Crítica de El niño de Marte
A medio caballo entre la incomprendida «K-Pax», «Yo Soy Sam», y sobretodo «E.T.», la película de Menno Meyjes (que en breve estrenará «Manolete») opta por apartar cualquier atisbo de originalidad, y centrarse únicamente en la evolución de la relación entre los dos personajes principales. Con ello, evidentemente, gana enteros en profundidad y simpatía, pero cae también en su mayor problema. Y es que «El Niño de Marte» acaba convirtiéndose en una cinta previsible hasta la médula, cuya falta de carisma más allá de sus actores la condena irremediablemente a la más absoluta mediocridad. No es que sea una mala película, pero es que aporta tan poco, que resulta inevitable preguntarse qué hubiera sido de ella de no haber sido protagonizada por un reparto tan atractivo.
Es precisamente en el reparto donde reside la baza del film. Porque John Cusack (que parece venderse al mejor postor sin preocuparle demasiado la calidad del mismo) siempre está bien, y en esta ocasión compone una creíble actuación de excéntrico escritor, una suerte de Philip K. Dick o Isaac Asimov del siglo XXI, que de repente debe lidiar con problemas terrenales de fuertes consecuencias como son la defunción de su mujer y la adopción de un niño problemático. Le sigue muy de cerca Amanda Peet, que demuestra ser cada vez mejor actriz, y con solo una mirada es capaz de llenar la pantalla. A mayor distancia están Joan Cusack y Oliver Platt, ambos pasadísimos de vueltas, quedando en evidencia incluso ante el niño de la película (un Bobby Coleman cuya labor no pasará a la historia como hizo Abigail Breslin en «Pequeña Miss Sunshine»).
El único elemento positivo que queda por resaltar es el homenaje, más o menos voluntario, que la se hace a la mítica película de Spielberg antes citada. No sé hasta qué punto es voluntario, pero lo cierto es que «El Niño de Marte» no solo contiene escenas claramente evocadoras (la escena en que Cusack y el niño juegan a pasarse la pelota, este último completamente invisible en el interior de una oscura caja, es idéntica al momento en que Elliot y E.T. tenían su primera toma de contacto), si no que sigue casi paso a paso la misma estructura que «E.T.».
Por lo demás, poco más que reseñar. Se trata de una película positiva y emotiva, pero completamente previsible y poco innovadora. Recomendable solo si se es fan de John Cusack, o se tiene la intención de pasar el rato.
5/10
lamentándolo mucho debo decir que el bueno de John Cusack cada día me da más pereza..
jejejeje, una cosa no quita la otra! a mí el tipo este me da un palo que no veas, pero cuando le veo, al menos lo hace bien…
Pues Cushack es una de mis debilidades del cine actual, así que le daría una oportunidad. Gracias por la crónica de una peli que desconocía. Saludos.
pues definitivamente disfrutarás con ella, porque se sale, como siempre
Yo soy «fan» de Cusack y ni así me pareció una película que valía la hora y tres cuartos que me costó de vida. Pero bueno, como no hay servicio de reclamaciones en estas cosas me quedaré con que ahora puedo decir dos cosas:
1) Cusack últimamente sólo hace pelis en las que haga de viudo (1408, La vida sin Grace, El niño de Marte)
2) Cusack últimamente sólo hace pelis que no son especialmente buenas (íd, íd, íd).
Conclusión: debería replantearme lo de ver sus películas sólo porque él salga.