Crítica de Noche loca

No puedo ser objetivo. Lo siento pero no puedo. Y no será que no lo intente. Echo la vista atrás y hay poco donde rascar en «Noche loca», pocas cosas realmente buenas que la hagan destacar sobre el resto de propuestas similares, compañeras en un panorama, el de las comedias de acción sufridas por pobres desgraciados, bastante poblado, la verdad.
«Noche loca» es una chorradilla intrascendente con un argumento mil veces contado, unos personajes ya prototípicos, unos diálogos de primero de guión y un director de quita y pon.
La aventurilla a lo «Jo, ¡qué noche!» (como la de Scrosese, el cogollo argumental dura lo que una noche) en la que un aburrido matrimonio, un par de don nadies de clase media ya retozando en la monotonía de lo cotidiano desde hace demasiado tiempo, se ven arrastrados por una trama de polis corruptos, fiscales más corruptos aún, pendrives comprometedores, gánsteres con la cara de Ray Liotta y matones pisatalones diversos. Como en «Mentiras arriesgadas», sólo que con dos Jaimes Lee Curtis, y todo mezclado y agitado en la petarda noche neoyorkina.
La cosa empieza cuando los Foster, Phil y Claire, inocentemente suplantan a otro matrimonio para quedarse con su mesa en un restaurante (por amor de Dios, ¿quién hace eso?); matrimonio que, carambolas del thriller, resulta poseer una información que podría desestabilizar a más de una persona con demasiado poder. A partir de ese momento, a correr. A intentar librarse de los malosos y salir airosos tirando del hilo para intentar saber qué demonios está pasando.
¿Qué tiene, pues, «Noche loca» para convertirse en puro gozo de un servidor y anular casi por completo la credibilidad de esta crítica? Ay, ahí me han dado: el matrimonio original en cuestión no son otros que Steve Carell y Tina Fey, dos de los cómicos actuales preferidos de un servidor, el primero por su tremenda elasticidad cómica y la visión del pobre desgraciado ese que nos rodea (o que está dentro nuestro). La segunda por representar a nuestros frikis internos y sublimarlos con la cabeza alta, pero el puño no demasiado. Ambos por haber recogido el testigo del mejor humor yanki de las últimas décadas, ese que se curte en standups y de repente estalla gozosamente en televisión o en el cine.
Carell ya había probado suerte cinematográfica, e incluso se había enrolado en el género con su visión sigloveintiunera de Maxwell Smart (identidad mundana del «Superagente 86«). Fey por contra se ha prodigado poco en la pantalla grande, o lo ha hecho discretamente: la hemos visto recientemente en un tercer plano de «Increíble pero falso» o en aquella «Baby Mama» compartiendo encuadre con esa otra bestia parda del humor llamada Amy Poehler. Pero poquita cosa para lo mucho que me es ella.
Se ve de qué pie cojeo, supongo. Y de hecho ya lo imaginaba antes de ver la película, y después lo he confirmado: el cien por cien de la gracia del juguete son ellos. Todo carisma, todo comicidad. Michael Scott y Liz Lemon, Saturday Night Live de penúltima generación en estado puro. Deliciosa compenetración cómica en mi pareja preferida de los últimos tiempos. Y punto.
Y eso que ambos personajes están en «Noche loca» tremendamente infraexplotados. Casi aparecen borrosos, como temerosos de desatar la comedia al máximo, cautelosos, que esto es una película, cine, producto caro, cosa buena. No van a  por todas, no. Ni Fey estira su arrolladora (y autobiográfica) nerd ni Carell hace lo propio con su desparpajado clown interior. Más bien se conforman con un poco de humor físico de bajo voltaje (trompazo contra la puerta de vidrio) y algunos comentarios chistosos no demasiado audaces.
Pero, hey, que son Carell y Fey. Y yo con su presencia, con esa visión terrenal del héroe (por accidente), ese elogio del «tipo corriente» y esa familiaridad que destilan a cada minuto de película me conformo.
Sí, sé que es exagerado perdonar tanta chorrada a una película sólo por una simpatía hacia sus dos protagonistas. Pero ya he dicho que esto iba de cariños personales y de filias propias irracionales. Y demonios, hay gente que lo hace con «Pretty Woman» o con «Algo para recordar», así que solemnidades a mí.
Por lo demás, es que en «Noche loca» es todo tan de esperar que casi se echaría de menos si no apareciera en algún u otro momento. Están los cameos de amiguetes (Mark Wahlberg constantemente descamisado, puro despendole; el casi obligado trasvase Apatow encarnado en la pareja basura James Franco-Mila Kunis), las dosis de acción trepidante (la escena de la persecución con los coches «empalmados» tiene su gracia), sí, y hasta un (desvaidísmo) climax final en una azotea.
La estructura narrativa, no alarms, no surprises. Una serie de secuencias más o menos aisladas («la del restaurante», «la del taxi», «la de la casa del cómplice», «la de…») vertebradas en escalada de acción no del todo acompañada por una progresión cómica. En plan carrera contra el tiempo, huida de la muerte en los talones para salir del paso al más puro estilo Hitchcock.
Y al final, «Noche loca» resulta un producto casi equilibrado en su mediocridad, desprejuiciado en su planteamiento de aventurilla cuarentañera sin pretensiones y una parábola poco puntiaguda sobre la necesidad de «especiar» un poco la rutina matrimonial.
Probablemente al día siguiente de ese beso y revolcón final, Claire y Phil volverán al mismo hastío vital, a la misma caja de cereales para desayunar, los mismos diez minutos de tele ante el talk show de turno. Pero eso da igual, porque la ilusión del momento es lo que cuenta.
Como la ilusión del friki de turno de ver a sendos monstruos cómicos en pantalla grande. Ya os he dicho que no os fiarais mucho. Pero a mí, que me quiten lo bailao.

6/10

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Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

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Comentarios

  1. Pienso pagar por verla en pantalla grande por mala que sea, ellos dos se lo merecen.

  2. Admito que no es una maravilla. En realidad, es mediocrilla.
    Admito que no tiene nada de nuevo.
    Admito que Shawn Levy no hizo nada interesante y desperdició a dos grandes comediantes.

    Y con todo lo anterior, amé que da pena Date Night (o Noche loca, acá en Venezuela la conocimos como "Una Noche fuera de serie") Da lo mismo. Esta película funciona porque lo hacen Steve y Tina. Sin ellos, habríamos resaltado lo de mala con todas las ganas. Con ellos? No nos atrevemos. Steve Carell y Tina Fey tienen lo que muchas parejas de malas comedias quisieran: Compenetración, química y un dinamismo que hizo que un guión malo resultara una delicia de visita al cine. No le pidan lo que no da…y concéntrense en lo que sí da.
    Y yo quiero una película mejor con Steve y Tina.

    Saludos,

  3. Adictísima, ¿lo de "No le pidan lo que no da…y concéntrense en lo que sí da"… va por mí? En fin, es que básicamente en mi crítica digo exactamente lo mismo que tú en tu comentario…: que la peli es mediocre, pero que ellos dos lo valen

    Confundido me tienes

    Por lo demás, ¡gracias por la participación!

  4. Por ti no fue: creo que piensas lo mismo que yo de la película. Al menos yo sentí que tu comentario era básicamente el mío: Incapacidad de ser crueles porque queremos un montonazo a Steve y Tina. Y sabemos que por ellos valió la pena pagar la entrada.

    Así que no, no fue por ti, John. Considera que me decidí a comentar porque mi identificación con tu crítica fue casi total. :D

    Saludos,

  5. Ah, OK, queda claro ;)

    Más saludos!!

    Y esperamos verte más por aquí! :D

  6. Estamos todos de acuerdo en que la película vale la pena por los monstruos Fey y Carell.

    Pero, estando tan de acuerdo, también me ha dado por pensar: No estamos sobrevalorando a estos dos pedazo de actores? Es cierto que son de lo mejorcito que Hollywood puede dar, grandes actores y de alguna manera, acercan el mundo de Hollywood conocido por tetas de silicona y torsos musculados, a personas normales, reales, como ellos dos, y eso nos gusta a todos. En eso consiste su carisma y por lo menos es lo que me hace tenerles aprecio.

    Pero olvidamos que son dos improvisadores, y todos opinamos que la trama y el guión es una basurilla, trama y guión que ellos mismos han ido creando según transcurría la película y los pasos que marcaba Shawn Levy.

    Así que me ha dado por pensar que quizás, estamos sobrevalorando sus talentos, más por quienes son y su prestigio, que por lo que hacen.

    Por favor, que ningún fanático se sobresalte ni se atragante, de verdad que soy un gran fan de ellos dos, sobretodo de Tina Fey. Simplemente la adoro. Pero mira, me ha dado por pensar.

  7. Jejeje, está bien pensar, está bien… Más de diez minutos es peligroso, pero mientras uno no se pase de ese límite…

    Pero… jummm… no acabo de ver por dónde vas…

    Planteas que podríamos estar sobrevalorando a Carell y Fey… ¿en esta película concreta? ¿En general, que en realidad no son tan buenos…?

    ¿Que nos gusta lo que representan pero que en realidad no son tan buenos cómicos? ¿O que ya nos parecen bien sus interpretaciones en "Noche loca" porque SIEMPRE nos gusta lo que hacen y en este caso concreto no somos suficientemente críticos?

    Si es esto último, yo estaría de acuerdo contigo: ya dije en la crítica que ambos están poco inspirados, como temerosos de dejar explotar su talento… Pero que yo con su simple aparición y sólo con el aire que dan a todo ya tengo suficiente.

    Saludos, gracias por pasar, más por comentar… ¡y búscate un nombre, que si no no sabemos quién eres! ;)

  8. jajaja perdón por no expresarme con claridad.

    Me refería al último de los casos que has dicho jaja Les queremos por su prestigio, porque han destacado en algún momento de su carrera, y ya por eso, nos parece genial toooodo lo que hagan. Y a veces pueden flaquear, pero no sabemos ser objetivos porque les queremos demasiado jajaja

    Saludos, (ya me he identificado jaja)

  9. Ah, pues bienvenido, Martín! :D

    Lo dicho, estamos de acuerdo.

    Pero si los fans de cierta banda irlandesa (no me atrevo a nombrarla, que entonces el que se ganaría enemigos soy yo) llevan casi 20 años pasándoles enormes mojones en forma de disco, nosotros nos podemos permitir seguir adorando a Liz Lemon y Michael Scott a pesar de "Noche loca", ¿no?

    Más saludos!

  10. Vale, sé a qué banda nos estamos refiriendo jajaja

    Sí sí, yo desde luego voy a seguir adorando a Tina Fey, Liz Lemon, incluso adoro a Claire Foster solo por ser representada por Tina Fey. De verdad, es única. Aún le queda mucho por regalarnos, incluída alguna que otra chusta jajaja que por supuesto se la perdonaremos por todo lo bueno que nos ha dado. Tina Fey es grande!!

    Ya está, ya me he convencido, debo dejar de pensar porque no sirve para nada jajaja

    Y digo lo mismo de Steve Carell.

    Saludos!!

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