Crítica de The Pale Door
El western es un género agradecido, pero exigente. Se puede coquetear con él, y se ha llevado bien con el cine de terror en otras ocasiones (Vampiros de John Carpenter, Bone Tomahawk). Pero la exigencia llega en forma del respeto y buen gusto cinematográfico. Hay que empezar por construir una base, traducida en un mínimo de decencia artística, para hacer luego lo que se quiera. De lo contrario, se convierte en uno de los géneros más peliagudos, y puede pasar que una despreocupada chorrada de terror de serie B se convierta en la mayor castaña del año por haber decidido ubicarla en el lejano oeste. Caso de The Pale Door.
Cuando estudió cine, supongo que algo de eso escucharía Aaron B. Koontz, director y guionista. Pero a lo mejor no prestó toda la atención que debió, pensaría más en la fumada que se iba a meter con sus colegas más adelante, o vaya usted a saber. De manera que la dignidad cinematográfica de su propuesta llega en forma de un vestuario muy cuidado y unos decorados resultones. Totalmente insuficiente.
Todo lo demás, en The Pale Door, es un auténtico desastre.
A nivel argumental, la originalidad brilla por su ausencia: sí, mezcla western con terror, pero al final, todo se reduce a una suerte de exploit, de plagio inconfeso, de Abierto hasta el amanecer. Película de la que un servidor no es que sea fan precisamente, pero que en comparación alcanza estratosféricas cotas de obra maestra. Aquí hay un grupo de vaqueros de moralidad cuestionable, que quieren dar el golpe y algo se tuerce, pero en estas que acaban en un burdel donde vale el dicho ese de todas brujas. ¿Era así? Ah, no, era algo distinto… bueno, pues mucho no cambia en una película que, para acabar de caer bien (ejem), se pasa de frenada dejando al sexo femenino a la altura del betún. ¿Nos ofendemos, pues? Pues la verdad es que no, pues The Pale Door es un peñazo tan gordo, que se pasan incluso las ganas de montarle una buena al director, por Twitter ni que sea. No consigue hacerse interesante en ningún momento, pues la empatía, la atmósfera, el terror… brillan por su ausencia.
Rematan la faena una dirección y montaje paupérrimos, tanto como para acaparar la atención del espectador por delante de la trama y de los misterios que se proponen al principio (y que importan, a la postre, poco o nada). Es tal el despropósito, que cuando parece que su reparto se esté tomando a coña el invento… cuesta saber si es que se trata de un grupo de intérpretes nulos, o si realmente están de pitorreo.
Y claro, visto así, no nos queda otra a este lado de la pantalla de hacer lo propio y tomársela a choteo. Así, The Pale Door tiene hasta gracia, heteropatriarcado cuñadil incluido… Claro que luego se echa un vistazo al reloj, sólo han pasado 20 minutos… y la gracia se va a tomar viento.
El western es el género más clásico, con más historia, el más histórico. Se merece algo de respeto. Y el espectador también.
Trailer de The Pale Door
Reseña de The Pale Door
En pocas palabras
Inenarrable despropósito que mezcla western y terror para contar sin gracia alguna la de Abierto hasta el amanecer otra vez. Si no se lleva un rosco es porque cuenta con buenos decorados y vestuario. Por lo demás, no vale ni como práctica de primero de cine.
He leído por ahí que la de malnazidos está de puta madre. Espero review vuestra 😁
Un saludo!!
Buah, le tenemos ganazas! El problema es que no estamos físicamente ahí, y no se nos permite link de visionado :( …habrá que esperar…
Saludos, Ebrom!