Crítica de Mientras seamos jóvenes (While We’re Young)
¿Ya? ¿O todavía no? ¿Es muy pronto para decir que Noah Baumbach es candidato a heredero de Woody Allen?
De acuerdo, quizás es precipitado. Al fin y al cabo Allen sigue vivo y cuenta en su haber con decenas de películas inolvidables, de muchos registros diferentes. Y Baumbach, a sus 45 años, ni siquiera llega a la decena.
Sin embargo, no creo que sea precipitado decir que los dos se encuentran en órbitas similares. Noah Baumbach, director de películas como Una historia de Brooklyn o Frances Ha, se confirma con Mientras seamos jóvenes como el director que mejor sabe retratar a un cierto tipo de juventud y los choques generacionales en este mundo ¿post? crisis.
Mientras seamos jóvenes es una comedia con tintes trágicos, con unos diálogos que llenarían salas de teatro (no es casualidad la cita de Ibsen en el comienzo del film).
Protagonizada por Naomi Watts, Ben Stiller (quien ya colaboró con Baumbach en la estupenda Greenberg), Adam Driver y Amanda Seyfried, la película nos cuenta la historia de una pareja de la generación X que empieza una relación de amistad con dos millennials.
Uno de los grandes aciertos del film es ser un lobo con piel de cordero, es decir, tener la apariencia de un film ligero, una comedieta de enredos, y esconder dardos muy certeros en muchas direcciones. Con personajes muy bien construidos (aunque mejor ellos que ellas) y escenas realmente deliciosas, la película avanza tranquila pero disfrutable, como un postre que no te quieres acabar. No sólo nos hace reír, sino que nos introduce reflexiones a muchos niveles; sobre la paternidad, sobre la dicotomía de envejecer físicamente/mentalmente, sobre el éxito, la verdad, la tecnología y las relaciones personales. Es curioso que mientras la pareja de cuarentones se esfuercen por vivir como jóvenes al día, los veinteañeros escuchen vinilos, escriban en máquinas de escribir y se fabriquen su propio helado.
Mientras seamos jóvenes pierde un poco de fuelle al final, cuando incluye soluciones narrativas poco trabajadas y hace que el resultado final se parezca más a un capítulo de Los Simpson que a una película de culto. Sin embargo, incluso en esos momentos el film logra hacerte pensar y disfrutar de la tragicomedia de la vida, de hacerse mayor y de buscar ser diferente aunque todos seamos iguales.
8/10