicos y conocidos por todos.
En definitiva, creo que el asunto que quiero destacar es que aunque todo artista, como Woody, vive un proceso de evolución (necesario) a través de los años, la sensación que me deja esta película, comparándola con sus trabajos más trascendentes (me resulta imposible no comparar, estamos hablando de la misma persona!!), es que dejó de hacer cine para saciar a SUS PROPIOS DEMONIOS, sin importar críticas ni opiniones, para pasar a satisfacer a un público lo más numeroso y abarcativo posible… Así, aunque los planteos de fondo sigan siendo igualmente interesantes (crisis de identidad, lagunas creativas, inconformismo frente a los caminos recorridos), el producto final resulta simplista y masivo (ésto se ve reflejado en la crítica general de la peli; salvo alguna que otra excepción, toda persona que la vio salió fascinada del cine). Muy pero muy rica visualmente, estéticamente deliciosa (casi comestible!) pero narrativamente fuera de foco.
Muchachos su blog me parece excelente, me van a ver más seguido!
Gracias por compartir esto, y por generar estos sanos debates con los seguidores. Muy bueno!!
Saludos por ahí!
Gracias a ti por los piropos, jejeje, eres nuestro comentarista favorito! :P
Ahora en serio, lo que dices es totalmente cierto. Que hubo un Woody Allen interesado por saciar a sus demonios que se perdió no sé muy bien cuándo (quizás cuando las maldiciones de Jade, las Cristinas Riccis y demás). Y que al lado de "las buenas", Midnight quede en segundo plano, eso está claro.
Pero creo que esta vez es una excepción que confirma la regla, esta vez ha conseguido aúnar calidad (no tanta como antes, pero mucha en todo caso) y grandes masas, saliendo un producto quizás no redondo, pero sí voluntariamente superficial. Después de haber visto recientemente Monte Carlo estuve pensando mucho en Midnight, puesto que la gilipollez esa que te comento (perdón por mi francés!) también intenta mostrar un París mágico, de manera más habitual, plagiando a Truffaut incluso… en fin, un desastre.
Allen creo que tira de otros recuros spara llegar al mismo efecto (pero bien logrado) y eso implica acudir a la superficialidad que provoca la inmediatez del ser humano. Sí, uno luego va a pensar en los matices de la personalidad de Dalí, Miró, Buñuel y saca del baúl de los recuerdos un montón de matices, de características etc; pero lo primero que piensa es "esos tíos están locos". por lo que lo primero que esperas ver de ellos son locuras. Y aquí, Wilson sólo ve eso. Pero bueno, es lo mismo que hace Luhrmann con Lautrec y cía en Moulin Rouge, o… no sé, la mayoría de películas en que salgan personajes históricos pero que no se basen íntegramente en sus vidas, que es cuando realmente puede uno quejarse de la superficialidad, subjetividad o parcialidad con que se retratan.
Uy, qué galimatías, espero que se entienda, aunque en resumen, sigo dándole vueltas a lo que decía antes, con nuevos matices. Ves? la inmediatez again… ;)
Un saludo y sí, por favor, sigue pasando por aquí!!
hola buscando midnight in paris me me tope con tu critica, muy buena por cierto, yo tengo un blog que mas o menos lo mantego casi 5 veces al año jeje xD
antes escribia en una revista local -me pagaban- pero se dejo de publicar, por si quieres darte una vuelta a leer mis textos.
Saludos desde Tampico, México.
PD. sigue viendo buen cine