Crítica de Noche de fin de año
12. En doce campanadas se termina un 2011 lleno de tensiones económicas, de crisis familiares y de tragedias laborales. Paro para todos. Sudores fríos en todos los monederos. Cuentas bancarias polvorientas. Qué demonios, la realidad es fea, sucia; la realidad es como de pobre. Pasando. Obviemos los problemas, pero sobre todo a quienes los tienen y rindámonos al amor burgués y urbanita en fin de año. Enamorémonos a la microparpadeante luz de led de Times Square (un 73% menos de deliciosos kilovatios de consumo salvaje al año, Dios bendiga el led). Jolgorio. Pijolgorio.
11. Sarah-Jessica Parker se colma de felicidad al darse cuenta de que puede seguir estirando el chicle de Carrie Bradshaw. Lo único que tiene que hacer es cambiar a modo MILF y seguir mirando de manera legalmente dudosa a los críos. Al principio es un pelín bitch para con su hija Abigail Breslin (última perdedora del concurso Pequeña Miss Sunshine), pero –espíritu navideño obliga- acaba rindiéndose a la magia incontestable del amor; para su hija y para ella misma.
10. Zac Efron finalmente pasa de curso. Se gradúa con nota (concretamente, con el si sostenido; el condicional) en la prestigiosa High School Musical y supera su complejo de bailarín del Club Disney. Ahora sólo se liga a maduras inmaduras que vagan buscando dar un sentido a su frustración autista y que gastan las maneras de una Michelle Pfeiffer mema tras pasar por el lifting cerebral del doctor Garry Marshall. Mientras, Efron sigue bailando como un Tony Manero pequeñito y creepy.
9. Robert de Niro, cascarrabias, está que se muere en un hospital. Pero se va con la cabeza alta paliado por la abnegada enfermera Halle Berry, por otro lado 50% de un binomio perfecto que el mismísimo tío Sam aprobaría con alivio: su hombre es soldado (abnegado también y afroamericano, por cierto)
8. Jessica Biel y Seth Meyers van de cara (su bebé también). Quieren parir justo a medianoche para llevarse un montón de dinero insultante, aun a riesgo de precipitar el parto y que la cosa salga rana, prematura, poco cocinada y sin ninguna, ninguna gracia. Pero se trata de ganar pasta, mucha pasta, toda la pasta. Convertirlo todo en una cuestión de incoming caído del cielo, brutal y facilón, sin mediar esfuerzo creativo.
7. En uno de esos deliciosos momentos-homenaje que los cínicos calificarían de plagio o refrito, Josh Duhamel redescubre el calor familiar al hacer las funciones de pasajero paquete en una entrañable furgoneta tras habérsele estropeado su elegante y caro coche de rico. Sus acompañantes también son ricos, pero se les nota distinto. Dios bendiga la familia.
6. En 2001 la ciudad de Nueva York fue víctima de uno de los peores ataques terroristas jamás cometidos contra el mundo occidental. A pesar de un descenso en los últimos años, en lo que llevamos de 2011 en la ciudad de Nueva York se han cometido 480 asesinatos, 1300 violaciones, 18000 casos de robo y el mismo número de asaltos. Unos índices que siguen antojándose demasiado elevados. Un sábado en verano de 1998, 70 agentes de la policía irrumpieron en un bar musical del East Village para desalojar la clientela y clausurar el local: poco antes el entonces alcalde Rudy Giuliani había aprobado una ley prohibiendo el baile en bares. De vez en cuando a Nueva York le da por enseñar su peor cara.
5. Jon Bon Jovi, Katherine Hiegl y Sofia Vergara se convierten en deliciosos ejemplos de coherencia narrativa. Caras guapas de un New York casi tanto; la ciudad-cuna de la modernidad, la cultura y la inquietud artística (cosas de rojos, de melenudos y de drogotas, por Dios), aparece en cambio con su cara más tradicional, familiar y conservadora. Casi republicana, ordenada y bien medida. Tres facetas de una misma ciudad. Una cara joven que parece vieja (Heigl), una que parece moderna y en realidad es rancia y acecinada (Bon Jovi); y una tercera cara, una plural, reflejo del crisol cultural que en realidad perpetúa el estereotipo racial (Vergara). Dios bendiga esta ciudad.
4. Qui dia passa, any empeny. Antiguo dicho catalán.
3. Un ascensor vuelve a pararse a mitad de camino sólo para impedir que uno de los personajes, la chica Glee, llegue a un compromiso urgente: corear para Bon Jovi en el concierto de Año Nuevo. Menos mal que ella no está sola: su misterioso y huraño pero en el fondo guapísimo y encantador vecino Ashton Kutcher está ahí para el amor eventual con planes de para toda la vida. Además, afortunadamente la magia del montaje permite un dúo a distancia entre la chica Glee y Bon Jovi que es todo caramelo.
2. Otras situaciones reconfortantes: Hilary Swank superando una crisis profesional de mujer fuerte e independiente gracias al amor de la mano dura y firme de su padre; la mujer Pfeiffer necesitando emociones del estilo ir en moto con el joven Efron; Duhamel descubriendo que en realidad la gente familiar no molesta tanto porque la familia, así como núcleo indivisible, mola; la comedia si no es nada graciosa mejor, que el gag lo carga el diablo. Mejor lo divino, inocente, blanquito. Dios bendígase a sí mismo.
1. En 2012 se acaba el mundo. Dicen. Es posible, y si así es ya sabemos exactamente dónde y cuándo: justo la medianoche del 1 de enero, cuando la gigantesca bola de Times Square complete su recorrido descendente y de repente, con esta película llegando a su cénit lógico y sin explicación racional, los sistemas circulatorios de todo el mundo se colapsen y estallen a la vez y en melodía villancica en una de las mayores orgías hiperglucémicas que se recuerden. Va a ser un ascazo de vísceras y azúcar absolutamente bíblico.
Dios bendiga al 2012.
2/10
XDDD
Ya, bueno, probablemente esa va a ser la mayor cantidad de risas que va a obtener la película en toda su carrera comercial…
Enorme. De cabeza al Top 10. La crítica, claro.
Se veía venir. Esta no pudieron salvarla ni los dioses creadores de trailers.
Patética como era de esperarce…. yo le daría 1/10 jejeje