Crítica de Narcos, temporada 3, episodios 1 a 5
Había cierta curiosidad, al menos por parte de quien esto escribe, por saber cómo iba Netflix a hacer frente a la patata caliente que se traía entre manos: ¿cómo continuar una serie basada en la caza y captura de un malote, cuando dicho argumento se cierra definitivamente al acabar la segunda temporada de la misma? Era complicado dar respuesta, por partida doble: a nivel argumental, y a nivel de audiencia. Cómo responderá el público de Narcos es difícil de prever, pero la primera parte parece haber sido resuelta con más lucidez de la esperada. Y digo parece porque hasta la fecha se nos ha permitido ver un total de cinco, de los diez episodios que incluye la tercera temporada de uno de los busques insignia de la cadena e televisión. Habrá que ver si el 50% restante echa por tierra lo conseguido, o si por el contrario mantiene o mejora las ya de por sí muy buenas sensaciones.
Y es que tanto de negativo tiene perder de vista a Pablo Escobar, como de positivo por la libertad que genera el no tener que limitarse a una mera cacería unipersonal, condicionada además por infinidad de documentos históricos conocidos por todos. En esta nueva entrega, un Peña atribulado (y tan idolatrado como criticado por sus ambiguas estrategias para detener a Escobar) está más o menos al frente de una operación mucho más profunda, centrada en la desarticulación de una red compleja y cargada de cabecillas que, para mayor inri, se mantienen en la sombra. Nada del protagonismo mediático del pasado, nada de grandes aspavientos masivos. A efectos prácticos: una libertad mucho mayor para generar tramas inspiradas en hechos reales, pero totalmente a ciegas. Y ni cortos ni perezosos, hacen de Narcos una suerte de The Wire for dummies: bien de estrategia para enriquecerse con actividades ilegales por un lado, y otro tanto de policial, con posibles topos a ambos lados del tablero, y ajustes de cuentas a diestro y siniestro. En conjunto, un festín mucho más animado de lo que cabía esperar, con espacio para la violencia explícita, para el grand guignol (algunos personajes están dibujados casi de manera esperpéntica), pero también para la voz en off y la narración pseudo-documentalista marca de la casa.
Porque no, pese a sus hondas diferencias respecto a las dos anteriores, la tercera temporada de Narcos no pierde los rasgos característicos de su identidad: a duras penas hay material de archivo que pueda valer para mostrar a los verdaderos capos, pero eso no evita que se siga recurriendo al montaje de escenas reales (muy random: el presidente por aquí, primeros planos de billetes moviéndose por allá…). Ni a la fotografía hipercontrastada o al montaje acelerado. Aunque no todo son laureles, y lamentablemente también toca volver a hablar de tremebundas carencias interpretativas por parte de un buen puñado de secundarios (y algún que otro protagonista): ni siquiera acaba de convencer Javier Cámara con su delirante acento.
Ese y ciertas desigualdades rítmicas presentes a la mínima que un capítulo se excede de los 50 minutos de rigor, son los principales palos contra los que lidian las ruedas de una renovada Narcos que, sin ser la gran maravilla definitiva, consigue aguantar el tipo con su mezcolanza de cumbia y tiros, tráfico y topos, telenovela y HBO. Le sobran elementos para seguir encadilar a los fans, pero también para quienes veían un exceso gratuito e innecesario ya en la (a mi juicio) más bien desigual segunda temporada. Exige atención para seguir todo el entramado, pero compensa con generosos pasajes de acción o mero despilporrio, y promete grandes sorpresas en los cinco capítulos restantes. Ganas.
https://www.youtube.com/watch?v=sI2jEk9hpN0
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Una tercera temporada que cambia de rumbo con inteligencia, convenciendo tanto a añorantes de Pablo Escobar como a quienes buscaban carne fresca. Buena forma de reinventarse y de alargar el chicle lo que quieran y más.
Acabo de terminarla y me ha gustado bastante, pese a esos lunares que apuntabas. Después de leer El poder del perro y El cartel, y a la espera de la adaptación que nunca llega, no puedo estar más impaciente por ver la cuarta temporada.
Estoy a punto de acabarla, no te quiero decir nada (por eso no te contestaba) pero de momento mantengo mi (contenido) entusiasmo. Ahora bien, acabo de llegar a una subtrama que me está dando bastante por saco (el tema de Miguel, demasiado de película de acción de serie B), pero vamos, en general, bien! hablamos en 2 episodios!