Crítica de Perfect
Marchando otra locura arty, pretenciosa como ella sola y demandante de muchos esfuerzos por parte del espectador. Por su ritmo lento y meloso, pues se antepone el preciosismo visual y la experiencia sensorial a lo argumental (y se nos atiborra de voz en off). Y por su continuo lanzamiento de mensajes y discursos.
Desde el primer minuto, Perfect no esconde su voluntad por convertirse en un via crucis, angst de un joven atribulado que es enviado a un centro de, eh, refinación del perfeccionamiento (o así). A partir de aquí, Eddie Alcazar (que produjo hace algún tiempo esa locura, Kuso, para Flying Lotus) monta una parafernalia scifi-blackmirroriana donde lo cuida todo: música, sonido, imagen, montaje, reparto… todo es bello y perfecto, hasta lo aprensivo se torna de alguna manera atractivo (esas ensoñaciones que van trufando el metraje de pasajes propios del cine de terror, de la acción… y de videoclip); al menos, hasta donde el director decide.
Y por el camino va hilvanando una disertación, qué duda cabe, interesantísima sobre la obsesión del ser humano por alcanzar la perfección, la adicción por la misma y la necesidad real de alcanzarla. Y sobre el concepto que se tiene de ella, en general.
En la cabeza de Alcazar, y supongo que en la de un Steven Soderberg que produce la película, Perfect casa a la perfección todas las temáticas que toca, la crítica social, el drama personal y sus demás mensajes. No cabe duda de que el viaje sensorial está ahí, y es potente. Parece que todo ha salido perfecto, en definitiva.
Tan sólo se han olvidado de un detalle, un pequeñísimo detalle sin importancia: las emociones. Perfect no consigue despertar empatía alguna con absolutamente nadie. Los que pretendan seguir al dedillo el demasiado cerebral desarrollo del film, porque deberán centrarse en ello al 100%. Los demás, porque acabarán más aburridos que otra cosa con este cúmulo de mensajes de interés menguante, complicación gratuita, y rechazo de unos protagonistas cuya simpatía queda para otra ocasión.
Una vez más, el creador se pone por delante de la creación, resultando esta última salvajemente mutilada. Pena, porque potencial había.
Trailer de Perfect
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Una película que va de más a menos conforme su director se esfuerza por demostrar lo cool que es y lo bien que sabe dirigir sensaciones. Se acaba haciendo más aburrida que otra cosa.