Crítica de Paranormal Activity 3
Hace un tiempo, con motivo de la crítica de Emergo, desde aquí se apostaba por finiquitar con el concepto del falso documental, limitándolo a dar continuidad a las sagas ya existentes que lo explotaran. ¿Motivos? Por un lado, que carece de sentido buscar nuevas cosas que decir mediante un género (estilo más bien) totalmente obsoleto y que actúa como decisivo limitador narrativo. Por otro, que los ya existentes tienen su público, ya han contado lo que tenían que contar, y de ahí en adelante, buscan jugar otras cartas que contrarrestan dichas limitaciones. Y que en el caso de Paranormal Activity son especialmente intransigentes. Así, con la segunda entrega de esta saga se buscó el lugar por el que quebrar rigidez argumental por un lado, y estructural por otro (y los encontraron en esa historia que se iba enrevesando por momentos, y con un juego casi matemático de múltiples cámaras sucediéndose con orden casi totalitarista, y coqueteando con escenas casi idénticas pero deformadas aquí o allá), y con esta tercera se ha seguido hurgando, apostando además por un giro inesperado nada más arrancar el proyecto: después de Oren Peli y de Todd Williams, aparecen aquí en el rol de directores Henry Joost y Ariel Schulman, responsables de uno de los documentales más controvertidos de los últimos tiempos, creado precisamente a base de falsas realidades y de exprimir hasta la última gota las posibilidades de los recursos técnicos empleados para la grabación. Nada menos que a los responsables de Catfish se les encomienda esta nueva vuelta de tuerca de lo que parecía que ni siquiera tuviera forma de tuerca. ¿Había algo más que decir de esta franquicia?
Por lo visto sí. Muy listos, los guionistas de la saga: en la primera tiraban del cliffhanger más banal de la historia del cine, ese al que recurren de igual manera Rec y la antes citada cinta de Carles Torrens, así como cualquier otra película de terror que busque los recursos más fáciles para ganarse al público menos exigente. Suerte tuvieron de que viniera precedido de un clímax que convenció a todos los que se dejaron las puñetas a la entrada del multisala. Pero cierto es que nos lo colaron, y eso les permitió (igual que la saga de zombis catalanes) libertad total de cara a una segunda parte motivada por el éxito… y ahí se lió la marimorena, con un argumento que nos pilló a todos por sorpresa. Un argumento que a su vez posibilitaba, y de hecho obligaba, a la tercera parte que ahora nos llega a convertirse en una precuela, que volviera a la infancia de las protagonistas y explicara los orígenes de todo aquello para deleite de los fans y desagrado de los detractores. Es lo que tiene: a partir de aquí, si perteneces a este segundo grupo, no sigas leyendo.
Los que sigan aquí pertenecen a ese público con que ya se cuenta y no necesita ser cogido de la mano. Ya es mayorcito, ya sabe a qué viene. Y a los que sigan aquí tal vez ya les haya picado el interés, y es que un regreso a finales de los 80 implica que las opciones tanto formales como argumentales se multipliquen. De aquí en adelante, en la saga puede pasar de todo (y el enésimo final abierto de esta tercera entrega así parece constatarlo). Ergo lo de apostar por el tándem de Catfish es de todo menos arbitrario: si se han montado una película con un par de móviles y un ordenador no necesariamente potente, buscar nuevas fórmulas a base de VHS y cámaras tan gigantes como desfasadas (haya o no truco) no es que sea precisamente harina de otro costal. Aquí, la película juega constantemente con lo que se ve y lo que no se permite ver, same old story, pero lo hace porque realmente las limitaciones técnicas no lo permiten. Y con éstas, se montan un juego tan gozoso como sumamente angustioso, en que la fórmula de la saga riza tanto el rizo que llega a reconvertirse. Aunque un ojo no demasiado precavido pueda pasarlo por alto, Paranormal Activity 3 es la parte de la saga con mayor personalidad y voluntad autoral, por así decirlo, gracias a unos directores que estudian sus planos a consciencia, que quieren hacer de sus cámaras y cintas desfasadas auténticos protagonistas activos del cotarro. Todo muy desmelenado en apariencia, pero sumamente cerebral en realidad. Lo dicho, gozada.
Pero patilladas gafapásticas aparte, decía que a nivel argumental, el film también suponía una pequeña revolución. Y es que partiendo de la más simple de las premisas, la franquicia ha ido adquiriendo un argumento de cuidado, que aunque no innove nunca, sí va ganando en dimensiones. Hasta el punto de no poder ver la tres, sin haber visto la uno y la dos. Hasta el punto de hacerles tragar sus palabras a quienes decían que no ocurría nada en toda la peli. Zas. Ahora la saga, además de asustar, engancha. Y en concreto, su tercera entrega es la más divertida. No sólo por un argumento inesperado, sino porque se ha despojado de ese aura de seriedad que parecían ostentar sus hermanas mayores, y se ha ido a buscar el entretenimiento puro, a base tanto de sustos más a saco (no falta una simple luz que se enciende sola, pero tampoco un ruidoso lanzamiento de objetos a piñón), como de homenajes al universo paranormal (pasarse horas de pie ante una cama, un clásico) y de giros argumentales totalmente ajenos a la tónica anterior. E incluso, por puntuales ataques de socarronería: tres películas después, ¡ya era hora que alguien empezase a coquetear con la idea de películas eróticas amateur!
En definitiva, con Paranormal Activity 3 pasa lo mismo de siempre: hay que verla con la voluntad de meterse en el juego para no salir escaldado. Una vez dentro, asusta igual, pero entretiene más y está mejor hecha. La parte final es un auténtico torbellino que además deja una puerta abierta a una dirección totalmente nueva (para la más que confirmada continuación de la saga), y en general, se asiste a varios momentos a situar entre los más antológicos de la franquicia. Así pues, tómese la valoración numérica que sigue solamente en relación al universo en que se mueve el film, esto es, en relación a la saga y al terror actual (la única forma en que puede disfrutarse, por otra parte: quien busque aquí un Kane lo lleva claro). Es desde este prisma desde donde puede decirse tranquilamente que estamos ante una de las mejores películas de los últimos años.
7/10
Un 7???la primera nose si llegaba al 6,5 o menos,lo de la segunda mejor no lo comento pero entre el 0 y 0,5. y claro atreverme a ver la tercera va a ser mucho,por mas que capitan diga que metiendose en el papel y que sea la mejor peli de los ultimos años(que conste que eso no lo entiendo y eso que no la he visto)…Seguro que la vere si sale por la tele y me obligan pero por mi propia voluntad ni loco…
Tío, pues lo pone justo en las tres o cuatro palabras anteriores: "bajo este prisma estamos ante una de las mejores del año". O sea, en relación al terror actual… Sólo puede disfrutarse si se ha disfrutado con las anteriores porque es más de lo mismo. Si para ti la 2 es de 0 o 0,5, esta ni lo intentes, claro está